Capítulo 1| De vuelta a casa.

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"A veces apetece pasar página, pero asusta encontrarse una hoja en blanco"

-Autor desconocido.

Siete años después.

Tomó la última prenda que estaba dentro del ropero y la dobló para acomodarla en su maleta de modo que esta pudiera cerrarse sin ninguna dificultad, pero el objeto no quería cerrarse. Presionó aún más, pero esta no cedía, empezó a sentir como sus brazos comenzaban a doler.

Tal vez si debí aceptar la ayuda de Nicole, se dijo mentalmente.

Como último recurso, la castaña se subió encima de su equipaje y es así como este pudo ceder para mover el cierre sin ninguna dificultad hasta el otro extremo.

— El Doctor Davis quiere verte antes de que te vayas. — la voz de Shelley se hizo presente en la pequeña habitación. La castaña le miró y una pequeña sonrisa apareció en los labios de la joven chica.

— En un momento voy, gracias Shelley.

— Por fin este lugar se sentirá un poco tranquilo. — la castaña soltó una carcajada.

— Yo también te voy a extrañar mi Shelley preciosa. — la enfermera rodó los ojos pero antes de que se fuera, la chica pudo alcanzar a ver una pequeña sonrisa asomarse por los labios de la enfermera.

Desde que llegó aquí, Shelley nunca fue como las demás enfermeras con las que puedes hablar de cualquier tema trivial y te hacían entrar en confianza en cuanto llegabas al lugar. Ella era más reservada y estricta con todos, Nicole y ella de vez en cuando les había gustado hacerla rabiar, y a pesar de todos los regaños, la chica le tomó cariño y sabía que muy en el fondo la enfermera también le correspondía.

Colocó la maleta a los pies de la cama junto con las otras dos antes de salir y caminar hacia la oficina del doctor Davis. En el camino a ésta, observó los pasillos y se recordó a si misma caminando por primera vez en ese lugar o de Nicole cuando la arrastraba con ella para que corrieran por estos. Cuando llegó tenía una sonrisa dibujada en sus labios, tocó la puerta en la cual estaba colgaba una pequeña placa con el nombre del doctor y director de este lugar.

— Pasa. — la tan familiar voz se escuchó del otro lado. Abrió la puerta y se adentró en la espaciosa oficina

El doctor Davis estaba detrás de su escritorio como de costumbre. Cerró la puerta y caminó hacia una de las sillas frente al escritorio para sentarse.

— Buenos días Doc.

— Hola Sussan, ¿cómo te sientes de que por fin saldrás de aquí?

— Nerviosa, siento que cuando esté allá afuera, las alucinaciones volverán. — confesó.

Desde la primera sesión él había puesto como regla hablarse con la verdad y aunque Sussan tardó mucho en cumplirla, él le tuvo paciencia. Mucha, pero mucha paciencia.

— No tienes por qué estarlo, tú sabes que ellas no volverán, claro siempre y cuando tomes tu medicamento. —el doctor entrecierra sus ojos—. Pero yo creo que en realidad estás nerviosa por otra cosa. — la chica soltó un suspiro y cerró sus ojos mientras apoyaba su espalda en el respaldo de la silla.

— También estoy nerviosa de volver a ver a mis hermanos y que no puedan perdonarme por lo que... — Un nudo se formó en su garganta—. Pasó hace años con mamá.

Recordó como hace algunos años, su padre había traído a Matt consigo en una de las visitas, se negó a verlo por la gran culpa que aún cargaba en esos momentos y también por no querer escucharle decir que le odiaba. Desde que estuvo aquí tardó un poco más de un año y medio para aceptar las visitas de su padre, porque al igual tampoco podía mirarlo a los ojos. La última vez que supo de sus hermanos fue cuando su padre vino a visitarla, que fue hace un mes, ese día le dio la noticia de que podría irse con él a casa. Inmediatamente preguntó que era lo que sus hermanos pensaban sobre su regreso y él solo respondió que estaban ansiosos por volver a verla. La voz del doctor le saca de sus pensamientos.

Shades©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora