Se agota el tiempo

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¿Estaría ella ahí? El globo debería de haberse equivocado, pero... ¿Y si no? ¿Cómo podrían haberla metido en ese lugar sin que nadie lo notara? ¿Y por qué en un parque de diversiones? ¿Qué planeaban hacer con ella, presentarla como una atracción del lugar como si de alguna especie de freak show se tratara? Nada tenía sentido.

–Henry vamos– dijo Emma trayéndolo de sus pensamientos. Él se acercó a su madre y juntos se acercaron a la ventanilla a comprar las entradas para todos.

–Buenos días– Saludó muy amable la vendedora.

–Buen día– Respondió Emma –quisiéramos 15 entradas de adultos y un menor de 12– pidió con una sonrisa tratando de que eso no sonara tan extraño como sabían que era.

–¡16!– se sorprendió la vendedora, nunca se compraban tantas juntas.

–Es que estamos en una reunión familiar– dijo Henry como excusa, con una sonrisa nerviosa.

–Bueno... aquí tienen, que lo disfruten– dijo ella aún sorprendida y algo desconfiada. Les entregó las entradas y a algunos mapas del parque.

–Muy bien, aquí tienen cada uno su entrada y un mapa cada dos– Dijo Emma cuando se reunieron con el resto mientras Henry repartía las cosas.

–Ya saben cuál es el plan, entramos, nos dividimos para abarcar más terreno y la buscamos. En una hora nos encontramos en el faro, ¿Entendido?– explicó Mary Margaret.

–Tengo una pregunta ¿arriba o abajo del faro?– Preguntó Dopey

–Eso da igual– dijo el señor Gold fastidiado

–¿Y si unos suben y otros se quedan abajo?– insitió Grumpy

–Bueno, entonces todos abajo– respondió David viendo que Gold comenzaba a desesperarse.

–Aww, pero el faro ha de tener una gran vista panorámica del parque...– replicó Doc

–¡Bueno entonces arriba!– Casi gritó Gold que ya estaba de malas; lo que menos habría querido nunca era tener que trabajar con todos ellos y allí estaba, teniendo que colaborar pese a sus deseos.

–Nos encontraremos arriba del faro en 1 hora, andando– Interrumpió David temiendo que Gold hiciera algo más que gritar.

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Regina había recuperado sus fuerzas y si bien aún no había recuperado sus poderes estaba dispuesta a escapar de ese lugar a como fuera, ya no podía soportar otro minuto encerrada sin ver la luz del sol o sentir la brisa en su cara.

Por su parte Tamara y Greg estaban terminando con los preparativos para la tercera fase del plan. Las otras dos no habían salido de acuerdo al plan, se suponía que en la primer fase solo tenían que llevarse a Regina, luego de confirmar que tenía y podía usar magia y debían de haberlo hecho sin que nadie se diera cuenta; pero no solo que los demás se habían enterado, sino que también se habían tenido que llevar a la muchacha de rojo.

La segunda fase era saber quién más podía controlar la magia y en tal caso llevarlo hasta las instalaciones donde mantenían a Regina, pero ella no había hablado nada, no habían podido sacarle ni un solo nombre y no podían arriesgarse a debilitarla tanto solo para sacarle información y que luego no sirviera.

La cuarta y última fase era la más importante pero para eso debían completar la tercer fase en la que precisaban de una máquina especial que había construido Tamara, dicha máquina desde que la encendían hasta su momento de uso, sin riesgo alguno, tenía que tener un período mínimo de 4 días. La máquina debía estar lista en poco tiempo.

Operación AnacondaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora