Rizzoli & Isles. El Beso

Capítulo 3

¡Hasta luego! ...

Jane la vio entrar en el coche, la observó mientras sacudía su pelo y se ponía las gafas de sol. Y mientras la observaba, sentía crecer algo en su interior, algo grande, de inestimable valor, fuerte.

Llegó la noche, Jane había llamado a la pizzería local para ordenar una diabla, la favorita de Maura, y había sacado unas cervezas. Se dio una ducha rápida y cuando salía de la ducha escuchó el timbre sonar.

"¡Maldita sea! ¿Por qué es siempre tan puntual?" Pensó Jane. Y se puso una camiseta larga que había comprado por error, sin darse cuenta de que sus pezones, húmedos por la ducha, se pusieron rígidos contra la fina tela.

¡Traje tortitas! Sabes, sólo para permanecer en el tema, ¡jaja!

Jane se quedó sin aliento. Estaba hermosa, con el pelo recogido en un moño detrás de la cabeza. Un vestido color ciruela que mostraba sus formas de mujer y los tacones que marcaban sus tonificadas piernas. Era una vista impresionante.

Por otra parte, para Maura no se puede decir que no fuese lo mismo... Jane un poco goteante, visiblemente desnuda bajo una camiseta larga de color azul pálido con algún botón abrochado, y por tanto, torcida.

Maura amaba el desorden de Jane, su fuerza, su coraje, su belleza que trataba de mantener siempre oculta tras el uniforme y las chaquetas de detective. Jane de Maura amaba su extrema feminidad, su perfume, su inteligencia...

Se acercaron, un vínculo tan fuerte y una barrera que estaban a punto de cruzar. Se sentaron en el sofá sin decir nada, y luego Maura...

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