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19 agosto 2017

Adrien no logro dormir casi nada la noche anterior. La próxima visita de aquel joven pelirrojo lo había puesto nervioso, pues, aunque siempre lo veía en clases y una que otra vez en las calles cuando patrullaba como Chat Noir esta era la primera vez que iba a tener tanta cercanía con Nathanaël. Y eso ciertamente lo ponía nervioso.

Faltaba menos de diez minutos para que su compañero de clases llegue a su casa, más bien mansión. Y no había logrado tranquilizarse, ¿Qué pasaba si algo salía mal? ¿Y si accidentalmente causaba un malentendido y el pelirrojo no le volvía a dirigir la palabra? Aunque claro esto último no sería muy diferente a la relación que había tenido hasta el momento con el pelirrojo, por alguna razón que Adrien desconocía Nathanaël siempre había rehuido de él, ignorándolo cuando hablaba o simplemente yéndose de donde se encontraba cuando Adrien aparecía. Nunca entendió por que el pelirrojo se mostraba tan distante con él.

—Ya cálmate Adrien— fue la voz de Plagg lo que lo saco de sus pensamientos. — estas peor que yo cuando no encuentro mi preciado queso. Y créeme que esta situación no es tan grave.

—No lo entiendes Plagg, Nathanaël normalmente me ignora y posiblemente esta sea la única vez que pueda hacerme su amigo.

—Los humanos son muy complicados. Ustedes y si afán de caerle bien a todo el mundo — El kwami rodo los ojos.

Iba a replicar pero se vio interrumpido por el sonido de un timbre sonando. Nathanaël había llegado.

—Escóndete Plagg— Fue lo último que dijo antes de salir de su habitación corriendo para ir a recibir al pelirrojo.

Bajo las escaleras a la mayor velocidad que él podía alcanzar, más de una vez estuvo a punto de resbalar, caerse y posiblemente fracturarse algún miembro de su cuerpo. Pero llego. Se encontraba delante de la puerta, portón más bien, esperando al pelirrojo.

No fue hasta que la entrada se abrió y dejo ver al joven que se sintió más tranquilo. Realmente había llegado.

—Nathanaël, bienvenido, que bueno que viniste. — Hablo cuando el pelirrojo tenía el cuerpo completamente dentro de su hogar — Te ves... diferente...

El pelirrojo vestía deferente a como normalmente lo hacía. Llevaba una camiseta sencilla morada con el único detalle de un estampado de la banda "Ramones" en el centro, junto con un pantalón de mezclilla y unos converse negros.

—Si... bueno quería vestirme un poco deferente— El pelirrojo sentía la sangre que subía hasta sus mejillas — Gracias por invitarme.

El rubio asintió con una sonrisa, todo el nerviosismo que había sentido antes se había esfumado, Porque si Nathanaël estaba allí significaba que quería ser su amigo. Es lo tranquilizaba.

Lo invito a seguirle con un adaman exagerado y la típica frase "después de ti". Después de todo conservaba el lado galante que salía a la luz cuando se convertía en Chat Noir.

Guio al pelirrojo hasta su habitación que, según palabras de Nathanaël, era demasiado grande. Adrien nunca había notado que su habitación sea realmente grande, la notaba normal. Aunque claro, el vivió rodeado de lujos toda su vida. Lo único que atino a hacer fue aceptarlo, más de una vez sus compañeros de clase le hicieron esa observación. Porque si, Nathanaël era el único de sus compañeros que no fue a visitarlo. Principalmente porque siempre ignoraba sus invitaciones. Por esa razón se había encontrado tan nervioso antes de que el pelirrojo llegara, quería darle una buena impresión al único que parecía no agradarle. Y le complacía el sentir que lo estaba logrando.

Después de darle a Nathanaël un pequeño tour por su habitación, pedido por el pelirrojo, ya era hora de empezar a jugar, después de todo para eso fue el pelirrojo a visitarle.

Grande fue su sorpresa al ver que Nathanaël no sabía nada, pero seriamente nada, de consolas. De hecho no pudo reprimir su risa al ver que sostenía el mando al revés.

—Nath...— dijo entre risa al ver el rostro confundido del menor— Lo estas sosteniendo mal. Mira es así— reacomodo el mando en las manos del pelirrojo poniéndolo en la posición correcta.

—Ehhh... Lo siento, me confundí— soltó con una sonrisa nerviosa. Esta de más decir que un potente rubor cubría sus mejillas. — juguemos... y-ya quiero vencerte.

—Nath...en este juego somos equipo.

—Di-digo ya quiero vencer al enemigo. — El sonrojo había crecido más en las mejillas del pelirrojo, todo eso era muy vergonzoso. Renegaba internamente del creador de esos juegos tan complicados. Y renegaba internamente de el por no haber buscado una guía de cómo usar esos aparatos. Y también renegaba internamente del maestro Fu, se no ser por el no estaría haciendo el ridículo. En fin renegaba de muchas cosas.

— ­Nath... no hay enemigo, tenemos que llegar a la meta.

—...

—Nath... ¿Siquiera sabes manejar los controles? — le divertía la cara del pelirrojo, no iba a negarlo.

—No realmente— admitió, ya había hecho demasiado el ridículo por un día, no iba a negar algo tan obvio.

— Te puedo enseñar — Adrien se estaba riendo, no pensó que el pelirrojo no conocía nada de consolas.

—Eso estaría bien— dijo Nathanaël quedito y en forma de suspiro.

Había esperado poder revisar la habitación del rubio ese día para encontrar el recipiente de los Miraculous. Pero al parecer es no iba a ser posible.

~~~O~~~

¿Qué tal :D? ¿Les gusto el capítulo? Espero que si ewe

Se supone que tenia que editar unos videos para mi colegio y en lugar de hacer eso escribi el fanfic... fue una experiencia nueva y reconforatante (?) Okno pero lo mas seguro es que me maten cuando diga que no lo hice xD Si no me aparesco por aquí es porque me mataron.

En fin muchas gracias a las personitas que comentaron y votaron por esta historia :'D me hacen muy feliz.

No olviden comentar y dejarme su estrellita (solo si quieren, sin presiones ;9) me encantaría saber que opinan.

Gracias por leer 

Ura.


No se supone que esto pasara [Adrien x Nathanaël]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora