Café y Canela

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Con el pasar de los meses, me enamoré muchísimo más, hasta el punto de pasar un día entero mal humorado (cosa común en mí) si no la veía en al menos 4 días. Ella siempre iba con sus captores al parque, visitaban otras galaxias, hacían millones de actividades, y yo acá muriéndome de ganas por estar con ella, por tan siquiera verla. La extrañaba muchísimo, ella a veces me daba a entender que no le importaba si nos veíamos o no, parecía que se conformaba con que la tratara lindo, le mandara mensajes, y de vez en cuando algunos telegramas; sin contar lo complicado que era para un animal mandar un telegrama. Claro, para ella era fácil porque tenía humanos que la ayudaban, yo tenía que arreglármelas solo, no tengo pulgares ni se hablar, únicamente sé rugir, pues que más quieres que te diga he allí mi frustración. Así que mi única calma era verla siempre, saber que estaba bien, sentir su fuerte respiración cerca de mi melena, mirar sus grandes ojos, lamer sus hermosas orejas, acurrucarnos juntos bajo una mata, bien sea de parchita, o bajo un árbol grande y frondoso para cubrirnos del inclemente Sol que era capaz de irritar a cualquier animar. Yo era muy feliz sólo con eso, no pedía más, únicamente vernos de vez en cuando, que me regalara una tarde entera cada fin de semana, que sus telegramas fuesen más frecuentes, pero en fin, ella era así, que más podía pedirle a una leona que quizás aún le faltaba un poco más de tiempo para entender qué era un relación, seguramente cosas que se puedan corregir en el camino, nada grave.

Parece mentira, pero mientras más te involucras sentimentalmente con alguien o algo, ya sea humano, animal o material, el tan sólo pensar que algún día ya no estarás con ello, te afectará muchísimo. Es algo que mientras lo tienes eres feliz y te sientes rejuvenecido, que nada te puede hacer daño, eres fuerte e invencible, no hay fuerza inter estelar que te pueda hacer daño, que nadie puede siquiera pensar en mirarte mal; pero cuando no tienes a eso o a esa felina que te hace sentir así, te sientes como una basura, que el mundo no vale la pena, que la vida es un circo más donde el jefe es no un jefe si no un coronel que dirige no un circo si no una guerra nuclear, te sientes vacío.

Es raro como la persona que te hace tanto bien, también puede hacerte tanto mal sin mínimo imaginarse que te está haciendo daño, por eso todo se debe basar en la comunicación, algo que siempre amé de nuestra relación; aunque sea interestelar, es hermosa. La comunicación nunca fallaba, si algo estaba mal se hacía saber, si no funcionaban las cosas se buscaba la manera de que funcionaran y se solucionase el inconveniente.

A pesar de su corta edad, su capacidad mental era superior a la mía, claro ella no vivió ni la cuarta parte de lo que viví yo, para poder entender porque me siento a veces tan inferior. Sin embargo nadie es inferior, a no ser que así sea tu autoimagen, y yo en ocasiones lo pensaba y me veía así. Pero de repente llegaba ella con su hermosa y gran lengua áspera, color rosa, para lamer mi hocico y respirarme fuertemente a la oreja escondiendo su rostro bajo mi melena y hacerme sentir que todo estaba bien, que nada malo pasa, que soy superior, que soy el rey del planeta Tierra, del reino animal, de los planetas que visito, de las galaxias que conquisto, que para ella era el rey de infinito, oscuro y tenebroso universo; y si era verdad, cuando estaba con ella me sentía rey de todo el puto espacio, era el puto amo del todo lo que nos rodeaba, y nada ni nadie nos tocaba, porque yo era su rey, ella era mi reina, y éramos los dueño de todo el universo, - waoo!! Era maravilloso aquellos días aunque no lo creas.

La leona de mis sueños, de mis fantasías, la que siempre anhelé llegó de la nada cuando más herido, triste y solo estaba, llegó ella para rescatarme con su fuerte rugido y hacerme saber que estoy vivo, que aún queda mucho por lo cual se debe luchar, que debo tener la melena en alto en plena puesta de Sol y puedo dominar el crepúsculo a placer delante de todo el reino animal y la cadena de humanos inhumanos. Jamás la olvidaré, los mejores momentos de mi vida fueron a su lado, como par de tontos luchando por un amor que nos daba muchísimos frutos. Era hermosa, una historia como para escribir un libro, quizás una película, o varios libros y unas cuantas películas.

Amaba dedicarle cada rugido, porque cuando hacía eso, todas las aves salían volando como locas de los árboles. Era hermoso apreciar en pleno crepúsculo como revoloteaban por el mismo ángulo solar, permitiéndonos ver lo hermoso de la naturaleza, la cual ya era escasa en La Tierra, y en otros planetas había que pagar por tan sólo percibir ese pedacito de vegetación que aún quedaba. Como éramos animales teníamos que entrar escondidos para no ser descubiertos, porque si nos veían nos cazaban como animales que éramos, cosa que no pasaba en IGNACIO005, allí era diferente por eso amábamos ir.

Todo era perfecto, hasta que encontramos la gloria y lo inimaginable en un planeta cercano a IGNACIO005, se llamaba P0V5, un nuevo planeta, naturaleza pura, millones de animales hermosos como nosotros, todo un reino, algo sensacional, sin precedentes. Podíamos estar acurrucados todo el día sin que nadie nos dijera nada, sin preocuparnos por algún depredador ni estar alertas del inclemente Sol, porque allí hasta el Sol era perfecto.


Café y CanelaWhere stories live. Discover now