7. NERVIOS A FLOR DE PIEL

384 25 4
                                    

CAPITULO 7
NERVIOS A FLOR DE PIEL

El tan esperado sábado había llegado y con él, mis nervios a flor de piel. Milagrosamente, había aprobado el examen de biología, así que asistiría a la fiesta sin problemas. El equipo de basquetbol había ganado el campeonato, por lo tanto, Maxi estaría esperando esta noche para verme, disculparse conmigo por sus actitudes y quién sabe si volveríamos a estar bien. Por otro lado, estaba Aaron, quien quería pasar una noche estupenda conmigo y bailar hasta que no le respondan más los pies. Al parecer, el plan de usar al rubio no daba resultado porque ansiaba con todo mi corazón volver a abrazar a Máximo, sentirme segura entre sus brazos. Por favor, Sam ¿qué piensas hacer?, me preguntaba una y otra vez en mi mente y la verdad era que no estaba segura, pero de lo que sí estaba segura de que esa iba a ser un día muy largo y lleno de sorpresas.
Empecé el día con el mensaje de Maxi, que estaba demostrándome su felicidad por haber hecho el punto ganador en el partido. No podía ignorar semejante noticia, así que lo felicité muy alegre y le dije que lo vería en la noche, él solo envió un emoji sonriente.
Luego hice algunas cosas durante la tarde en casa como acomodar, alimentar a mis mascotas, hacer compras y llenar el refrigerador que estaba casi vacío. Esto de que ambos padres trabajen estaba acabando conmigo.
Tom me llamó alrededor de las cinco de la tarde para ayudarlo con alguna que otra decoración en su casa. Obviamente me ofrecí para ayudarlos pero lo que tenía en contra era que no podría volver a mi casa para prepararme, por lo tanto tenía que llevar la ropa que iba a usar así que tomé de mi armario mis zapatos de plataforma negros, un remeron simple de color blanco y la camisa cuadrille que ataría a mi cintura, además del maquillaje y mi pijama improvisado para dormir en la casa de mi mejor amiga. Dejé una nota en el refrigerador a mis padres y tomé un taxi para encontrarme con Malena.

— ¡Al fin llegas! —Reprochó Tom, cuando abrió la puerta principal y se quedó observándome esperando algo.
—Es un sábado agitado para todos al parecer, hay autos por doquier. El tránsito estaba terrible —le dediqué una sonrisa burlona y entré a su casa buscando a mi amiga.
—Gracias por venir a ayudar. este lugar es un completo caos —me agradeció ella y me saludó.
—Eso debería decirlo el anfitrión, ¿no crees? — dije y ambas reímos, Tom se acercó a nosotras.
—Que graciosa eres —respondió fulminandome con la mirada — ¡Manos a la obra o te largas de aquí, Gutiérrez!
—Dejaré esto en la habitación de invitados y comienzo con lo que sea que tenga que hacer. — Subí las escaleras, seguida por Tomás detrás de mí. — ¿Qué quieres? —Pregunté.
— ¿Te has enterado que el equipo ganó y todos vendrán a festejar? —Hizo énfasis en todos.
Suspiré —Lo sé, lo sé. Máximo quiere verme esta noche.
— ¡¿Qué?! ¿Es en serio? —Preguntó sorprendido.
—Sí, y Aaron quiere estar conmigo también. No sé cómo haré. Puedo entrar en detalles luego, ¡ahora vamos a poner esta casa en perfectas condiciones!

Horas después, todo estaba en su lugar. Había pila de vasos descartables por doquier y las bebidas guardadas en el refrigerador a punto de rebalsar, los canapés improvisados por Malena y Esteban se encontraban en la cocina. Se podía decir que sería una fiesta normal solo al comienzo ya que Tom recibió un mensaje de sus amigos que están en el equipo diciendo que harían una entrada triunfal alrededor de las once de la noche. Perfecto.

¿A qué hora paso por ti?

Me envió Aaron.

Y le respondí:
Ya estoy en la casa de Fernández, lo siento. Me llamaron para que ayude con algunas cosas. Nos vemos en la noche.

—Malena, ¡dime que hacer por el amor de Dios! —supliqué tirándome agotada sobre el sofá de la sala.
—Cuéntame tus problemas —ella tomó asiento en un sofá individual. Parecía una sesión al psicólogo. Pero en parte lo era, Maleme daba su opinión en todo, me daba consejos muy buenos y me escuchaba muy atentamente.
—Maxi y Aaron.
—Empecemos por Máximo.
M, quiere verme esta noche —le mire mientras jugaba con mis dedos por los nervios.
—Ni se te ocurra tener sexo con él aquí —susurró frunciendo el ceño.
Solté una carcajada — ¿Qué dices? ¡No! —Me reincorpore en el sofá —Además, no podría. Creo que quiere reconciliarse conmigo.
— Recuestate, estás en sesión con tu terapeuta. — Preguntó luego de que volví a mi antigua posición —¿Y tú quieres reconciliarte con él? —alzó una ceja.
—Sí, obvio que quiero. Es una pregunta muy estúpida, Malena.
—Cierto, perdón —asintió sonriendo y luego suspiró—. Todavía no veo el problema.
—Oh. A es el problema. Hasta hace unos días estaba dispuesta a usarlo hasta dejar de sentir lo que realmente siento por M y así olvidarlo, pero recibí un mensaje de este último que quería hablar conmigo esta noche.
— ¿A está enamorado de ti? —me encogí de hombros —Si quieres te ayudo a distraerlo. Los chicos y yo podemos hacerlo.
—Bueno, podría ser.
—Sabes que Máximo sigue sin caerme bien, ¿verdad?
—Sí —suspiré —, y no sé cómo no lo has matado después de lo que pasó la última vez.
—Me estoy controlando.
— ¿De qué te controlas tú?
Tom apareció en un abrir y cerrar de ojos. Y yo pensaba que estábamos solas en casa. Esteban y Graciela fueron a recuperar sus energías a la cama por un rato porque a la noche iban a salir a cenar y bueno, pensamos que Liam había ido a buscar más bebidas.
— ¿Hace cuánto tiempo estas ahí parado?
—Desde que comenzaron su terapia —se acercó a mí y tomó asiento a mi lado. —No, mentira. Estaba en el jardín. Aún no respondiste mi pregunta, Malena.
—Eres odioso —respondió ella.
—Es un talento que estoy desarrollando.
—Se controla con M, digo con Maxi. Ya sabes, para no matarlo.
—Yo lo mataré a él si no se controla esta noche —la seriedad en su rostro se veía perfectamente.
—Mi héroe —dije sarcásticamente.

Destino o Casualidad | Maxi Espíndola © {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora