1-Un dia como cualquier otro

18 1 0
                                    

En mi habiración, en un rincón, miraba a mi alrededor intentando comprender mis dos mayores desordenes de mi vida, mi cuarto y mi mente. Que curiosa esta ecena en la cual tienes la necesidad de ordenar aquel espacio, pero no tener ganas suficientes como para levantar el puñetero culo del suelo, aquel suelo de madera fria e incomoda.
Finalmente me levanto, y me hago la cama, primero pongo bien las mantas y a continuación coloco mis cuatro cogines horizontales de la pared, tres del cavezal, otros tres en los pies, y como guindilla del pastel mis cinco peluches tirados por encima sin ningún orden en concreto. (Perfecto, todo tiene su orden y su lugar.)

Son las cuatro del mediodia, hace menos de hora y media que he salido de la escuela. No tengo deveres, asi que me dispongo ha coger el portatil y gastar internet como si no huviera un mañana.
...
Miro el reloj, ya han pasado dos horas y mi barriga empieza a pedir comida a gritos. Me dirijo al salón y allí me espera la gata más pesada del mundo, Pucchi, como siempre pidiendo comida. Que astutos son los gatos que viven a costa de otros, los cuales solo reciven pelos por toda la casa y caricias por interés.
Enciendo el televisor y me dispongo a ver algo mientras como mi tazón de cereales con leche. -La televisión de hoy en día no se compara con la de la infancia-.
Al terminar voy hacia el baño y me preparo para malgastar agua mientras bailo toda clase de canciones.
Al terminar vuelvo a coger el ordenador para ver videos y no hacer nada.
...
Son las 10:30 y tengo delante mio un bocata de queso y jamón (que tipico), como, veo la televisión, y vuelvo a la cama, cojo un libro, hoy toca seguir con el de "Los niños tontos" de Ana Maria Matute, es muy aburrido pero dentro de poco me preguntarán sobre el en el instituto.
...
De repente me despierto y miro el reloj, son las 2:00 de la madrugada, me dormí leyendo. Dejo el libro en su sitio, me acomodo y me dispongo a dormir otra vez, hasta mañana que tendre que madrugar y volver a la rutina.

Con C y no con K ( No se terminara nunca, se deja para el recuerdo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora