Capitulo 3 - Verdades

43 3 0
                                    


Al notar eso el chico, continúo hablando.

- Okay, te lo explicaré, primero mi nombre es Dorbuk Asdrubal Millinger, tengo die --- pero antes que continue fue interrumpido

Ø DOR.... QUE? AS.... QUE? – Dijo la chica con asombro de no poder recordar el nombre que menciono, apenas unos segundos, no fue tan fácil como Pedro, apenas y recordó como empezó para hacer la pregunta.

El sonrio agachando la mirada, y subiendo un brazo hasta su cabeza para pasar su mano por el cuello y luego por el cabello.

- DOOOORBUUUKKK ASDRUUUUBAAAL, son mis nombres de nacimiento y juramento. Se que son raros en este lugar, pero donde yo vengo son nombres de antiguos dioses.

Ø Lo siento, no fue mi intención que te ofendieras, pero nunca había escuchado nombres asi. – Lo dijo mientras miraba el suelo, sonrojada esperando que el chico la dejara de ver.

- No te preocupes, no me ofendiste, puedo continuar para que me conozcas más- Lo dijo como si no hubiera pasado nada, y un poco inquieto.

Ø Claro continúa.

- Bien, tengo 19 años recién cumplidos, justo el día que me lastimaron el brazo – un silencio mientras él se miraba su brazo para indicar la herida, y de pronto dio una pequeña risa – y el día donde te conocí. – la miro.

Ella sintió una pequeña corriente en su espalda, un cosquilleo con solo su mirada, se había quedado sin palabras, solo lo observaba.

- Sabes que las maldiciones pueden hacer daño a las personas, pero también pueden resultar beneficiosas para otras, en mi caso ocurre las 2. Cuando tenía 15 años mi madre fue obligada a tomar una decisión respecto a mi salud, tenía algún problema en mis pulmones, habían momentos donde dejaba de respirar y me desmayaba., pero luego algo cambio, una señora llego con una solución que parecía muy fácil, y realmente era sencillo, curar mi salud y pagar.

Ø ¿Ser un cuervo? – Ya se había sentado al frente de la cama, para continuar escuchando la historia.

- Así es, en realidad era una opción.

Ø ¿Cuál era la otra opción?

- Ser un armadillo – y creeme nadie quiere ser un armadillo.

Ø Por alguna razón pensé que dirias un sapo, y asi tendría mas sentido la historia. – Lo dijo con una risita

El también se rio, pero tenia la mirada hacia abajo y parecía estar triste, ella noto como se encontraba y se acerco a el, sentándose en la cama.

Ø Lo siento, no debi decir eso, pero realmente me cuesta entender esta situación, tu mirada – El levanto la cabeza para mirarla fijamente mientras ella hablaba – tu .... Mirada se me ... hace muy familiar – lo dijo con mucha lentitud, de lo distraída que se puso al observar de cerca los ojos.

- Puedes reconocerme por mi mirada, ¿y yo aun no se tu nombre?

Ø En realidad si, como no reconocer esa mirada, los ojos de alegría cuando cure al pequeño cuervo – lo dijo recordado el momento y sonriendo al instante.

- De lo cual te lo agradezco mucho.

Ø Mi nombre es Gema

- Como el de una joya, ¿verdad?, eh escuchado mucho sobre joyas y piedras preciosas, creo que te queda muy bien el nombre.

Ø Supongo que gracias – se había comenzado a sonrojar, nadie había dicho semejantes piropos en una misma oración sobre su nombre.

- Se que es complicado entender esta situación, y no quiero que pienses que estoy aquí para hacerte daño o algo así.

Ø No creo eso, aunque ahora no se que pensar respeto a que te quedabas todas las noches en mi habitación – lo decía mientras tomaba algo de distancia.

- Si lo sé, pero tranquila. En realidad mi propósito era protegerte. Tu gesto tan amable de curarme, tenia que agradecértelo de alguna manera.

Ø ¿Cómo te lastimaste esa noche? – lo dijo mientras volvía a retomar su puesto junto a él.

- Se que son demasiadas preguntas que debes tener para mí – Ella afirmo con su cabeza – pero habrá mucho tiempo para responderlas todas. Mientras tanto hoy mi objetivo era presentarme totalmente como soy, o bueno mi otra mitad, y darte tu regalo de cumpleaños. - mientras se levantaba de la cama.

Ø Un regalo ¿un regalo para ... mi?- Ella aun sentada en la cama, lo observaba aun en shock.

- Claro, hoy es tu cumpleaños, recuérdalo.

Ø Si, es cierto – desviando la mirada para concentrarse mejor. Se había dado cuenta de que no llevaba camiseta y pudo observar su torso, totalmente desnudo, con una marca en el brazo, incluso la cicatriz lucía tan bien en él. Un abdomen muy marcado al igual que sus brazos, claramente se notaba que el chico se ejercitaba.

- ¡Gema! – mientras hacia un movimiento con los dedos intentado llamar su atención a él. Ella lo miro – bien digamos que ya me conoces mas o menos así que es hora de tu regalo. – mientras sacaba algo de su bolsillo. 

El CuervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora