I Sleep Well《SoraMafu / Soraru x Mafumafu》

Tercer sueño

Al ver a Soraru-san así no pude evitar llorar, y lo difícil ahora era no hacer ruido. Quería tomar su mano, quería abrazarlo, quería hablarle, quería sentirlo y así confirmarme de esta horrible tortura... Pero no pude, simplemente corrí fuera del lugar con todas las pequeñas fuerzas que tenía en ese momento.

¿Esto fue por mi culpa? Esto fue por mi culpa... Perdón, Lo siento... Creo que los papeles deberían cambiar... Creo, no, estoy seguro de que tú merecías vivir, y tener una hermosa vida... Yo no sé vivir, y menos sin ti, yo no quiero vivir sin ti... Yo...

??:?? AM/PM

Volvía a estar frente a esa puerta gigante, no tenía miedo de ella, quería abrirla, quería ver a Soraru-san... Después de verlo así en el hospital, quiero aferrarme a esta fantasía...

Me paré y con todas mis fuerzas traté de abrir la puerta, por alguna razón no pesaba a pesar de su tamaño. Al abrirla se vio un lugar lleno de flores, unos cuantos árboles ¡Gigantes! Y un camino de tierra desde el punto donde estaba. Sin darme cuenta, el cuarto oscuro en el que estaba había desaparecido, y atrás mío también habían flores, árboles y un camino.

Me dispuse a seguir el camino, toda mi ansiedad había desaparecido, sentía que al final del camino estaría Soraru-san, él estaría esperándome, como si fuera un día normal...

A medida que avanzaba se empezaba a ver el final del camino, y con éste se asomaba una gran y peculiar ciudad, se veía hermosa y aún no la exploraba, ¡Quería hacerlo con Soraru-san! Aunque, ¿Dónde está?. Empecé a ver en todas las direcciones buscándolo, y lo encontré, al lado del camino y la lejana ciudad habían unos cuantos árboles, y debajo de estos ¡Había un lindo Soraru-san durmiendo!, no pude evitar emocionarme mucho y correr hacia él.

Creo que hice mucho ruido porque al llegar lo escuché quejarse y moverse, me senté frente a él... Antes de darme cuenta estaba sonriendo, acariciando su cara, y llorando.

―Mafumafu... ¿Qué pasa? ―Escuché a una voz apagada y somnolienta decir, era... Soraru-san, era su hermosa voz, era aquella voz que ya no puedo escuchar más que acá... ―.

No supe qué hacer, sólo me tiré encima suyo y lo abracé con todas mis fuerzas.

―S-SORARU-SAAAAAAN ¡¿POR QUÉ ACTÚAS COMO SI NADA?! ¡ESTO ES SÓLO UN SUEÑO! ¡TÚ NO ESTÁS CONSCIENTE FUERA DE ACÁ! POR MI CULPA ESTÁS A PUNTO DE MORIR ―Hablé sin ser consciente de lo que decía, y tampoco me había dado cuenta que me había sentado en el estómago de Soraru-san, golpeando débilmente su pecho, y llenando su pálido rostro de lágrimas―. Yo... ¡NO QUIERO VOLVER A VER A SORARU-SAN ASÍ!... Rodeado de máquinas en una habitación inundada del aroma del suero...

―Yo soy real, no estoy apunto de morir, escucho todo lo que pasa, también te escuché entrar a mi habitación y a los segundos correr, puede que no entiendas qué está pasando... Pero confía en mí ―Sentí la yema de sus dedos correr algunos de mis mechones de pelo, y limpiar mis interminables lágrimas. Habló con una voz muy suave, y entre mi borrosa vista creo haber visto una sonrisa en sus labios―.

Tras unos minutos en silencio logré calmarme, limpié las últimas lagrimas que quedaban en mi rostro, noté que Soraru-san aún tenía mojadas sus mejillas, así que con mi manga las sequé, tras finalizar el trabajo, no pude evitar sonreír, Soraru-san me dijo que confiara en él y lo haré, quiero creer que el realmente está aquí conmigo, una vez más, con esos brillantes diamantes que tiene por ojos, esos labios que en verano se ven suaves y colorados, pero en invierno se ven algo pálidos y partidos, esos largos y desordenados cabellos índigos... Todo se veía tan perfecto en él.