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Bailó alrededor del pony de madera bellamente trabajado que tenía frente a ella, se imaginó que galopaba por el desierto, cerro sus ojos imaginando el sol en su cuerpo y el leve roce del aire en su rostro, quería ser desde que tenía uso de razón un caballo, era su animal favorito, murmuró uno que otro diálogo para sí pensando que hablaba con los demás animales de la llanura, la voz de su padre la saco de su ensoñación y sonrió tontamente al verlo acercarse.

- Olive, cariño... Basta de juegos, vuelve a la carpa ¿sí? Mama te está buscando. 

- Si papi.

Tomó la mano de su padre alzando su mirada para poder ver su rostro, soltó una risita comenzando a caminar a su lado moviendo alegremente sus pequeñas y palidezcas manitas, que contrastaban con la cascada obscura que era su cabello que caía con fluidez por su espalda, su andar era totalmente fluido, si la mirabas a lo lejos podías llegar a pensar que flotaba, era un inmenso espectáculo detallarla, a su corta edad llamaba la atención de cualquier ser que estuviese junto a ella, su presencia irradiaba luz, emanaba una esencia única y especial, miró a su alrededor el lugar donde se encontraban, era la primera vez que Plume Circe llegaba a un sitio tan alejado de su hogar como era Seúl, Corea.

El lugar por sí mismo tenía algo especial, era completamente distinto a cualquier lugar que hubiese visitado la niña Leffelý a sus seis años y vaya que conocía muchos, la gente que iba a verlos era especial y diferente, disfrutaba cada función en la que era parte, era nuevo para ella estar presente en las rutinas de su madre, volar junto a ella como tantas veces la había visto danzar por el cielo, el fondo estrellado que cubría la carpa, como las telas se fundían en el cuerpo de Christine haciéndola parecer un completo ángel, giró sus ojos hacia donde sentía la miraban, su padre se había distraído conversando con un hombre desconocido.

 A lo lejos un pequeño y pálido niño de cabellos castaños la miraba curioso, sostenía un globo en sus manos y en la otra un algodón de azúcar, volvió a alzar la mirada hacia su padre, no creía que este fuese a notar su ausencia, además que no tenía amigos, y se moría de ganas de conocer a alguien, se acercó a saltitos con timidez hacia él quedando a unos pasos de distancia.

- Lindo globo.

- Gracias.

- Mmm ¿Cuál es tu nombre?

- Tae, taehyung, ¿y el tuyo?

Lo observó extrañada sin entender, su nombre era extraño, al igual que él, sus pequeños ojos la miraban con timidez y una sonrisa asomaba en su sonrosado rostro.

- Sky, me llamo Sky.

- ¿Sky? ¿Eso es un nombre?

- Bueno, en realidad me llamo Olive.

- Suena mejor.

Giró sus ojos ofendida y volteó a ver a hacia donde estaba su padre, ya no estaba por ningún lado, estaba en un gran problema... Su mamá la esperaba, y ahora su papá estaba enojado, no conocía un niño de su edad desde hace mucho, extrañaba jugar y no sentirse tan sola entre sus únicos amigos, los animales del circo.

Se despidió con la mano de Tae alejándose a saltitos comenzando a caminar hacia la carpa, el niño le agradaba, ojalá  y pudiese volver a verlo, suspiró resignada caminando hacia donde se encontraban los camerinos.

- Que... Bonita.- Pensó Taehyung mientras la miraba alejarse, no se parecía a ninguna de las niñas de su escuela, no era como las niñas que había visto, ella no le daba asco ni causaba repulsión como solía ocurrir cuando sus padres le comentaban en broma que algún día iba a tener una novia, buscó con la mirada a sus padres que se acercaban a él con rapidez, alzó los brazos hacia su madre para que lo alzara en sus brazos escondiendo su cara en su pecho.

- Bien hecho cariño. ¿Quién era esa niña con la que hablabas?

- Olive, ma, así se llama. – El nombre quedo flotando como una hoja entre sus pensamientos mientras entraban al circo, sus padres lo habían dejado esperando mientras compraban las entradas, esa niñita de ojos enormes como aceitunas le había agradado, y mucho.

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Taehyung sacudió su cabeza mientras entraba al monumental circo, las distintas atracciones y juegos tenían deslumbrada a su hermana que miraba anonadada todo a su alrededor, sonrió con suficiencia mientras la miraba emocionado, sabía que le iba a gustar el sitio tanto como a él, sentía su corazón latir desbocado en su pecho, de un momento a otro saldría disparado por su garganta, el simple pensamiento de verla lo mantenía expectante, jamás habían hablado.

 Muy a su pesar, ese era el único recuerdo que tenia de ella, el ángel que danzaba en el aire al ritmo de la suave música era muy distinto a la niña de sus recuerdos, su cuerpo era esbelto y delgado mas no en exceso, la palidez olivácea de su piel parecía relucir en contraste con su obscuro cabello que caía suelto en sus hombros en suaves ondas, tenía los mismos ojos de siempre, sus mismas aceitunas encerradas bajo las pobladas pestañas obscuras.

 ¿Cómo sabía tanto de ella? Ni él mismo lo entendía, se acomodó en el asiento con su hermana esperando el comienzo del acto principal, esperando verla, sus manos sudaban a borbotones mientras las retorcía intentando por cuarta vez secarlas en sus pantalones, la chirriante voz de su hermana era solo un zumbido en sus oídos, todo a su alrededor perdió sentido cuando la vio cruzar la carpa como una aparición, su traje perlado parecía fundirse en su piel, parecía la luna misma, con tanta luz emanando de su ser, como de costumbre el delicado antifaz de encaje gris cubría su rostro, se subió a las telas con la fluidez de un ave, la música comenzó a llenar el escenario mientras la multitud la aplaudía enfebrecida, como no hacerlo si era maravillosa, tenía nuevos movimientos, nuevos giros, no era la misma rutina anterior.

 Sintió su corazón detenerse al verla llegar a lo alto de las telas quedando completamente suspendida en el aire, su cuerpo estaba sostenido únicamente por un intrincado amarre de las telas que ella misma había hecho, de la nada comenzó a girar frente a sus ojos haciendo a la multitud gritar de júbilo mientras las telas se confundían con alas en su espalda, algo no estaba bien, estaba inquieto. La vio intentar disimular que algo ocurría e intentar mejorar el arnés que había hecho en su cintura, lo siguiente que ocurrió paso en cuestión de dos segundos ante sus ojos, cayó de golpe desde las alturas directamente hacia el suelo de la carpa con un estruendoso ruido, los gritos vinieron desde todas partes a su alrededor, se levantó de su asiento horrorizado queriendo saltar los asientos que los separaban hasta el escenario y alzarla en sus brazos, había caído de espaldas hacia él, la seda gris olivácea de su traje le provocaba nauseas en ese instante, mucha gente se abalanzó sobre ella sin querer moverla, giró su mirada hacia un punto distante de brillo en el suelo, su antifaz brillaba indefenso en la obscura lona de la carpa, por primera vez, el rostro de Sky, estaba al descubierto.




Buenass! Aquí esta señoritas el primer capitulo<3 Espero que les guste y le den todo el amor del mundo!  Depende de como vea los votos decidiré cuando subir el segundo cap<3 Feliz inicio de semanas pequeñas<3 No se olviden de votar besitoss<3 





Votre existence  est l' arte. Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora