-¿Por qué lloras tinta?- me preguntó una voz infantil.
Levanté la cabeza y vi a un niño de apenas cuatri años frente a mí, mirándome con sus grandes ojos azules.
-¿Lloras tinta porque tienes los ojos negros?- negué con la cabeza- Entonces, ¿por qué? La gente normal no llora negro.
Me llevé las manos a las mejillas y comprobé que mis lágrimas eran negras. "Negras como mi alma."-pensé.
-Jo, tienes que contestarme, porfi.
-Quizás lloro porque estoy triste y no sé que hacer.
-Pero la tinta es para escribir cuentos, ¿no? Está dentro de los bolis. ¿Por qué no la usas para escribir?
Y entonces tuve una idea. "Gracias"- murmuré y me levanté para irme, pero el pequeño me paró agarrándome de la camiseta.
-¿Me das una lágrima?- recogí la última lágrima que me quedaba.
-¿Cómo te llamas?
-Dario.
-Bien, Dario, toma. Y cuando llores, usa la tinta para escribir.
Y lo vi marchar y me fui.
-¡Mira, mamá! ¡Tengo una lágrima de tinta!- escuché de fondo.
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La chica que lloraba tinta.
Short StoryAquel fue el principio de una historia. No fue un principio digno, y no tuvo continuación hasta muchos años después. Fue, y es, tan solo una seria de acontecimientos aleatorios, que nos ayudaron a ambos. Y que cambiaron nuestras vidas.