Pink [Jyatt]

Capítulo 2

-¡Jaeden, por favor baja, tu amigo te está buscando!- Un grito de su madre se hizo presente, Jaeden se levantó de golpe al oír aquel "Tu amigo te está buscando".

-¡Ya voy, mamá!- contestó el joven un tanto emocionado pensando que se trataba de Wyatt, sí, lo había rechazado ¿Pero qué importa? Por lo menos significaría que seguirían siendo amigos.

Sin más Jaeden se levantó de su cama y miró el reloj de su mesita de noche "5:15 PM" había dormido un buen rato, se puso sus zapatillas y fue hacía el baño, lo primero que hizo fue mirarse al espejo.

Hinchados. Así estaban sus ojos, se veía un tanto demacrado por todo lo que había llorado pero eso ya no importaba, lavó su cara y salió del baño.

Corrió por aquel pasillo y bajó las escaleras aún corriendo con la fe de que Wyatt le diría que por lo menos aún serían amigos, abrió la puerta principal y trató de poner su mejor sonrisa, pero ésta se borró al ver que Wyatt lo miraba con desagrado.

-Ho... Hola, está todo bien?- Preguntó Jaeden inocentemente sin entender el por que su amigo lo miraba así.

-Tenemos que hablar, Jaeden- Ok. No estaba bien. Él siempre lo llamaba "Jae" pero al parecer su confesión había "ahuyentado" a quien solía ser su mejor amigo.

-Está bien ¿Qué pasó?- Respondió Jaeden un tanto preocupado por lo que el contrario podría llegar a decir.

-Seré bastante directo contigo, Jaeden. No voy a aceptar tus sentimientos por que no soy gay y pienso que ellos están enfermos, como tú. No quiero ser amigo de alguien que está enfermo- Wyatt hizo énfasis en la última palabra mirando seriamente al pobre Jae.

-¿Q...Qué?- Respondió Jaeden sorprendido por lo que habían escuchado sus oídos ¿enfermo? ¿Eso era lo que Wyatt pensaba sobre él? -No... No entiendo- dijo aún perplejo.

-Que no quiero que seamos amigos. Tú no eres como yo y me lo aclaraste en la mañana. No quiero que nos vean juntos en la escuela, no quiero que me hables, nada- contestó fríamente.

-¿Por qué no? Nadie sabe lo que siento por ti más que... Tú, se supone que somos mejores amigos ¿No es así?- Dijo Jaeden un tanto desesperado y al borde de las lágrimas ¡Había llorado tanto aquel día que creía que en cualquier momento sus ojos se secarían!

-¡Entiendelo, Jaeden! ¡Me das asco y estoy oficialmente cortando cualquier lazo que alguna vez tuve contigo!- Dijo Wyatt para finalmente irse por donde llegó, Jaeden sintió como si ahora su roto corazón hubiera desaparecido totalmente de su ser.

El joven miró como Wyatt se alejaba, él no había dudado en ninguna palabra que había dicho y eso fue lo que más le había dolido a Jaeden.

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El tan odiado Lunes había llegado y Jaeden ya se encontraba en pie, de hecho ya estaba caminando en dirección a la escuela.

-Ugh... Espero que Wyatt haya cambiado de opinión- se dijo así mismo pensando en voz alta.

El resto del camino se la pasó un tanto triste ya que siempre se iba hablando y riendo de las idioteces que Wyatt contaba.

Llegó a la escuela y todos comenzaron a mirarlo raro, notó como las personas susurraban al mirarlo, parecía como si Jaeden había cometido el peor de los crímenes y fuera un criminal recién salido de la cárcel.

Se paró frente a su casillero dejando su mochila en el piso, al mirar su casillero casi se murió al ver como en éste estaba escrito "Marica" y otras vulgaridades repetidas veces. Él miró a su alrededor y todos comenzaron a reírse en su cara gritándole una serie de improperios.

Jaeden miró a todo el tumulto de personas que se reían de él, notando entre la gente a Wyatt quien lo miraba serio y que tan sólo se fue sin siquiera intervenir en la situación.

Jaeden salió corriendo de su escuela dejando su mochila tirada en el piso, las lágrimas no tardaron en salir y sólo dejó todo fluir. Comenzó a creer que de ahora en adelante su vida sería sólo llorar, llorar y seguir llorando.

El triste chico se sentó bajo un árbol y ahí se quedó llorando hasta que ya no pudo más y sólo se quedó en silencio.

-¿Será que así de doloroso es el amor?- dijo soltando un suspiro.

-Si es así... El amor apesta, pensé que no lo sabía nadie más que él- soltó un tanto decepcionado, puede que Wyatt lo odie, pero no significaba que podía decirle a todo el mundo que a él le gustaban los chicos.

Jaeden no iba a volver a la escuela, lo sabía muy bien. Así que sólo se quedó sentado bajo aquel árbol pensando en lo triste y miserable que se sentía hasta que llegara la hora de volver a casa.