Daddy Brunz

TENTH

No te aproveches de mí, porque tú sabes que no te dejaré. Me aseguro que sepas que siempre quiero verte. Lo harás por mí también.

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Está en una cama grande y en una habitación que nunca antes había visto. Paredes en un tono violeta con decorados blancos. Flores por doquier haciendo que el aire del lugar huela delicioso. Los rayos del sol se filtran por las delicadas cortinas alumbrando la habitación con destellos dorados.

Su espalda reposa contra las más finas sábanas y su cuerpo bañado en una fina capa de sudor, se siente bien, muy bien. Su mente la hace flotar y la lengua de su padre disfrutar.

Mira entre sus piernas y ahi se encuentra la cabeza con cabellos rizados de Bruno comiendosela como un muerto de hambre. Como si fuera un mendigó al cual le dan a comer el mas exquisito manjar.

"Oh". Un pequeño gemido sale de sus labios al sentir la lengua de su padre acariciar lentamente su clítoris.

La lengua de Bruno subiendo y bajando por su humedad la hacen sentir en el paraíso.

Su interior esta húmedo y caliente. Siente que un dedo ingresa dentro de ella y gime fuerte sosteniendo en sus puños las lujosas sábanas.

"Eres deliciosa bebé". Susurra Bruno a pocos centímetros de la humedad de Ross haciendola temblar cuando el aliento choca contra su sensible carne.

"Oh papi, más". Son las únicas palabras coherentes que salen de sus labios.

El agarre en las sábanas cada vez es más fuerte. Sus nudillos están blancos y sus piernas tensas.

La boca de su padre sigue devorandola sin piedad.

El dedo se mueve en su interior golpeando lo más profundo de su ser y su clítoris siendo mojado por la lengua codiciosa de su padre.

Bruno inserta un dedo más y Ross grita desesperada. Abre y cierra la boca buscando oxígeno.

El moreno no detiene sus lengüetazos en el pequeño sensible botón de su hija, curva sus dedos y masajea el interior.

"No pares papi". Y después de decir esas pocas palabras. Ross tensa todo su cuerpo. Su vientre se siente caliente y sin aviso su orgasmo la golpea fuertemente.

Respira agitadamente mientras, tras sus párpados cerrados fuertemente destellan pequeños puntos de colores.

Bruno saca los dedos del interior y Ross es consiente de como sus fluidos salen sin permiso de su cuerpo deslizándose hacia abajo entre sus nalgas.

"Te limpiare con mi lengua, comere todo como si de un helado en pleno verano se tratará". Bruno se inclina y sin más succiona todo, pasando su lengua por aquí y por allá.

Ross gime ante el tacto de la lengua áspera contra su sensible piel.

Su cuerpo está relajado contra el colchón y su respiración está volviendo a la normalidad. Abre uno de sus ojos y lo que ve la hace sentirse excitada de nuevo.

Bruno masajea su erección de arriba hacia abajo. Labios entre abiertos, ojos cerrados y cabeza inclinada hacia atrás, los pequeños rizos enmarcandole la frente.

Se sienta y toma las muñecas de su padre, deteniendo así los movimientos de Bruno.

"Hazme el amor". No es una petición es una orden. La cual Bruno está encantado de obedecer.