Arena y zombis

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Era el quinto poblado que visitaban. Nadie vivo pero todos caminando. Unos cuarenta muertos se movian por las calles. Miradas perdidas y pasos renqueantes por entre las casuchas de adobe del pequeño asentamiento. El equipo se movio con rapidez eliminando a siete muertos en su avance abriendose espacio hasta el templo del centro del pueblo. La estatua de Juno los observaba mientras preparaban las cuerdas. Las lanzaron a traves del oculo abierto sobre la estatua. Ni un sonido, solo el lento avance de la marea zombie que se dirigia hacia ellos entrando por el amplio portón del templo. Las armaduras blancas, ahora manchadas por los doce días de marcha ininterrumpida, centellearon cuando activaron los hechizos, gracias a ellos subieron por las cuerdas facilmente posandose en la parte superior del templo.

- Demio, flanco izquierdo.- dijo el sargento.- Tricio dame comunicación.

- Señor, cuanto mas estemos aqui mas lejos estara el objetivo.- dijo el soldado que tenia a la izquierda

- Ponme con el puesto de mando.- continuo el sargento mientras los muertos emitian sonidos guturales intentando alcanzar sin posibilidad de exito al grupo de soldados del techo.

- Señor.- insistio el soldado Recio Calabrio

- No pienso dejar aqui a una turba de resucitados para que ataquen a quien pase por aquí

- Señor, si no cogemos a ese cabron va a seguir creando estos bichos.

La respuesta del sargento no llego puesto que uno de los soldados le hizo una señal de aviso. Al mirar todos vieron una figura dirigiéndose hacia el pueblo por el camino que ellos habían utilizado para llegar.

- Recio, analícelo. El resto preparaos para la lucha, si es un civil tendremos que encargarnos de protegerlo.

El soldado opositor bajo la visera del casco cubriendo sus ojos. La visión antes clara de un hombre avanzando cambio. Durante un segundo todo fue oscuridad pero al instante empezaron a surgir luces. Veía luces pequeñas surgiendo de los muertos que tenia bajo el, luces azuladas que surgían de las armaduras de sus compañeros y de la suya. Pero una luz eclipsaba a las demás, era un torrente de luz que manaba de la figura que se acercaba.

- Es mago señor.- dijo informando a su sargento.- las lecturas de energía son altas.

El ser estaba envuelto en una larga capa de viaje oscura y con la capucha le tapaba la cabeza. Cuando entro en el pueblo pareció darse cuenta de los soldados y los saludo efusivamente con la mano mientras pasaba entre los zombis como si no le vieran, incluso algunos se echaban a un lado para dejarle pasar. Las alarmas mágicas de la armadura detectaron un hechizo haciendo vibrar el brazalete derecho de los soldados pero no hicieron nada para evitar que se lanzara el hechizo, ese mago era de los suyos. Una escalera de huesos surgió del suelo justo cuando llegaba el encapuchado que se subió a los primeros escalones que aparecieron. La escalera empezó a alzar al mago hasta posarse en el tejado donde estaban los soldados.

- Hola chicos, ¿que tal estáis?.- dijo bajando de la escalera y quitándose la capucha. Su cara era redonda y agradable, parecía no haber roto un plato en su vida y posiblemente así fuera.

- Magister, ¿Qué hace usted aquí?.- pregunto el sargento poniéndose firme.

- Echar una mano. Me preocupaban los partes que enviabais, no parece que ese exiliado quiera escapar. Parece que os esta atrayendo por alguna razón.

- Seguramente será una trampa señor pero no es la primera que nos hacen. Estamos preparados.

- Según mis cálculos solo les queda un vial a cada uno.- todos asintieron.- entonces si pasara algo inesperado podrían verse en problemas. Necesitamos acabar con esto sin arriesgar vuestras vidas. Las ordenes son las siguientes, yo me llevare a dos de sus hombres y usted volverá a Tebas para reaprovisionarse por si hiciera falta su intervención.

Prospecciones mágicasWhere stories live. Discover now