Capítulo 26: Soltarlo todo.

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Punto de vista de Porter:
Desperté, ella ya estaba despierta.
— Buen día— Dijo con una sonrisa.
—Hola— Dije.
—¿Qué hacías con Chelsea
ayer?— Me dijo.
Me sobresalté.
—Em, ah... yo... am—Tartamudeé.
Puso los ojos en blanco.
—¿Puedes decirme?— Dijo.
—Emm... no lo haré, lo siento Spectra.
—¿Qué? ¿Por qué?¿Trata sobre mí?—Dijo Spectra.
(Suspiré)
—Sí—Dije, molesto.
—¿Puedo saber qué es?— Me dijo.
—Spect... basta— Dije, molesto.
(Suspiró)
—Lo siento— Dijo.
Nos fuimos hasta la salida de la habitación,  pero Spectra tropezó. Antes de que cayera fuera de la habitación, la atrapé en mis brazos.
Nos quedamos mirándonos por un rato, yo agarrándola de la cintura, ella con su cara tan hermosa como siempre.
No sé que me pasó, debí haber perdido la razón, pero...
Me acerqué más a ella, mi corazón palpitaba más rápido. Llegué hasta un punto dónde estaba a muy poca distancia de sus labios, y finalmente la besé.
¡Grave error!.
Duramos así un rato, hasta que reaccioné de lo que estaba haciendo y rompí el beso.
Nos soltamos.
Abrí mi boca para hablar pero no dije palabra, la vergüenza podía conmigo.
Bajé mi mirada al suelo, en el lado opuesto al que estaba Spectra.
¡Ay Porter!¡Otra vez! A ella le gusta Brett... y yo actuando así.
—Porter...— Escuché. Spectra había comenzado a hablar.
Seguí sin mirarla.
—¡Aunque sea mírame!— Dijo Spectra.
Estaba al lado de ella. De repente, sin girar el cuerpo, levanté mi mirada y la miré a los ojos.
Volví a bajar la mirada.
Spectra se sobresaltó, se había acordado de algo:
—¡Porter!¡Vamos a llegar tarde al desayuno!.
—¿Hay desayuno?— Dije.
—Sí, sólo que tú te levantas tarde y no vas— Dijo.
—Ahhh... ahora tiene sentido— Dije.
Spectra se rió.
Fuimos hacia la cafeterroría.
Se sentía raro ahora tomarla de la mano, aunque supiera que es por el castigo. Después de haber pasado semejante momento.
Luego de pedir la comida, nos sentamos.
—¡Ahhh! ¿Sigues con él? Que lo acepte, es muy poco para tí ¡Apuesto a que ni siquiera te gusta!— Dijo Brett luego de acercarse a nosotros.
Sus palabras dolían.
Spectra abrió la boca para defenderme pero la paré:
—No Spectra... déjalo, tiene razón.
Alguien llamó a Brett de otra mesa, ya tenía amigos.
—¿Por qué dijiste eso?— Me dijo Spectra.
—Es que es la verdad... yo... —Comencé a decir reflejando verdadera tristeza.
—¿Qué Porter?¿Puedes decirme algo que sientas alguna vez?—Dijo.
Suspiré, tomé valor y luego dije:
—Yo... ¡Yo te amo!.
Levanté mi mirada hacia sus ojos.
Me arrepentí al instante. Puse una cara de molestia, y luego rodeé mis ojos.
—¡¿Por qué reaccionas de esa forma cada vez que dices algo así?!—Me dijo Spect.
—Es que Spectra... me he empezado a creer sus palabras, he empezado a creer que soy sólo un simple graffiti que no vale nada, y que tú eres un trofeo que nunca alcanzaré a tener. Que sería imposible gustarte. Y claro, él es rubio, surfista, y no sólo tiene eso de grandioso en su vida,  sino que también tiene la posibilidad de gustarle a Spectra, cosa que creo que yo no tengo. — Dije.
Fue hora de soltarlo todo.
—Porter...— Dijo, con una mirada compadecida.
—Y hasta he sentido que estabas conmigo sólo por pena— Terminé de decir.
—Ay Porter... voy a aclararte un par de cosas: Nunca fuiste sólo un simple graffiti, siempre fuiste algo más. — Comenzó a decir Spectra.
—¿Y Brett? —Dije.
Suspiró antes de decir:
—Sí me gusta.
Hubo un momento de silencio hasta que alguien lo rompió:
—Porter yo...— Comenzó a decir Spectra, pero el timbre la interrumpió.
Debíamos ir a clases: clase de deseducación física. Pues que se pasen la hora tirándote balones de básquet que te atraviezan (claro, soy un fantasma), no era peor que lo que me había dicho Spectra.
Comenzó la clase, me eligieron para el equipo de básquet liderado por Clawd Wolf. Me probarían para ver si tengo lo necesario para estar en el equipo.
Ni siquiera lo pedí, sólo arreglaron para que pase. Quieren que esté en algún club.
Estaba con Spectra, me dieron el uniforme del equipo. No tenía una sola mancha de pintura :(. Bueno... podré acostumbrarme.
—Gracias... sólo hay un problema— Dije.
—¿Qué?— Dijo Clawd.
—Pues...—Dije mostrándole las pulceras.
—Espera, hablaré con la directora— Dijo Clawd.
Spectra y yo fuimos con Clawd a la oficina de la directora.
Clawd le contó lo que pasaba.
—Bueno... el castigo se anulará por el tiempo que dure la prueba. Luego, automáticamente las pulceras regresarán a ustedes— Dijo Buena Sangre.
—¡Gracias!—Dije. Estaba emocionado por la prueba.
Estar en un equipo de básquet... eso sí sería emocionante y genial. Y atractivo además. Quizá con eso le gustaría a Spectra.
Salimos de la oficina.
—Aprendiste— Me dijo Spectra codeándome.
—¿Qué?— Dije.
—Dijiste gracias—Me dijo antes de reírse.
Sonreí.
—¿Y?¿Cuándo comienza?—Pregunté a Clawd ansioso, ya en el gimnasio.
—Espera, en un rato— Dijo Clawd.
Al fin terminó el equipo de ghoulball (fútbol), y me preparé para ir a la cancha.
—¡Tú puedes! Te irá excelente— Dijo Spect.
—Gracias—Dije con una sonrisa.
Luego, entré en la cancha.
Competiríamos contra el "bat" equipo, que era un equipo de vampiros de monster high.
Era un amistoso, sin trofeos ni nada, simplemente para reclutar nuevos monstruos al equipo.
Para el equipo de Clawd, yo era el único reclutado, lo cual era aún más vergonzoso y aumentaba la presión.
Comenzó el partido:
Clawd picaba el balón desde el medio de la cancha, hasta que se lo pasó a Romulus, que estaba cerca de él. Romulus continuaba picando y llevando el balón cerca del aro hasta que Bryan se lo arrebató. Él, ya con el balón en su poder, intentó acercarse al aro de nuestro equipo, pero se lo quitó Holt Hyde (si, había música en el gimnasio). Holt me lo pasó a mí. Intenté atajarlo, pero me atravesó logrando que un vampiro del otro equipo lo tomara.
Que vergüenza, ¡Spectra estaba mirándome! Sí, mirándome fracasar.
El vampiro continuó con lo suyo, se lo pasó a otro vampiro, quién metió el balón en nuestro aro.
Luego, Clawd tomó el balón. Se lo pasó a Deuce, y él me lo pasó a mi. Intenté atajarlo, otra vez. Pero no actúe rápido, y un vampiro lo tomó por mi. Volé hasta dónde estaba él, y traté de quitarle el balón cuándo lo creía posible, pero no pude hacerlo.
Las asustadoras nos animaban, Spectra sólo estaba sentada, mirando. Cada vez que la miraba realmente sentía que le estaba fallando, que ser un chico cool de los jugadores de básquet iba a ser mi oportunidad de gustarle, pero la estaba perdiendo.
Hubo más intentos fallidos de mis amigos de que yo pudiera hacer algo bueno por el equipo, que aunque sea tomara el balón, pero nada.
Clawd, que ya era entrenador de básquet, tocó el silbato e hizo que el partido terminara.
Me fui de la cancha, molesto.
Pasé por al lado de Spectra con el ceño fruncido, ni siquiera le dirigí palabra, estaba avergonzado.
Las pulceras volvieron a nosotros.
Spectra me siguió.
Yo seguía volando hacia el frente, hasta que ella dijo:
—¡Porter espera!.
Continué mi camino hacia el frente.
—¡¿Por qué te pones así?!—Dijo Spectra.
Volteé.
— Es que, Spectra... fracasé de verdad, ellos confiaban en mí, tú me mirabas, yo sólo empeoraba las cosas— Dije.
—No digas eso, no es así—Dijo ella.
—¿Por qué? Ni siquiera soy uno de esos chicos populares y lindos buenos en el deporte, de esos que a tí podrían gustarte— Respondí, me dolían mis propias palabras.

Spectra Vondergeist: Problemas de una Atípica AdolecenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora