Primera Carta

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I

Hay promesas que uno se hace para cuando ama, pero difícilmente pueden mantenerse o cumplirse.

Yo, prometí que nunca me iría de tu lado y tú, que siempre me amarías.

No te culpo, no nos culpo. Vivimos lo que tuvimos que vivir, no nos quedamos a medias, no nos faltó nada, lo logramos. Hasta donde pudimos lo logramos y ¿sabes? Me siento contento, feliz y orgulloso de haber logrado lo que tanto me había propuesto... aprender a amar.

Porque sí, efectivamente era un pendejo tratándose de amor, con promesas vacías, besos secos, caricias ásperas, sentimientos con reglas. No sabía amar hasta que te conocí y sí, puedo decirte con toda la libertad que me diste en mi madre cuando te fuiste.

Sí, fue mi culpa.

Mi culpa por no saber controlar mis sentimientos y emociones; pero cariño, fue también tu culpa. Porque tú me enseñaste que cuando algo se siente lo tienes que gritar a los 4 vientos y no ocultarlo, que es necesario amar en el momento porque después no podrás hacerlo. Porque todo es tiempo y el tiempo se acaba, nada volverá a ser como antes, así que disfruta de lo que estas haciendo ahora porque no lo volverás a vivir.

Me enseñaste a amar a la antigua, a amar como ya no se ama en estos tiempos de redes sociales y mentes vacías. 

Mujer, me convertiste en alguien que no era, rompiste mis prejuicios y cambiaste los esquemas y me amaste como nunca nadie lo había hecho.

Te fijste en mis defectos, en lo que más odiaba de mi ser y los convertiste en tus puntos favoritos, te fijste en eso que nadie miraba en mí.

Estaba hecho un pendejo por ti.
No por tu cuerpo, tus ojos, tu pelo, tu boca.
Yo no quería ser como la bola de perdedores que solo voltean a verte por tu figura.
Quería ser auténtico y al igual que como lo hiciste conmigo, me enamore de tus defectos, de eso que no envejece, que no cambia, de tu risa estruendosa, de tu odio hacia tus pies y el sol, de tus manos que sudan después de estar mucho tiempo tomadas a las mías, de tu manía de tener todo organizado, de tu horror hacia las faltas de ortografía, de tu necesidad de subir el volumen de la música en tus audífonos a tal grado que te reviente el tímpano. Me enamore de todas esas cosas que una persona en su sano juicio no encontraría atractivas, solo yo.

Que en algún punto, cuando llegará a formar parte de tu lista de ex novios, ser ese nombre destacado, apartado de todos los demás porque te ame de forma diferente, porque marque tu vida, porque no fui igual a los demás, sí, termine en el mismo punto que todos ellos, pero amor como el que nos dimos no volverá a existir.

Porque no necesitamos más de un año y medio para marcarnos de por vida, en menos de lo que imaginamos nos convertimos en lo que deseábamos ser el uno para el otro.

Con orgullo puedo decir que fuiste mi primera sensación, la primera vez que sentí el amor de una forma sincera, donde por primera vez me decidí a amar sin esperar nada y aunque no esperara nada, lo encontré todo.

Hoy, con tu partida, entiendo que hace frío sin ti. Pero se vive.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2017 ⏰

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