XIII

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La espera era casi insoportable. De hecho, Adrien estaba seguro de que si no hubiese tenido clases de esgrima la locura lo hubiera consumido... Si, así de desesperado estaba.

Si al principio, cuando descubrió los sentimientos que tenía hacia Nathanaël, no estaba seguro de si era un simple gusto o algo así. Los pocos días que no pudo mantener contacto con el pelirrojo se habían encargado de demostrar que era algo mucho más allá de un "simple gusto".

Cuando estuvo seguro que era una hora, que no lo hiciera parecer desesperado por ir demasiado temprano, quería dar una buena impresión.

Aunque tal vez si estaba desesperado. Pero no era necesario de Nathanaël lo note.

Una vez habiendo convencido -sobornado con queso- a su kwami de que lo ayude. Salió con agilidad por la ventana de su habitación vistiendo su traje como el héroe de Paris.

No tardó mucho en llegar hasta el lugar que buscaba, y una sonrisa apareció instantáneamente en su rostro al ver que Nathanaël cumplió su promesa. La ventana estaba abierta, y por la luz que salía a través de ella pudo asegurar que el pelirrojo lo esperaba.

Entro cuidando no hacer ruido. No sabía si la madre de Nathanaël estaba en casa, y no quería dar explicaciones de como llego hasta ahí sin haber cruzado la puerta principal.

Al no ver a Nathanaël ahí dentro decidió deshacerse de la transformación. Después de todo, el chico ya sabía su identidad (Tendría que preguntar como lo averiguo luego) y quería aclarar las cosas con Nathanaël sin mascaras de por medio.

—Vaya... Así que este es el lugar donde duerme tu amor platónico— Hablo Plagg después de darle una vista rápida a toda la habitación

— ¿Amor platónico?

Nathanaël había interrumpido la conversación del rubio y su kwami.

—Sí, ya debería aceptarlo. Ya sean pareja y déjense de tanto drama— Hablo Plagg antes de que Adrien respondiera, haciendo que los colores suban inmediatamente a la cara de ambos chicos.

La habitación quedo en un silencio potencialmente incómodo. Bueno, incómodo para los dos chicos. Ya que el kwami estaba a muy poco de estallar en una carcajada, la cara de ambos era demasiado graciosa.

­­—Ejem...—Carraspeo antes de sacar un poco de queso maloliente de quien sabe dónde Adrien para ofrecérselo a su kwami— Plagg, traje queso. Puedes comerlo mientras hablo con Nathanaël.

Una grande sonrisa se fue formando en el rostro de Plagg. Sin perder tiempo el kwami se arrebató el pedazo maloliente de queso a su portador.

—En serio niño, piénsatelo. —Se dirigió a Nathanaël— No todos te pueden dar un queso como Adrien.

—¡¡¡Plagg!!!

El rostro de ambos jóvenes parecía estar en competición: Premio para el que más color en el rostro tenga. Claro, solo podía haber un ganador. (No se dirá su nombre, pero unas pistas. Empieza con N y termina con athanael.)

Plagg con una sonrisa le hablo al rojo chico rubio—Ups. Me quedaría a conversar, pero este queso no se comerá solo—Su sonrisa de ensancho mas— Saldré unos momentos para darles más intimidad— Se dirigió hacia la ventana por la que antes había ingresado y ya más afuera que adentro dio su ultimo comentario—Ah, por si se te olvida Adrien, en caso de que lo necesites, el condón está en tu bolsillo trasero. Protección ante todo.

—¡¡¡Plagg!!! — Parecía que la competición seguía en pie— Solo vete.

Finalmente cuando el kwami parecía haberse ido Adrien pudo soltar el aire que no sabía que estaba conteniendo.

No se supone que esto pasara [Adrien x Nathanaël]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora