Caderas

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DATO IMPORTANTE:
ESTA HISTORIA ESTÁ CENTRADA EN LA EDAD ADULTA DE LOS PERSONAJES DE BNH. (20 años para ser precisos)

Se encontraba Katsuki Bakugou arreglándose en el cuarto de su piso, llevaba una camiseta de tirantes negra, con una sudadera granate, a juego con unos pantalones pitillo de color negro, con ciertos cortes en las tobilleras. Unas botas azabache, sin faltar su collar de cadenas plateado.
Se repeinó unas siete veces su cabellera ceniza, posando frente al espejo.

-No puedo ser más sexy, verdad?-. Se decía a él mismo con cierta chuleria.

Prrr prrr

Vibró el teléfono, se trataba de su mejor amigo, Kirishima.

Kirimbécil: Bro, te falta mucho? Ya voy tirando.

Katsu: Ya bajo, esperame en la entrada.

Contestó rápidamente, guardó el teléfono en el bolsillo y salió por la puerta del apartamento cerrando con llave.
¿Donde se dirige nuestro protagonista? Os preguntaréis. Pues , como bien ya tiene 20 años , hacia una discoteca de la ciudad, con su amigo Kirishima, y un grupo de amigos más, así como Kaminari, y Sero. Nuestro rubiales se encontraba soltero, y sus amigos intentaban siempre presentarle alguna chica, pero este siempre acababa rechazándolas a todas, ninguna le gustaba. Y no se sabia el porqué.¿ Tal vez era gay? Siempre cuestionaba Kirishima.

Katsuki, se montó en su Kawasaki z1000 granate, la cual rugía como bestia por las oscuras y húmedas calles de la ciudad. Hasta llegar a su destino, aparcando en una esquina y quitandose su negro casco de llamas rojas, acompañado de sus guantes de cuero.

-Ey bro! Como te has tardado tanto?-. Se acercaba Kirishima, acompañado de Sero.

Kirishima iba vestido con una camiseta de manga corta blanca estrecha, la cual marcaba sus bien formados abdominales y pectorales. Con una chaqueta de cuero azabache, a juego con sus grandes botas, y su tejano granate. Se rapó la nuca, y llevaba coletilla. Sero en cambio, iba más sencillo, con un traje negro, nada más. No le gustaba llamar la atención como a sus amigos.

-No tenía muchas ganas de venir.-. Intentó disimular el rubio, en verdad, se tardó por arreglarse tanto. Le encantaba presumir.

-Ya claro, será eso.-. Rió Kirishima, bien conocía a su amigo.

-Haber si encontramos alguna chica para ti Katsu, que ya va siendo hora.-. Burló Sero.

-No necesito a ninguna mujer como vosotros para complacerme.-. Contestó el rubio.

-Yaa, eso dices ahora, pero tío, aún no has mojado el churro? -. Siguió burlando Sero.

-CÁLLATE YA CINTA AMERICANA ANDANTE!-. Ya se prendió Bakugou.

-JAJAJAJJASJKDJASJDJ BRO CÁLMATE-. Kirishima no aguantó el espectáculo, y rió como foca retrasada.

-Tal vez si le presentamos a un tío, se le levantará de una vez por todas-. Dijo Sero, corriendo hacia la entrada de la discoteca antes de que su amigo le explotara la cara.

Finalmente entraron, Katsuki en medio, con sus amigos detrás. Llamaban mucho la atención, todas las chicas se paraban a mirarlos, suspirando por ellos, sobretodo por el rubio de delante.

-Oye, y el cargador andante donde está?-. Preguntó Katsuki.

-Mnn, me dijo que se encontró con alguien, que luego se juntarían con nosotros.-. Respondió Kirishima

Bailaron media noche, hasta quedarse sin aliento. Kirishima había bebido demasiado, así que se quedó sentado en la barra con un par de chicas. Sero se quedó cuidándolo para que no hiciese ninguna tontería, y Katsuki, bueno, se quedó bailando. Muchas chicas se le acercaban para bailar con él, este simplemente las ignoraba, o bailaba con ellas para que se callaran. Hasta que pusieron reggetton, que dejó de bailar. Katsuki odia ese tipo de música, así que se dirigió a unos sofás a sentarse y tomar algo. No era mucho de beber.
Se sentó, y más chicas fueron a hablar con él.

-Oye, quieres bailar??-. Preguntó una chica morena, la cual sus amigas estaban detrás riéndose por lo que pudiera responder el rubio.

-No, estoy cansado.-. Dijo frío y sereno. Realmente lo estaba. Apartó la mirada, quedandose embobado mirando la pista de baile, hasta que...

... vió una figura. De hombre, era una figura fina, no era muy masculina, pero no desprendía feminidad. Se veía delicada, le resultaba algo familiar. Aunque a lo último no le dio mucha importancia. Quedó prendado, por como se movía al ritmo de la música "mala mujer" exactamente. No le gustaba la canción, pero el como se movía, sobretodo sus caderas, al ritmo de la melodía, simplemente se quedó embobado.¿ Que tipo de belleza humana es esta?
Se preguntaba para sí mismo.

No pudo evitar levantarse, e ir a bailar con aquel chico de caderas rítmicas.

Se puso a su lado, cada vez que se acercaba más a él, más familiar se le hacía. Comenzó a bailar, a mover sus caderas de manera lenta y sensual, haciendo que el contrario se diese cuenta de su presencia, girándose. No podía verle bien la cara, ya que la sala estaba oscura. No le importó, asi que sujetó su cadera y bailaron al unisono. El más bajo de estatura, iba agachándose rítmicamente, sensual, pero sin pasarse de pícaro. Perfecto , pasaba por la mente del rubio.

Y así estuvieron media noche más, bailando juntos, sin parar, sin descoordinar, sin despegarse el uno del otro. Hasta que al rubio se le ocurrió la idea de lanzársele. Ahora bailaban una lenta , así que estaban pegados. Katsuki acarició la mejilla del contrario, bajando su pulgar hacia su labio inferior. Que preciosas pecas tiene. Que labios más finos y carnosos.
Acercó sus labios a los del contrario, rozándolos, jugueteando, intentando torturar al bajito para que le besase de una vez por todas. Una leve risa traviesa se le esacapó al más bajito, una tierna y adorable risita, que hizo derretir al más alto.
El pecoso rodeó con sus finos brazos por la estrecha cintura del rubio, pegando con delicadeza sus labios con el contrario. Un beso, tras otro. Katsuki acariciaba la cabellera del menor, sin perder el ritmo de la música, con una mano en la movidiza cadera del pecoso.

El menor se separó de esos tiernos y sensuales besos, para decirle:

- Quieres tomar un poco el aire?-. Una dulce voz salió de esa pequeña boca.

-Está bien-. Katsuki estaba un poco confuso, en serio le sonaba mucho esa melosa voz.

Se dirigieron hacia la salida, olvidando a sus amigos que aún se encontraban dentro de la sala.

El menor salió primero, quedándose frente a una farola. Katsuki, pudo ver más clara esa silueta. Una silueta más bajita que la suya, mucho más fina. Su espalda hacía forma a sus caderas, de ancho a más estrecho, haciendo otra vez esas curvas, de sus caderas a sus redondas nalgas, y sus finas piernas. Pelo oscuro, reboltoso, que bajaba hasta su blanca y sensible nuca. Llevaba puesta una camisa negra y estrecha, a juego con unos tejanos marinos, también estrechos. Iba muy sencillo, pero su figura llamaba la atención. Era, demasiado familiar.

Hasta que, finalmente se giró a ver al rubio.

-Tu eres Kacchan, verdad?-.









El amor está en el aire [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora