Entrenamiento

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-¿Qué haces aquí Obito?

En estos años Obito se había convertido en mi mejor amigo, y a veces pensaba en algo más. Ese fastidioso resulto ser más interesante de lo que jamás hubiera imaginado, había algo en el que me hacía permanecer a su lado de alguna u otra forma. De nuevo me recuerdo que eso es imposible, a el le gusta Rin, debería estar apoyándolo, ¿cierto?

Óbito Uchiha

Iba rumbo a mi casa, pase de vuelta por los campos de entrenamiento. Note una figura entrenando aun con el clima tan horrible, después de unos segundos logre reconocer la silueta de Misa. Me acerque lentamente para no asustarla, aunque al verla desvanecerse me acerque más rápido para sostenerla.

-¿Qué haces aquí óbito?

-Te he dicho que no te sobrepaces- le dije molesto.

Ya la había regañado varias veces por entrenar demasiado, ya eran demasiadas las veces en las que la hiba a ver al hospital por su exceso de entrenamiento. No conocía los límites.

-Obito yo...

-Vamos te llevare a tu casa-la interrumpí antes de que me diera otra de sus estúpidas excusas, solo me ahorraba un coraje más con ella.

Misa Okomura

Sabía que se había molestado, así que solo asentí. Ya había peleado muchas veces por el mismo tema con el y siempre salia perdiendo.

Me cargo en voladas acortando la distancia entre nosotros, no pude evitar que la sangre se me subiera a las mejillas, y me llevo cargando hasta mi casa.

Me absorte tanto en la vergüenza que pasaba que no me di cuenta del momento en que llegamos a mi casa. Me dejo en el sillón y ambos quedamos en silencio que, al menos para mi, fue incómodo.

En esos segundos de silencio llegaron Shizune y mi tía Tsunade mirándonos a ambos y comprendiendo la situación al instante, sabia lo que venía a continuación.

-Misa, ¿qué te paso?

Antes de lograr responder, mi confiable amigo respondió por mi.

-Estuvo entrenando demasiado-dijo serio, cosa que no era muy común en él.

-¡Te he dicho que no te sobrepases!-dijo gritandome.

Shizune comenzó a curarme, se le notaba preocupada y enojada conmigo. Para ser la menor de las dos era más responsable y consiente que yo.

-Obito, gracias por traerla.

-No hay de que.

Óbito Uchiha

Estaba enojado con ella, eso era notorio. Le di una mirada de reojo y salí de ahí.

-Sera mejor que me valla.

-¿Porque no te quedas a cenar?

Mira a Misa quien no subía si quiera la mirada, suspire tranquilizandome y sonreí.

-Claro-dije con una media sonrisa.

-Bien...Shizune y yo prepararemos la cena, mientras tu cuida de Misa.

Valla aprieto.

-Bien.

Misa Okomura

Genial tía Tsunade, ponme en más aprieto. Suspire y me arme de valor, no creo que se pueda enojar más.

-Obito...-silencio- ¡Obito, hazme caso!

-¿Qué?- dijo de mala gana.

-¿Por cuánto tiempo mas vas a estar enojado?-claro, arruinalo más Misa.

-Hmp.

Uchiha tenía que ser.

-Vamos, no te enojes tanto.

-¡Como quieres que no me enoje si a cada rato te lastimas!

Bien, si esta enojado.

-Perdón por preocuparte

Suspiro y se sentó a mi lado.

-Solo no te sobrepases, ¿si?

-Si.

Despues de resolver nuestros asuntos la tía Tsunade nos llamo a cenar, fue divertido para todos menos para mi. Mi tía tiene demasiadas anécdotas vergonzosas sobre mi. Después de un rato, me despedí de Óbito más tranquila.

Al día siguiente fui a la academia toda adolorida y llegando la mayoría me preguntó que me había pasado. Bola de chismosos.

-¿Qué te paso?-otro.

-Creo que exagere con él entrenamiento, si no fuera por Obito estaría peor.

Al decir eso Kakashi fruncio él ceño y se volteo, ¿y a este que mosco lo pico?

Después de un rato llegaron todas las fans de Kakashi y los mios, me chocaba que se acercaran a Kakashi, y si lo admito, me gusta, pero no creo poder decírselo. El era el único que se me acercaba y no decía nada. Conclusión, el amor ataranta.

Despues de un rato llego Rin, quien como buena amiga al verme se preocupo.

-Misa, ¿no me digas que otra vez te la pasaste entrenando?

-Esta bien, no te lo diré.

Sabia que le preocupaba, pero aveces no media cuanto entrenaba, no era intencional.

Después de la académia, me fui directo a casa, aunque como siempre a mi me dejaban todos los mandados, explotación infantil. La tía Tsunade me pidió ir a dejarle unas cosas a Kushina-onechan.

Al llegar me encontrar a Kushina y Minato-nichan cenando. Era divertido ver como intimidaban a Minato y lo obligaban a lavar trastes mientras Kushina se quejaba de varias cosas.

-Hola, mi tía Tsunade les mando estas cosas.

Ambos me miraron con una sonrisa y me dejaron entrar.

-Ven y sientate a cenar.

-Gracias onii-chan, pero Shizune me espera en casa.

-Bueno, entonces llevate esto.

Kushina me dio una canasta con comida. Comida gratis.

-Gracias onee-chan.

Después de eso salí con la comida en manos. Venia comiendo un poco cuando me atragante al ver a Kakashi. Que vergüenza.

-Misa, ¿podemos hablar?

Me limpie el rastro de boronas en mi cara con vergüenza y respondí.

-Claro, vamos al parque.

Ya era algo tarde, aun así fuimos al parque y nos sentamos en una banca.

-Misa, ¿te gusta Obito?

Casi me atraganto con mi saliva por su pregunta, pero creo que lo disimule bien.

-Obito es mi mejor amigo, solo eso-dije lo ultimo en susurro-¿porque preguntas?

-Por esto-me beso.

Fue un beso corto, simple, tierno e inocente. Un beso de niños. Pero aún mejor, fue mi primer beso.

Tu eres mia || Obito Uchiha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora