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Elara

—Cable 46—Marta me lo paso, lo conecte.—Da a la central de la capital.

—¿89?—Pregunte, me lo paso, y lo conecte en la televisión. —Dannisdale.

—52, Counnisdale.
—Terminado.

Seque el sudor de mi frente, y mire a mi compañera de trabajo. Ella yacía en el piso, y, para comprobar si aun vivía, le di una pequeña patada en la rodilla. Se quejo.

Buen indicio.

—¿Marta... Estas...?

—Si, estoy bien.—Ella río, su rostro estaba rojo.

Tranquilas ya, nos sentamos en el banquillo, y observamos la televisión... Nunca antes habíamos tenido un pedido tan grande. Respire hondo.
Trabajaba en una sala de comunicaciones. Estudiaba para poder llegar a ser una buena Hacker, como mi titulo de luna 3 lo decía.

—¿Sandwich?—Marta me extendió un Sandwich de pavo de la heladera, y yo lo tome gustosa, mientras centraba mi mirada en la televisión frente a nosotros.

Trabajabamos para I.P.O.E.L.I.A, la mas grande compañía de telefonía de la luna 3. Era un trabajo de medio tiempo, que servia para pagar mis clases de informática, y en ocaciones...Ayudar a mi familia.

—Es raro que Solaria D' Solaris anuncie un evento justo ahora...—Dijo ella, extrañada, yo asentí, pensaba igual. —No es muy comú—

Marta fue interrumpida por el himno de los Solarios, el himno de la familia real; el Solar.
Eso significaba una transmisión Multi-lunacional, para las 6 lunas. Tragamos fuertemente.

Por lo general los avisos eran solo para las primeras 3 lunas.

—Buen dia—La voz de la Multi-Gobernadora era fría, robótica. La televisión enfocaba a la mesa de las estrellas*, la mesa donde se encontraban las personalidades mas conocidas de las 6 lunas. Pero, sin duda alguna, se destacaban, después de la increible Solaria, 3 figuras mas, las cuales, eran sus consejeras.

Stella D' Solaris D' America.

Mercurio D' Solaris.

Philippa D' Solaris D' Noruega.

Las primeras dos personalidades eran hermanas de la gobernadora, la ultima, era su nieta, y la niña mas pequeña de toda la luna 1. La cual, heredaría todo, absolutamente todo el imperio de su abuela Solaria. La niña tenia mas valor que todos los habitantes de las lunas 2, 3, y 4.

—Me place informarles sobre este evento—La voz de Solaria carecía de sentimiento alguno; tal vez por eso era tan admirada por las personas con mas edad en el sistema solar. —Cualquier persona que se considere Impia, puede preparar su cuerpo y alma para el calabozo... En ese caso, yo me considerare una gobernadora incapaz de aceptar la opinión contraria... Lastimosamente, alguien Intransigente.

—Necesitaz un diccionadio pada entender lo que dice—Hablo Marta con la boca llena de pavo, mientras yo solo le di un manotazo. No podía despegar la mirada del televisor.

—No suelo ser Jactanciosa, pero en este caso debo de serlo...No puedo estar mas emocionada de anunciar este evento, por el cual he estado esperando desde la fecha de mi nacimiento.

Pegue mi nariz a la pequeña televisión, mientras que con el control integrado en mi brazo izquierdo, subí el volumen lo mas que la televisión permitía.

—Este año, 2350, me place informarles...—Por primera vez, se vio una pequeña sonrisa en el rostro de Solaria, y fue ahí cuando las consejeras de la mesa de las estrellas se miraron entre ellas. Philippa, la pequeña de ocho años, aplaudió con suavidad y alegría. Mercurio sonrió arrogantemente, como solía hacerlo en televisión, y Stella solo asintió con la cabeza, dejando escapar un chillido de emoción. —Que ha vuelto el Solaz.

Sentí, que por un momento mi luna paraba de girar...
Se escucharon gritos por todo el edificio, y trague fuertemente. Volví a ver la televisión, y cuando lo hice, Solaria miraba fijamente a la cámara. Sin rastro de sonrisa u emoción.

Sonreí.


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