Capítulo 4: Fiesta de té.

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"AMOLAD es propiedad de The Snipster"

Febrero se trasladaba convertida en arena a los jardines colgantes de Evelon, el aroma de las flores impregno su nariz tan solo al pisar el último peldaño de los puentes colgantes que brindaban su nombre, tocando la enorme puerta de madera, observó las inestables columnas de aquella imponente edificación, en breve minutos las cupidos llegaban a atender su llamado, la veían con desconfianza al darse cuenta que la pequeña había regresado.

— Vengo en son de paz, mi amo quiere ver a su alteza Amor — la pequeña lacaya mostro la invitación, un pergamino perfectamente sellado con un listón azul, el sello era una constelación, signo inequívoco de que pertenecía a Tiempo, las cupidos asintieron al ver la masiva.

—Síguenos— le ordenaron al unísono, guiándola por el pasillo estrecho, el aroma de vegetación y de rosas se hizo aún más presente, al final de aquel pasillo la diosa de piel canela hablaba con nada más y menos que Muerte, el cual siempre sofisticado y con aura siniestra, clavó su mirada ámbar en la recién llegada.

— Ama, la solicitan — exclamaron las cupidos, dando una reverencia a Amor, la cual miro con sus orbes sakura a la pequeña sirviente de Tiempo.

— ¿Febrero? — pregunto Muerte, quien ya conocía a todos los sirvientes del dios de las eras, la aludida tragó saliva al encontrarse ante tan imponente presencia, pero la sonrisa sincera de la diosa le dio la valentía de no salir huyendo de ahí.

— Su altezas, traigo una invitación— extendió la masiva, Amor le dio una sonrisa a aquella sirviente mientras observaba el delicado pergamino que se le entregaba, le daba algo de gracia el parecido de Febrero con sus propias sirvientes, la pequeña era muy tierna y se había ganado su simpatía.

— Debe ser importante si Tiempo se tomó la molestia de enviarte — comento Muerte a su amiga, quien estaba intrigada al ver que el dios de cabellos blancos quería entablar algún tema con Amor.

La sirviente estaba nerviosa, no había logrado formular una excusa valida del porqué de la fiesta de té, ¿Cómo decirles que fue culpa de su insistencia esa situación?

— No importa Febrero, estaré encantada de asistir — dijo Amor dando unos aplausos en señal de felicidad, quería agradecerle a Tiempo su ayuda con aquel tema, y era una oportunidad perfecta para hacerlo.

Muerte miro a su amiga, recordó su altercado con él en el pasado, pero confiaba en la caballerosidad del dios de cabellos platinados, así que ayudo a Amor a ponerse en marcha, tomo una de las canastas de la diosa y la lleno de los bocadillos que él había dispuesto para ella.

Febrero temió por un momento que Muerte acompañara a la diosa, era por ellos sabido que en su momento Tiempo quiso al juez de almas, como algo más que un camarada. Pero para su fortuna este dejo a Amor ir con ella, la sirviente guio a la diosa por los senderos directo en un atajo para llegar a la casa de su señor.

Mientras tanto, Tiempo estaba nervioso, observaba a Marzo y Enero preparar todo para la reunión, como poder describir la sensación que embargaba su interior al recordar como en ese recuerdo sus labios se entrelazaban, cuando Angustia había rechazado a Amor la predicción se hizo más fuerte al grado de ya no poder negar las circunstancias.

— Nuestro señor está nervioso— murmuro Marzo a Enero, quien negó con la cabeza un poco, era extraño ver a su amo temblando ante la espera de un acontecimiento, cuando Amor entro en el recinto alado de Febrero, Tiempo enmudeció

— Hola, señor Tiempo — saludo amable la diosa, entregándole una canastilla con pastelillos, que tiempo tomo en sus manos dándole una sonrisa, se había puesto aquel rostro humano que juró no volver a usar, pero que con la diosa ameritaba no mostrarse tan titánico.

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