Abrí los ojos, todo pareciese estar bien.
Desperté en una habitación donde los lujos de una familia millonaria no carecían, la cama era demasiado cómoda y la habitación tan amplia como la sala de mi casa en Tamaulipas.
La ventana estaba abierta, el frío en la ciudad comenzaba, no era como Tamaulipas, donde el calor habitaba todo el año.
Sentí que alguien dormía junto a mí, y al ver se trataba de Jessy.
-¡Ohh por Dios! ¡Jessy!- mi voz fue algo alta. Segundos después reaccioné asustado al ver que alguien entraba por la ventana. -¿Quien eres?- pregunté cuando el chico aún batallaba para entrar.
-Tranquilo Diego. Veo que despertaste.- respondió Jasper, no me había equivocado, era él a quien ví la noche anterior, entonces entró.
-¿Ahora que sucede? ¿Donde estamos?- al tiempo inmediato de preguntar, noté a Johan recostado en el sofá.
-Todo está bien ahora, estás en la mansión de los Ferrero Catalán, una de las muchas mansiones de Frida Capuccine.
-...- no entendía mucho. -¿Tú nos trajiste aquí?
-Asi es, no supe que querían de ustedes los chicos de negro, pero ahora están a salvo aquí.
-Ohh.- Mi mente no reaccionaba, las piezas no cuadraban con nada, no había nada coherente en este lugar. Observé mejor el cuarto y no veía a Frida por ningún lado. -¿Donde esta Frida?
-Ella está en su habitación... Aguarda un minuto debo bajar por unas cosas. -Fueron las palabras de Jasper antes de bajar por donde subió, la habitación estaba en el segundo piso, pero a Jasper no le importaba salir por la ventana.
-¡Chicoos!- se escuchó un grito exagerado, y segundos después Frida abrió la puerta de la habitación. -¡Despierten Maldición!- Johan con el grito cayó del sofá, mientras Jessy se despertaba.
-Hey Frida, no grites más.- sentía algo de dolor de cabeza y con el escándalo de Frida, podría darme migraña.
-Diego ¿sabes dónde estamos?- preguntó Frida.
-Se supone que en tu casa, tú deberías saberlo.
-Pff, claro que lo sé ¡es mi casa!- Frida gritó, yo mostré una mueca.
-¿Que sucede chicos?- Johan se paraba del suelo.
-Shh, callense, quiero dormir.- se unió Jessy a la conversación. -Esperen ¿donde estamos?
-¡Es mi casa!- gritó Frida.
-No grites por favor.- dije sobándome un poco la cabeza.
-¿Por que no nos dijiste que eras rica?-dijo Johan riendo.
-No soy rica, mi familia lo es, y digamos que yo no soy su apreciada hija.- dijo Frida mirando la hora en su reloj. -No jodan, miren la maldita hora carajo.- dijo Frida. Johan y yo, nos desconcertamos al escuchar el dialecto de nuestra amiga.
-Ya te habías tardado amiga.- Jessy solo se burló un poco, mientras se paraba de la cama.
-¿Ya se había tardado para que?- preguntó Johan confundido.
-Para maldecir con su vocabulario real.- aclaró Jessy.
-No creo que eso importe ahora, en fin ¿qué hora es?- pregunté.
-Ya casi oscurece, son las seis con treinta minutos.
-¿Entonces porque dices que anochecerá?- Mencioné.
-En todo caso amanecerá Frida.- Johan apoyo mi idea.
-¡Ay si! ¿verdad?- confundimos a Frida lo suficiente.
ESTÁS LEYENDO
Prohibido Enamorarse
Teen FictionPareciese que tengo un radar para estar en el lugar equivocado en el tiempo equivocado. Ahí mire nuevamente su rostro y de cierta forma me sentí aliviado, pero de igual modo sentí terror, quizás él había cambiado por completo o talvez no, a quien di...