Holii! ¡Ya volví! Acá les dejo dos capitulos. Espero que disfruteen :3 ¡See ya!
Mitchie Hayden
- Me parece excelente pero – La interrumpí.
- No, ya es la quinta vez que me plantas, es ahora a la salida, al menos una canción Bella, solo una ¿Si? – Le rogué poniendo pucherito.
- Está bien –
- ¡Yei! – Grité sonriendo.
La abrasé rápidamente y empezamos a calentar.
- ¿Viste a esos tipos de ahí? Nunca los había visto antes – Me preguntó Bella señalando indirectamente a la puerta.
- Yo tampoco… Es extraño – Dije mirándolos de reojo.
- Pero el chico que está con ellos está bueno – Dijo Bella a lo que me reí.
- Bella, vos nunca vas a cambiar… Tengo que admitir que sí –
- ¡Vamos chicas! – La música comenzó a sonar y todas nos pusimos a bailar.
Podría jurar que conocía a esas personas de algún lado.
Borré esos pensamientos de mi mente y me concentre en seguir la coreografía.
Una vez terminada la coreografía fuimos a buscar nuestras cosas y nos cambiamos.
- ¿Vamos a bailar afuera? – Pregunté.
- Si – Me sonrió Bella. Salimos corriendo rápidamente y choque contra alguien.
- Yo… Yo lo siento, ¡Adiós! – Sonreí nerviosamente y me fui corriendo con Bella. – Oh. Mí Dios. – Ambas empezamos a sonreír.
- ¡¿Viste cómo te miraba?! – Gritó Bella y le tapé la boca rápidamente.
- Si pero no lo grites a los cuatro vientos. – La regañé riendo.
- Dejame estar feliz porque un chico te miro babeando. – Se burló ella.
- No estaba babeando. – Dije sonrojada.
Prendí el equipo de música y Tori y Perrie se unieron a la coreografía que habíamos armado antes.
Amábamos bailar en la calle, era como una tradición de nosotras. Sentir la música entrar a nuestros huesos y moverlos a su ritmo mientras divertíamos a la gente con las coreografías o con el “free style”… hermoso. Solemos aparecer de la nada y comenzar a bailar o hasta cantar mientras lo hacíamos.
- Me voy chicas. – Les sonreí.
- ¡Chau Mitchie! – Se despidieron sonriéndome.
Y ahora era cuando volvía al mundo real.
Entre en ese horrible callejón mientras nadie miraba y me adentre al conjunto de cajas que habían armadas tapando el gran agujero de la pared.
- ¿Cat? – Llame a mi hermana con el corazón en la garganta. Me adentré en esa casa abandonada intentando no pisar algún ladrillo y miré alrededor.
- Estoy bien – Dijo ella parando los latidos de mi corazón. Salió de nuestra “casa abandonada” y me abrazó fuertemente.
- ¿Estás bien? ¿Vino alguien? ¿Paso algún borracho? ¿La policía? –
- Unos chicos entraron al callejon pero salieron a los dos minutos, tranquila Mit, nada va a pasarme – Me sonrió. Su inocencia era increíble. Viviendo en las calles a los nueve años, gracias a dios, todavía la conservaba.
- Gracias Cat, te amo – La abrasé fuertemente.
- Yo igual te amo Mitchie – Nos separamos y nos sentamos al lado del tacho de basura. - ¿Mañana puedo ir a dormir a casa de Bra? –
- ¿Quién es Bra?- Pregunté confundida.
- Es la chica que conocí en la plaza, con la que siempre me junto –
- Oh, sí, ya lo recuerdo… Si y disfruta ese hogar al máximo por mí – Dije bromeando, cuando lo decía literalmente.
- Gracias, ¿Vamos a dormir? –
- Si, ya es muy tarde hermosa – Dije mirando la luna.
- Tengo hambre Mitchie – Dijo ella sobando su estómago.
- Espérame acá y no salgas que voy a comprar, hoy conseguimos algo de dinero – Ella me sonrió.
- Lo prometo –
Salí sigilosamente del callejón sin que nadie me viera y me crucé al negocio de enfrente.
- Buenas noches Mitchie – Dijo el sueño del mini mercado.
- Buenas noches Sr. Morgan. –
Caminé por los pasillos del mini mercado y tomé unos sándwiches de jamón y queso y un agua, ya que era lo único que me alcanzaba.
- 18 pesos - Dijo y puse 30 pesos en la mesa.
- Es por lo que te debo de la compra anterior – Respondí al verlo confundido.
- No, quédatelo, no importa –
- Gracias – Le deje los 18 pesos y salí para meterme de nuevo a ese horrible callejón.
- ¡Traje la cena! - Dije sonriente.
- ¡Sí! – Sonrió y tomó un sándwich. – Gracias Mitchie –
- De nada –
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¿Quien soy yo? |Libro I
FanfictionTener dos vidas era suficiente para mí, lograba fingir una vida con mis amigas, sonriendo todos los días, yendo al colegio, sacándome buenas notas, todo para luego caminar por la parte más vacía de la ciudad y recordar que ese cuento de hadas que vi...