Veinticinco

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Tyler:

No era el típico popular, pero no era un chico al que molestaban o que le iba súper bien en los deportes, o en las materias. Era el que estaba ahí, en medio, sin saber que es. Pero no me quejaba, en este infierno es bastante bueno no saber quién eres.

—Hola Claudia— la tome de la cintura y le di un beso en la mejilla.

Es mi mejor amiga, ella sabe que soy gay y quien me gusta.

—Hola acosador— rodé los ojos—. Digo hola Ty.

—Chau, le di otro beso y me fui

Camine por los pasillos hablando con un amigo que me encontré, pero a lo lejos vi a el grupo de Carlos pegándole a mi pequeño. Me detuve

— Me gusto como sonó, susurre
—¿Que?
Lo ignore y fui con Carlos

— Déjalo

—¿Vas a defender a esta gay?

Los ojos de mi pequeño se llenaron de lágrimas, esto no me gustaba y para nada.

— Déjalo, te lo pido de buena manera, ¿quieres saber cuál sería la mala?

El sonrió: — ¿Cuál sería?

La profesora-hija del director- pasó a nuestro lado y la señale.

— ¿De verdad queres saber?

El bufo, y lo soltó

Me acerqué, y lo ayude a levantarse.

— ¿Estas bien?

—Si, sonrió.

— Me alegro, tú no le hagas caso chico her— idiota, ¿que acabas de decir? Sus ojos se me quedaron viendo con un brillo— Chico.

Se le apago el brillo, y me sentí idiota: — ¿Cuál es tu nombre?

— Tyler...
Susurre le di un beso en la mejilla, y dejándolo confundido me fui

Cartas para el chico gay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora