Historias Cortas.

¿Rebeldes sin causa dices?

¿Qué puedo decir?, soy un estudiante de preparatoria algo rebelde, la preparatoria a la asisto es una donde casi no existe un reglamento o código de convivencia, es por esas razones que casi no encontraran buenas personas por aquí, mi nombre es Oswaldo... aunque no me gusta ese nombre por lo que siempre les digo a todos que me llamen por mi segundo nombre, Darwin.

Desde que llegue a esta preparatoria no me ha ido nada bien, comenzando por el hecho de que me expulsaron del club de futbol, solo por defenderme de los miembros del mismo, resulta que el capitán del equipo no es más que alguien con mucho ego, desde que vio que tenía más habilidad que el con el balón empezó a tomarme para burlas, pero cuando me canse de tanto y lancé el primer golpe termine fuera del club.

En este momento me encuentro sentado en la entrada del colegio, mirando llegar a todos, veo como lentamente se acerca a mí una silueta de hombre, cuando alzo la mirada logro distinguir a Kervyn, que como siempre se lo veía igual, las manos en los bolsillos y siempre mirando al suelo, la barba sin afeitar, desde hace 3 días ya, bueno eso lo sé porque el mismo me ha comentado que se afeita cada 3 días, un dato curioso ¿no?.

-Buenos días Kervyn- le dije para iniciar una conversación.

-Te he dicho que no me gusta ese nombre, llámame por mi segundo nombre- al parecer se encontraba de mal humor.

-Como desees Fernando- le dije tranquilizándolo- pero no me llames por mi segundo nombre a mí- termine de hablar.

Él se recuesta contra la pared a mi lado derecho, poco a poco empieza a descender hasta quedar sentado a un lado mío, me di cuenta que tenía un par de ojeras, de seguro se quedó viendo películas hasta tarde, era normal que hiciera eso.

Fernando era mi amigo desde hace un año, aún recuerdo la primera vez que lo vi, yo había estado en un problema con algunos alumnos de tercero de bachillerato pertenecientes al club de futbol del que yo formaba parte y me habían llevado donde el psicólogo, después de unos 30 minutos encerrado en esa habitación con el psicólogo, la puerta se abrió, Fernando entro junto con un profesor, de seguro había tenido algún problema, apenas lo vi no pude evitar notar lo gracioso que se veía, despeinado y con cabello largo, la cara algo sucia y una mejilla hinchada, intente aguantar las ganas de reír pero no pude durar mucho tiempo y el tampoco, ambos soltamos una gran carcajada al mismo tiempo, estoy seguro que él se reía de mi rostro así como yo del suyo, ambos nos veíamos pésimos en ese momento, después de haber reído tanto y que el profesor y el psicólogo nos miraran de manera extraña por nuestra reacción inesperada, desde ese momento sentí que quería hace estupideces con él, empezamos a juntarnos, y eso que apenas nos estábamos conociendo.

Actualmente estamos en tercero de bachillerato, y no pertenecemos a ningún club, eso porque yo fui expulsado del club de futbol por las constantes peleas que tenía con los integrantes del mismo, Fernando por otro lado dejo de pertenecer al club de básquet desde que se lesiono el hombro derecho en un accidente, él no puede levantar ese brazo para lanzar el balón, por lo que el entrenador lo dejo fuera del club, no hemos visto interés por unirnos a otro club desde entonces.

-¿Porque tan pensativo Oswaldo?- me pregunto Fernando, rompiendo así el silencio.

-No lo sé... - divague un poco en mi mente -ahora que lo pienso, te dije que no me llames por mi primer nombre.

-¿Qué estas esperando ver Darwin? Hace un rato estas mirando la puerta de entrada, no me digas que te quieres fugar...- uso un tono incriminatorio.

-sabes, que tal si entramos a clases para variar un poco, ¿no lo crees?.

En ese momento una joven entro corriendo, estoy seguro que estaba llegando tarde.

-Te apuesto un dólar a que se cae en 8 segundos- Me dijo en un tono burlesco.