Reencuentro

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Nicodemus miraba el gran orbe de carne y huesos donde tenía encerrado al que ahora conocía como Tusto Barca. Un pequeño agujero dejaba ver al nigromante encerrado. Su extrema flaqueza no se debía a la mala alimentación sino porque el muy imbécil se había transformado en muerto viviente. Los tendones y músculos de la masa nigromántica lo retenían agarrando de sus finas extremidades.

- ¿Piensas que te diré algo?.- dijo el nigromante solo moviendo la mitad derecha de la cara. La otra mitad la tenia totalmente muerta e inmóvil.- No pienso hablar.

Nicodemus tosió un poco intentando aclararse la garganta, se limpio el sudor de la frente con un viejo pañuelo y miro de reojo a los soldados. El mago tenia experiencia en la guerra, había combatido en la Galia, en Hispania y en Cartago. Había matado a muchos. Todos caras desconocidas en un mar de acero y fuego. Pero esto era otra cosa, a este chaval lo conocía.

- Te recuerdo.- dijo mirándolo a los ojos, el ojo muerto había perdido la pupila y solo se veía una esfera blanca.- Era compañero de tu tío.

- ¿Eras su amigo?.- dijo sorprendido el chaval.- y aun así atacaste nuestra tierra. Su tierra.- dijo en tono de desprecio.

- No te había reconocido hasta que no has dicho tu nombre. – continuo Nicodemus sin prestar atención a la replica.- Recuerdo que un día viniste a la academia con tu madre. Eras muy pequeño.

- Si te hubiera cogido mi tío te habría reventado.- continuo Tusto.

- Seguro.- acepto Nicodemus torciendo el gesto y dejando ver una leve sonrisa.- lo consideraba un amigo. Me alegre de no enfrentarme a él en la guerra. El luchaba por su tierra y yo por la mía.

- Basura Romana.- dijo el chico mientras escupía contorsionando el cuerpo intentando escapar.- vosotros destruisteis mi ciudad, matasteis a mi familia y ahora vais a pagar.

Durante un momento Nicodemus recordó al rayo verde, así llamaban a su amigo Asdrúbal Barca, el tío del chiquillo que tenia atrapado. Si hubiera sabido que su querido sobrino pequeño se transformaría en un medio-muerto. "mátame antes que ver la ruina de mi casa" imploraban a los dioses aquellos que tenían una familia poderosa. Y los Barca lo fueron, gracias a Júpiter que Asdrúbal no esta para ver en que ha quedado su familia.

- Has matado a muchos hombres, mujeres y niños.- continuo Nicodemus poniéndose serio.- No creo que cuatro aldeas del sur de Tebas sean culpables de la ruina de tu ciudad. No es la mejor manera de cobrarse venganza. ¿Cuales eran tus planes? ¿intentar resucitar a algún faraón olvidado y a su hueste? Egipto ya ha visto unos cuantos levantamientos de ese tipo y están bien preparados.

- No somos idiotas.- dijo el nigromante.- no nos interesan los faraones.

- Entonces ¿que queréis?.- pregunto Nicodemus que no se le había pasado por alto el uso del plural, parece que son un grupo. A Recio y Tricio tampoco se le paso por alto el detalle.

- La destrucción de Roma.- dijo Tusto.

- Pues por buen sitio habéis empezado.- dijo Tricio sonriendo.- no es que esto este junto al trastevere. Creo que os habéis ido un poco lejos para acabar con Roma.

- Esta será la primera piedra que hará que vuestro imperio caiga.- respondió echándose hacia delante el nigromante, aun intentando quitarse las ataduras.

- Señor.- dijo Recio intentando dirigiéndose a Nicodemus.- necesitamos respuestas inmediatas. No podemos seguir aquí, es una zona peligrosa, detectamos algunos djinn por la zona.

- ¿Y que sugieres? .- dijo Nicodemus girándose para hablar con él.

- Deberíamos llevarlo a Tebas e interrogarlo allí.- respondió.

- Tienes razón.- dijo girándose de nuevo al reo.- Lo siento mucho pero si no nos vas a decir nada más, lo mejor será que te llevemos a Tebas.- esperó unos segundos por si quería decir algo pero el nigromante no abrió la boca.- Muy bien, pues te informo que me ha molestado bastante tener que venir hasta aquí para atraparte y que, además no me digas lo que planeabais así que te voy a tener dando vueltas en esa bola todo el camino de vuelta si en algún momento recapacitas házmelo saber.

Con un movimiento del brazo el pequeño agujero que permitía ver el interior de la improvisada celda se cerro y la bola quedo completamente esférica. Con otro movimiento de mano comenzó a deslizarse por las arenas del desierto girando mientras Nicodemus, Recio y Tricio comenzaban a caminar tras ella aprovechándose de la sombra que les proporcionaba. Tal y como Nicodemus pensaba a los veinte minutos se empezaron a escuchar gritos de "para, para" del interior del orbe. Nicodemus sonrió a los soldados y detuvo la bola levantando la mano. Se abrió un pequeño agujero en respuesta a otro movimiento del mago. Esta vez lo que apareció fue la cabeza del nigromante pero bocabajo.

- Hablaré pero deja de darme vueltas por Baal.- dijo visiblemente mareado.

- Bueno, tu empieza a hablar y ya decidiré yo.- dijo el mago.

- Nuestro plan es robar el generador de energía, con esa magia en bruto podríamos luchar contra el imperio.- dijo Tusto.- yo tenía que alejarte de la ciudad. Sabíamos que sin ti la central estaría indefensa. La academia esta lejos y para cuando lleguen ellos o tu ya nos habríamos ido con el premio.

- ¿Y como pensabais burlar a Espuria?.- pregunto extrañado el hechicero.

- No nos asusta la Enviada Spuria.- dijo el nigromante.

- Perfecto.- dijo Nicodemus.- pues como habría prometido iras el resto del viaje en una posición normal.- dijo mientras cerraba de nuevo el orbe

- Señor.- dijo Tricio.- ¿Qué hacemos? Si eso es verdad y consiguen su objetivo será un grave problema.¿ Cree que podríamos teleportransportarnos a la ciudad?

- No creo que podamos.- dijo el mago haciendo rodar de nuevo la bola.

- Pues podríamos comunicarnos con la central.- dijo Recio.

- No es necesario.- respondió el mago que comenzó a andar aun con más parsimonia que antes.

- ¿Pero entonces?.- dijo Tricio.- ¿no podemos hacer nada?

- No es necesario.- dijo tranquilamente el mago.- si han sido lo bastante estúpidos como para subestimar a la titiritera no conseguirán una mierda.- dijo mientras sonreía.-Estoy deseando llegar y ver que les ha hecho a esos mendrugos.

Prospecciones mágicasWhere stories live. Discover now