En mi mente [Dylmas]

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Para empezar... tengo un flipante dolor de cabeza. Anoche no dormimos mucho, ¿eh, querida mente mía? Nah, para qué. Dormir está sobrevalorado, pero a ver quién aguanta ahora todo el día de rodaje que tenemos por delante.

«¿Por qué te quejas? Si no te pasaras todo el rato pensando en...

VALE, VALE. Llegados a este punto supongo que tengo que presentaros a mi conciencia.

«Heeey~

Si eres un poco más entusiasta te mueres, ¿verdad?

«Nunca antes del primer café.

Pongo los ojos en blanco. Seguro que la adoraréis... con el tiempo al menos. Es un poco insoportable, pero se le coge cariño.

- Dyl, buenos días - en mi campo de visión aparece el ser más perfecto de este planeta.

Pipipipipipipiiiiii.

Eso es mi mente entrando en parada momentánea.

«¡Chico, te estás quedando en blanco!

- Ah... buenos días, Thomas - sonrío inconscientemente, imposible no hacerlo cuando se trata de él.

«Recógete la baba.

- Toma, creo que lo vas a necesitar - me pregunta, pasándome un vaso de café del Starbucks y yo veo los cielos abiertos.

Lo miro un segundo, procesando la información, pero creo que los engranajes de mi cabeza no pueden procesar tan temprano que alguien como Thomas exista en el mundo.

«De verdad que sin café...

Debe haberse levantado muy temprano para ir a buscarlo. Me pregunto si salió a correr... Llevo la vista al vaso mientras preparo un agradecimiento, pero me quedo sin palabras.

- ¡Qué pasada!

- Sabía que te gustaría - sonríe.

Observo a mi amigo mientras se da la vuelta con toda la intención de salir a la calle y que yo lo siga, pero reacciono a tiempo para agarrarlo de la muñeca.

Thomas se gira a mirarme, extrañado por mi gesto. La verdad es que no sé por qué se sigue sorprendiendo, en el set de TMR y de TW soy conocido como la lapa humana.

«Thomas es como un animalito, no le gusta mucho el contacto, pero se acostumbra por amor a su dueño.

No soy su dueño, pero el resto de la teoría es sumamente agradable.

«Ah, que no te gustaría ser el dueño de su corazón. Primeras noticias que tengo.

Carraspeo.

- Gracias.

- En serio, no hay de qué - se encoge de hombros y rehuye mi mirada, me parece ver un poco de color en sus mejillas. Quizás ha cogido algo de frío esta mañana.- Vamos antes de que Wes venga a buscarnos con un arsenal.

Yo río y el ríe conmigo.

Ojalá todas las mañanas fueran así.

«Si fueras más valiente...

Trato de callar mi conciencia mientras sigo a Thomas rumbo a la furgoneta que siempre tenemos preparada para ir al set.

No es tan sencillo. Estar enamorado de uno de tus mejores amigos nunca lo es.