Oscuridad

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"Tengo la fuerza suficiente para aguantar todo lo que intente separarnos, sólo responde mi pregunta", dije mientras mi pecho se hacía más pesado.

Clary acomodó con las manos su pelo rojo ceniza hacia un lado, como cada vez que está nerviosa. Luego abrió el libro donde las había escondido, y extendió la mano llena de cartas hacia mí.

Se las quité en un movimiento, me arrepentí por ser brusco, pero la ansiedad pudo más.

Al reconocer la letra mi lengua se congeló, al punto que si la muevo sé que va a quebrarse, no pude decir ni una sola palabra mientras mis ojos recorrían las líneas desesperado buscando cualquier palabra que pueda revelar a Clary cosas que aún no está lista para saber.

"Magnus sabe dónde estamos, nos localizó hace días. No le respondí ni una sola carta, pero siguen llegando. Está preocupado por nosotros. Jace no está bien, y tu familia suena a estar bordeando la locura con tu desaparición. Alec, sé que no quieres escucharlo pero tenemos que volver. Te necesitan en casa", dijo Clary.

Mi corazón se rasgó unos centímetros.

"¿Y tú no me necesitas?", respondí.

Clary se acercó despacio, me quitó las cartas de la mano soltándolas al suelo. Me abrazó, correspondí rodeándola y apoyando mi cabeza sobre la suya.

"Más que respirar, pero siento que me mientes, y no me importa, sé que no te atreverías a hacer nada que me haga daño. Pero, tenemos responsabilidades más grandes que besarnos sin que nadie nos interrumpa", dijo casi riendo sobre mi pecho.

Una punzada de culpa me recordó que tengo secretos que nos van a arruinar.

"Está bien... pero no nos quedaremos mucho tiempo, lo que vivimos cada vez que estamos solos, eso es lo único que quiero para mi vida ¿entiendes?", le dije decidido mientras buscaba sus labios.

No empacamos nada, quise dejarlo todo como estaba en la pequeña casa, con sólo la ropa que teníamos puesta para dejar claro que pensaba volver en pocas horas. Comenzamos el camino de regreso a nuestra ciudad.

Cuando cruzamos las puertas del Instituto, caminando de la mano, encontramos un caos digno de una crisis de guerra.

"¿A quién asesinaron esta vez?", dije en voz alta haciendo que todos voltearan a vernos.

Mis padres, junto a Izzy, aparecieron entre la multitud de trajes negros.

"¡A ustedes dos! Pensamos lo peor hijo, no vuelvas a desaparecer de esa manera ¿sabes por todos los problemas que la familia de Jessica nos está haciendo pasar?", dijo mi madre en tono alto.

"Le hubieran confirmado la terrible noticia, para ellos lo estoy ¿o el irme no fue una declaración suficiente?", respondí apretando la mano de Clary en busca de apoyo. Ella me miró muy confundida, pero logró regalarme una sonrisa que me calmó.

"No es tan fácil rechazar un acuerdo de este tipo sin consecuencias hijo", dijo mi padre de pronto.

"Alto, primero tengo que explicar mi comportamiento a Clary, después lidiaré con las consecuencias que sean necesarias para librarme de ese acuerdo, que por cierto, no tuvieron la cortesía de preguntarme si era mi deseo...", les dije en tono seco mientras salía camino hacia mi habitación dentro del Instituto llevándola conmigo.

Al abrir la puerta, alguien nos estaba esperando parado en medio del lugar.

"Eres la última persona que quiero ver en este momento, gracias a tus manipuladoras cartas estoy...", le dije a Magnus pero me interrumpió elegantemente.

"Mañana es tu cumpleaños, tu familia te necesita, y yo no puedo seguir escondiendo este asunto pendiente solo. Digamos que el secreto apareció, no para de hablar, incendia cosas, y tiene muy mal humor. No puedo dejarla encerrada en mi departamento para siempre", respondió divertido.

Dulce Tormenta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora