Segunda Parte

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Después de mucho esfuerzo, a los 26 años Shinji ya era propietario del único centro recreativo de la ciudad. El cual hasta el momento no era tan grande, pero ofrecía comodidades necesarias para formar un ambiente grato y didáctico. Lo hizo a partir de su misma casa y también contó con el apoyo de varios de los ciudadanos; los cuales ayudaron en la construcción del sitio en si, y después algunos continuaron haciendo donaciones de dinero, o de materiales de pintura, juguetes o instrumentos.

Así, Shinji se hizo con mucho más que el respeto y cariño de la gente. Y se sentía muy afortunado con eso, pero lo que más le ponía feliz era el saber que estaba cada vez más realizándose como persona, y formando una identidad con la que realmente podía sentirse a gusto.

No había vuelto a comunicarse directamente con Kaworu, y por tanto tampoco había vuelto a soñar con él (lo que podía comprobar que todo había sido real), pero a veces podía sentir de alguna manera su presencia. Como cuando pasaba tiempo en su sala de estar leyendo un libro, cuando se preparaba para dormir, o cuando cocinaba, sentía un toque cálido, agradable y familiar en el viento que entraba por la ventana, entonces sabía que estaba con él. Incluso en contadas ocasiones podía jurar que sentía sobre sí el tacto envolvente de un cálido y suave abrazo cuando estaba a punto de quedarse dormido, en lo que él llamaba un contacto fortuito y hermoso.

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Ese mismo año recibió después de mucho tiempo, noticias de Misato. Le mandó una breve carta, como era su estilo, informándole que pronto iría a visitarlo para según ella "Ver cuánto había crecido".

Después de que acordaron una fecha y hora, él fue a esperarla a la estación de trenes.

El reencuentro fue más que emocionante. Se abrazaron y lloraron un poco, sobretodo Misato. Shinji enseguida la contempló y vio lo avejentada que se había puesto. Después de todo ya tenía 40 años. Lo cierto era que seguía sintiéndose como un niño a su lado. Seguía viéndola como su cuidadora, aunque nunca hubiera sido muy buena en ello.

Una vez llegaron a la casa de Shinji, se sentaron y acomodaron para hablar con más calma.

—Dime cómo has estado, Shinji... Ha pasado tanto tiempo que me imagino tu vida habrá dado muchos vuelcos Quiero saberlo absolutamente todo. ¡He oido que acá te respetan cual emperador hahaha! —rio Misato.

—Tengo la admiración de la gente, sí... Mi vida ha dado un rotundo giro... —dijo algo tímido.

—Así puedo ver, me alegro mucho por tí. ¿Y qué haces exactamente aquí?

—Hago diversas clases y cursos para niños pequeños. Ya sabes, sobre dibujo, pintura, música... Es muy bueno, y yo también he aprendido mucho de esta experiencia. Antes de esto no me consideraba un profesional para nada en artes manuales ni tampoco sabía tocar tantos instrumentos... y ahora mírame...

—¡Lo que haces es genial, Shinji! Se necesita en verdad mucha voluntad y paciencia para enseñar a tantos niños... ¿Y hoy estás libre?

—Sí, los fines de semana suelo tomármelos exclusivamente para descansar... ¿Y cómo estás tú? ¿Qué has hecho últimamente, Misato? O más bien durante todos estos 11 largos años...

—Bueno, en el hospital donde trabajo las cosas no son tan interesantes como solían serlo en Nerv... —rio— Pero todo es tan tranquilo y agradable... Aunque te confieso que los primeros años fueron bastante difíciles. Tal vez incluso más que en Nerv.

—Te entiendo muy bien, yo también hice un enorme esfuerzo por adaptarme lo mejor posible a esta nueva vida.

—¿Qué hiciste durante los primeros años? Aún eras muy joven, no habías ni cumplido los 15...

Una vida junto a ti (KawoShin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora