Capítulo 1

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En otro día de mi vida, iba caminando hacia el instituto junto a mi novio Jack, casi todas las chicas del instituto (y algún que otro chico) me tenían envidia, Jack era el chico mas deseado del centro. Me sentía tan feliz a su lado que sentía que ese amor no cambiaría y que nada ni nadie podría separarnos. ¡Que ingenua era!
Jack y yo nos despedimos (como siempre) antes de entrar a mi clase.
Él era un año mayor que yo, por lo tanto, tenía otras clases.
—¡Kate!-Dijo mi mejor amiga.
—Hola Susan.-Dije sin mirarla directamente.
—¿Cómo te va con Jack?-Dijo acercándose a mí.
—Bien, como siempre. ¿Por qué lo preguntas?
—No, por nada.-Decía ella desviando la mirada. —Susan, dime que pasa.-Dije girándome para mirarla. —No sé, me ha parecido verle un poco distante contigo, no sé, son solo tonterías que se me pasan por la cabeza, no te lo tomes muy en serio.-Dijo intentando no darle importancia.

En ese momento llegó el profesor de literatura y como de costumbre, nos sentamos en nuestros pupitres.

Desde entonces empecé a preocuparme, pero no le di demasiada importancia, a veces todos teníamos días malos.

Tres horas después de aburridas clases y profesores hablando sin parar, sonó mi segundo timbre favorito, el recreo.

Salí de clase y me sorprendió ver que Jack no estaba.
Se le habrá olvidado, pensé.
—¿Dónde está Jack?-Dijo Susan mirando hacia el pasillo.
—Seguro que está esperando fuera.-Dije poco convencida.
Salimos de la clase y nos dirigimos al banco que estaba a la derecha de la entrada, desde ahí podíamos ver si Jack salía.
Tras diez minutos hablando, mi mejor amiga y yo decidimos ir a la clase de mi novio, pensamos que tal vez le habían castigado.
Cuando llegamos nos asomamos a la pequeña ventana que había al lado de la puerta y nos dimos cuenta de que no había nadie dentro y el aula estaba cerrada con llave.
Justo en ese momento sonó el timbre de vuelta a clase.
Me tocaba matemáticas y el profesor era el más aburrido de todo el instituto.

No podía parar de pensar en Jack. ¿Y si le había pasado algo? Estaba realmente preocupada.

Otras tres horas después, sonó mi timbre favorito.
En la salida del instituto todos los alumnos me saludaban al pasar, pero esperé y esperé y al ver que mi novio no venía, decidí irme a casa sola.
De camino a casa intenté darle una explicación lógica al por qué no había visto a Jack en toda la mañana. Pensé que tal vez se puso enfermo y llamó a sus padres para que le recogieran. Esa era la explicación más lógica, por lo tanto dí por hecho que ocurrió eso.
En cuanto llegue a mi casa, cogí mi móvil y le envié un mensaje. Estaba en línea pero no veía mi mensaje. Pensé que estaría ocupado.
Cuando comí volví a ver mi móvil y descubrí que había leído el mensaje pero no me había contestado. Él nunca hacía eso, y menos si me veía preocupada.
Así que decidí ir a su casa para ver que le ocurría. Cuando llegué, me abrió su madre y me invitó a entrar.
—Jack no está en casa.-Dijo ella.
—¿Sabes dónde puede estar? Me gustaría hablar con él de algunas cosas importantes.-Decía yo mirándola fijamente.
—Si te soy sincera, no tengo ni idea, solo dijo que se iba, no dijo nada más, pero si algo te preocupa, puedes preguntármelo a mí.-Dijo despreocupada.
—Bueno, verás, al salir del instituto no lo he visto y en el recreo lo he buscado por todas partes y nada.-Dije sincerándome.
—Pues él estaba allí, no me ha llamado para ir a recogerlo.-Dijo ella empezando a preocuparse.
Cuando me dijo eso me fui de allí.
Llegué a casa y miré mi móvil, no me había contestado aún y me puse tan nerviosa que las lágrimas empezaron a caer una tras otra de mis ojos y me odiaba por haber dejado que eso sucediera. Entonces, sonó mi teléfono, rápidamente me sequé las lágrimas de las mejillas y miré que me llamaba.
—¡Jack! Hola, me vas tenido muy preocupada.-Decía yo subiendo el tono.
—Hola Kate, no puedo hablar, te llamo solo para decirte que mañana no te podré llevar a clase, así que no me esperes, lo siento.-Dijo él preocupado.
—Vale, pero Jack, ¿Que te pasa? Ya sabes que puedes contarme lo que sea.-Susurraba yo, bajando el tono.
—Kate, lo siento.-Dijo justo antes de colgar.
No sé qué me pasó en ese momento, pero ya estaba llorando de nuevo. Eso de llorar todo el tiempo me daba rabia, así que lloraba más por la impotencia.
Después de un buen rato llorando sin parar, decidí llamar a Susan, y que viniera a mi casa, necesitaba alguien que me ayudara a asimilar qué había pasado y Susan era la más indicada para ayudarme.
Saqué mi teléfono de debajo de la cama (lo tiré después de hablar con Jack) y la llamé. En cinco minutos ya había timbrado en casa. Subimos a mi habitación y le conté lo que había ocurrido y como había reaccionado.
—¿A roto conmigo?-Dije casi llorando.
—No, yo creo que solo necesita un tiempo, su equipo está en la final de baloncesto y es mucha presión.-Dijo Susan mirándome a los ojos.
—Pero nunca ha sido así conmigo, llevamos dos años juntos y en ningún momento se ha comportado así.-Dije triste.
Dos horas después, Susan tuvo que irse a casa y yo me quedé mi habitación dibujando, era lo único que me podía tranquilizar. Timbraron en mi casa, mis padres no estaban, así que fui a abrir la puerta.

A Media Palabra, Una LágrimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora