ʙᴏʏ ▪ ⁿᵃᵐᵍⁱ

m u r a l

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Mural:

    El chico del cigarrillo inclinó su cabeza contra la pared cubierta de graffiti como si fuera parte de ella. El monumento al arte se extendió por la pared gris. Como si esa pared lo estuviera reteniendo.

O tal vez fue al revés.

Tomó en un lento arrastre su cigarrillo, labios rosados ​​frunciéndose mientras lanzaba pequeñas nubes grises hacia el cielo.

Las brasas cayeron de la punta del cigarrillo, cayeron al piso de cemento y desaparecieron antes de que siquiera tuvieran oportunidad de tocar el suelo.

Namjoon cree que él es la ceniza del cigarrillo, no queda nada, excepto el olor.

Namjoon camina lentamente para poder ver al chico cigarrillo antes de él que lo vea. Aminoró sus pasos y pensó en esconderse, pero el pensamiento se fue de su mente porque el chico del cigarrillo se ve demasiado hermoso para pensar con claridad.

Hay un aura rodeándolo que atrae a Namjoon como un imán, lo hipnotiza por la forma en que toma una calada del cigarrillo, por la forma en que estira los labios cuando se ríe y se le ven las encías rosadas.

Cuando sus amigos ven a Nam Joon, todos se vuelven para mirarlo emocionados y caminan hasta el borde de su escenario.

Por un momento, Namjoon piensa en ir corriendo a su casa, pero luego escucha las palabras burlonas que dicen.

Y sus mejillas se tiñen de un rojo intenso, viajando todo el camino hasta su cuello y enroscándose alrededor de sus orejas.

Oh mierda, mira Yoongi. Aquí viene tu novio.

Namjoon ve el breve tinte de rosa en las mejillas del chico cigarrillo. La visión del color hace que Namjoon sienta algo parecido a la esperanza, que tal vez no haya estado en peligro después de todo.

Namjoon rueda el nombre de Yoongi sobre su lengua, sintiendo cada letra, cada sílaba del nombre. Se siente familiar en su boca, sus labios repiten silenciosamente el nombre una y otra vez.

El chico del escenario se aclaró la garganta cuando las burlas no se detenían, ahora todo su pálido cuello casi plateado chocaba fuertemente con el rubor rojo que florecía.

Él infló su pecho, colgando la culata del cigarrillo en sus labios, soplando vientos de humo hacia el camino de Namjoon.

Todos alrededor del escenario se calman, sus caras son serias, pero una risa baila alrededor de sus ojos. Los actores se acercan al borde cuando Namjoon da un paso, todos ellos listos para atacar.

Miró a Namjoon, sus ojos buscando huellas moradas o sangre manchada sobre el blanco de la camisa de su uniforme.

No hay vergüenza en sus ojos sombríos mientras mira hacia arriba y hacia abajo el cuerpo de Namjoon, un destello momentáneo de alivio que pasa tan rápido que Namjoon casi lo extraña, casi. Él movió su mentón hacia Namjoon.

¿Qué estás mirando?

Su voz era más suave de lo que había sido en los últimos días. Sin bordes agudizando las palabras rápidas.

Namjoon traga, su garganta agitándose y su mente queriendo responder un millón de cosas. Pero no importaba qué o qué no respondiera Namjoon, porque el chico lo sabía.

Sabía que Namjoon siempre estaba mirando hacia él.

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