Capítulo 22: Comienza el castigo

151 11 2
                                    

Punto de vista de Porter:
Fuimos hacia el almuerzo, pedimos la comida y llevamos las bandejas hasta una mesa cerca de la ventana. En el camino intentamos caminar bastante juntos, debíamos hacerlo, por las pulceras. Y nos sentamos al lado, 'pegados' practicamente. Pues realmente la directora podía apreciar que nos lo tomábamos en serio.
Spectra estaba mirando al frente, con una mano apoyada sobre su mejilla. Sí... se veía muy linda.
¡Ay basta! Si pudiera olvidarla... pero no quiero.
Hasta que ella rompió el silencio:
—Porter... respecto a lo que dijiste... lo de : "Olvidalo, olvidame, olvidalo todo".
—Sí... ¿Qué con eso?— Dije yo. Avergonzado por lo que había dicho.
—No voy a olvidarte—Dijo ella.
Mis ojos brillaron. La miré, ella volvió a su posición de antes.
¿Por qué pasa esto? ¿Debería decirle lo que siento? No... si llego a mencionar "simple graffiti" no sé si ella realmente creerá que soy eso. Y si lo hace me dolería bastante. Una cosa es creerlo yo, y otra es que lo crea ella.
—Porter... ya había sido usado el castigo de las pulceras en otras personas, les pasó a Abbey y Frankie. Y con 2 minutos que suenen pueden poner un castigo peor. Intentemos que eso no pase, no quiero molestar de esa manera a mis padres. ¿Podría caminar tomada de tu mano? Para evitar que suenen estas pulceras molestas— Dijo ella.
Es realmente buena como para aguantar tanto conmigo  para no molestar a sus padres. Y me complació su pedido. Si no puedo gustarle aunque sea poder sentirla ya está bien.
Asentí con la cabeza aceptando su pedido.
—¡Genial!—Respondió— gracias por entender.
—De nada— Dije yo, sonriéndole.
—Oye, ¿A que te referías con "¿Siempre eres así?"— Cambió de tema.
—Em... no fue de mala manera, me refería a si siempre eres así, buena y respetando a la gente a pesar de estar en un mal momento—Dije encogido de hombros.
—Ah... sí, ¿Tiene algo de malo?— Dijo ella.
—No—Respondí.
Comimos y continuamos camino hasta llegar al casillero de Spectra.
Luego fuimos hasta el mío, que estaba algo lejos. Sacamos las cosas de mi casillero y las pusimos en el de Clawdeen (con su permiso). Prácticamente intercambiamos casilleros con ella. Así tengo ahora mi casillero junto al de Spectra, por las pulceras.
Nos vieron Cleo, Frankie, Draculaura y Clawdeen.
—¿Comenzando eso?—Preguntó Clawdeen refiriéndose al castigo de las pulceras.
—Sí—Respondí.
—No entiendo por qué hacen esto, si dos personas no se quieren, ¿Para qué forzarlos a quererse? Este castigo es absurdo — Comentó Cleo.
Me dolió escucharla decir eso.
—Cleo... no es el caso de ellos. Sí se quieren— Dijo Draculaura, intentando arreglar la situación.
Suponiendo que Spectra me quiere, me volvió el alma al cuerpo.
Spectra asintió a lo que dijo Draculaura.
—Ahora estarán bastante juntos ¿Cierto? — Dijo Clawdeen a modo de burla.
—Em... sí— Dije.
Llegó la noche, fui hasta la habitación de Spectra. Kiyomi ya se había enterado de lo ocurrido.
Movimos las camas, hasta dejarlas a un centímetro de distancia. No queríamos que suenen las pulceras.
Como van a burlarme mis amigos por esto...
Acomodé mis aerosoles de pintura fantasma sobre un escritorio, y me recosté con mis brazos cruzados bajo mi cabeza y una pierna sobre la otra.
Spectra se rió.
—¿Cómodo?—Dijo.
Asentí con la cabeza.
Ella sonrió con sus labios juntos.
Tambien le sonreí, una sonrisa forzada.
Ella entró al baño.
Ya estando solo, suspiré y miré el techo preocupádamente.
Me quedé un rato así y luego volteé sobre mi cuerpo.
Spectra salió del baño con un pijama lila. Y, típico de ella, de seda.
—¿Vas a cambiarte?— Preguntó.
—No, me quedo así—Dije, continuando con mi cara de tristeza.
Ella se colocó en su cama mientras yo seguía en la misma posición, esta vez de espaldas a ella.
—Buenas noches—Dijo ella.
—Buenas noches—Dije.
Me quedé pensando, en lo que ya me preocupaba antes. ¿Le gusto? ¿Va a estar con otro?¿Le gusta Brett?¿Me cree un simple graffiti?¿Cómo seguirá esto?
Y si yo... ¡No! ¡Por favor! ¡Mira si le gustarías tú! Eres diferente a ella Porter.
—¿Porter?—Dijo Spectra.
Suspire y luego respondí:
—¿Si?.
—Te noto triste, otra vez ¿Está todo bien?—Dijo.
—No Spectra, buenas noches—Dije continuando en la misma posición de antes.
Me quedé un rato más pensando. Sentí que ella hacía lo mismo, pero mirando el techo.
La escuchaba suspirar, pero... aún no quiero decirle lo que me pasa.
En algún momento me dormí.



Spectra Vondergeist: Problemas de una Atípica AdolecenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora