ayer me ame a mi misma, y hoy desperté odiándome.
Lo curioso de todo esto no es el cambio, o la aceptación porque no es cosa de todos los días, es cosa de que tu mente se sienta con la necesidad de darse un poco de amor o de simplemente desgarrarse.
Y como dice Tyler Joseph, a veces para estar vivo tienes que matar tu mente. Solo que yo ya estoy muerta.