Primera Parte

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Año 2021.

El mundo no había vuelto a ser lo que era, ni estaba cerca tampoco de serlo, pero Shinji Ikari y la gran mayoría de sus conocidos y amigos aprovechaban ahora una nueva oportunidad para mejorarse a sí mismos y con ello a la humanidad en general, en medio de un mundo devastado casi por completo.

Hallaban esperanzas e inspiración al estar conscientes de su propia fuerza interior como personas. No era para menos, ya que todos hace un par de años habían logrado salir del LCL gracias a su inquebrantable voluntad de vivir, y aunque hasta ahora muchos seguían con claras secuelas emocionales, estaban dispuestos a superarlas para alcanzar una mayor prosperidad y un futuro digno en el mundo que iban a reconstruir.

Misato Katsuragi se había ido de la ciudad a vivir al campo, buscando la mayor paz posible y con el tiempo comenzó un nuevo empleo como asistente en un hospital. Actualmente, continuaba afrontando la ausencia de Ryoji Kaji, el hombre que más amó en su vida y del cual seguía atesorando su recuerdo.

La vida de Asuka Langley también dio un enorme giro cuando decidió volver a Alemania para reencontrarse con su padre. Esta vez estaba dispuesta a sanar viejas heridas, motivada en parte por una suerte de reconciliación que ya había tenido con el alma de su madre.

El único que se quedó en Tokyo-3 tras la ida de todos los que conocía fue Shinji Ikari.

Antes de irse de la ciudad, Misato le ofreció al chico irse con ella, para asegurar su bienestar y cuidado, pero Shinji aunque agradecido, se autoimpuso el desafío de quedarse en la cuidad con la poca gente que había.

En un principio estuvo a la deriva, sin saber muy bien qué hacer o cómo continuar con su vida. Y también, se encontraba asimilando la muerte de Rei Ayanami y de su padre. Pero con el paso de los meses fue adquiriendo más energía y motivación como para unirse a los trabajadores que reconstruían arduamente la ciudad. Su vida entonces fue cobrando un sentido real ya que empezó a ayudar también en los refugios, y por tanto a mucha gente que lo necesitaba. Con el tiempo terminó por ganarse el respeto de su comunidad en lo que fueron un par de años bastante agotadores, pero que ocupó en probar a sí mismo su valía como persona, sintiéndose bastante satisfecho una vez miraba todo en retrospectiva.

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Pero Shinji, a pesar de la vida relativamente tranquila y productiva que llevaba actualmente, sin contar el cariño y reconocimiento que tenía de muchos ciudadanos, todavía llevaba una carga sobre sus hombros. El joven, a pesar de haber cumplido ya los 20 años, todavía no aprendía a vivir en paz con todo lo que le evocaba la muerte de Kaworu Nagisa. Ese hermoso chico de orbes rojos y cabellos grisáceos que conoció a sus 14 años y que poco tiempo estuvo en su vida, pero que dejó huella como nadie más.

"¿Qué fue de él?"

"¿Dónde está?"

"¿Estará bien?"

"¿Volveré a verlo?"

Eran algunas de las interrogantes que rondaban por su cabeza cuando pensaba en él, lo que era frecuente cuando se acercaban el tipo de festividades que la gente pasaba con sus familias. De alguna manera, Kaworu siempre le evocó ese sentimiento de calidez y esperanza que sólo puede proceder de un grupo familiar.

Y por si fuera poco, toda esa amalgama de sentimientos se sincronizaba con su subconsciente. Pues con los pensamientos ocasionales durante el día, venían sus sueños en los que también Kaworu tenía presencia. Pero lamentablemente, en todos esos casos se despertaba con una enorme frustración, pues en sus sueños sólo podía verlo a él dándole la espalda. Jamás, ni en su propia fantasía tenía la dicha de tocarlo o siquiera verle la cara. Todo lo que quería era contemplar su sonrisa, pero siempre se despertaba en el momento preciso en que Kaworu voltearía para verlo.

Una vida junto a ti (KawoShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora