Semana 6. Encuentro (Capítulo final)

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Domingo.

El último día de la estancia de Taehyung allí. Por suerte, este y su amigo no habían dicho nada de esto, para no obviar lo evidente.

Una vez el mayor se despertó, lo primero que hizo tras darse la vuelta mientras su cuerpo seguía enredado con las sábanas, fue soltar un largo suspiro. No estaba cansado, en absoluto; sentía nostalgia anticipada, pues no pensaba que fuera a pasarse todo aquello así de rápido.

Pasó de estar tumbado a sentarse con los pelos revueltos en la cómoda cama, y cogió su teléfono móvil para comprobar si el menor le había enviado algún mensaje, algo un poco estúpido, pues era demasiado temprano. No sabía cómo se las había arreglado para despertarse temprano en vez de más tarde durante sus vacaciones.

Soonshim correteaba emocionado a su alrededor mientras el mayor se levantaba con pereza y enviaba mensajes a Jungkook, que sabía que no iba a leer, pero que tenía planeado que lo hiciera en el momento correcto; se vistió lo más rápido posible, abrazó a su querido perrito y corrió por las calles de Busan.

🍃

Jungkook dio un ronquido bastante sonoro cuando oyó su móvil sonar. Al tercer mensaje que le llegó, se dio por vencido contra el sueño y se despertó, pensando en aquel que había perturbado su descanso un domingo. Dispuesto a insultar balbuceando, dejó de decir palabra cuando vio que era Tae. Bueno, tal vez le perdonara; sin embargo, sus mensajes no tenían sentido.

TaeTae (alien cariñoso)

Adivina quién está aquí.
(enviado a las 8:26 AM) (recibido a las 8:49 AM)

Dormilón.
(enviado a las 8:26 AM) (recibido a las 8:49 AM)

Ábreme.
(enviado a las 8:27 AM) (recibido a las 8:49 AM)

Con los ojos borrosos todavía, lanzó el móvil contra la cama y fue a lavarse la cara. ¿A qué venía eso? Se peinó un poco, se puso una chaqueta y se volvió a sentar en su cama, haciendo memoria de lo que pasó ayer.

No tuvo mucho tiempo para pensar, porque tocaron al timbre de su apartamento. No tenía todavía consciencia de todo; era muy temprano y estaba de todo menos despierto. Anduvo con torpeza y casi chocándose con todos los muebles del hogar, hasta llegar a la puerta, que abrió y lo primero que oyó fue:

– ¡Sorpresa!

– Qu... –antes de seguir hablando miró hacia la bolsa que tenía en las manos el otro; una bolsa que olía demasiado bien. De repente se acordó de que estaba despeinado y con el pijama, y se tapó lo más rápido posible con las manos. Siguió ablando con una voz pegada, pues estaba recién despierto–. Es muy temprano...

– Por eso quería venir, para que veas lo pesado que eres cuando me levantas con tus mensajes, mi amor –dijo mientras se autoinvitaba a entrar y le lanzaba un beso al aire, cosa a la que el menor se apartó lo más rápido posible–. Es broma, chico. Tampoco hace falta que muestres tu odio de esa manera. Por cierto, bonito pijama.

El menor se avergonzó y deseó no estar ahí en ese momento; seguía preguntándose qué hacía ahí Taehyung desde que vio que era él el que había tocado a la puerta. Sin embargo, debido a la mezcla mental que tenía en su mente simplemente fue a cambiarse mientras el mayor se aventuraba a buscar la cocina del apartamento para sacar todo lo que había traído; dos cafés y una caja completa con seis donuts rellenos y cubiertos con glaseado. Cuando entró Jungkook en la cocina, se acercó corriendo y parpadeó varias veces para comprobar que era real y que no eran de mentira; la mente puede fallar por la mañana.

We Are Numbers ❧ TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora