"Un gran hombre"

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Actualmente:

Él joven Connor despierta repentinamente en el piso de una cabaña, la cabaña del guardia del reino, Griss, esta vez su pecho y su cabeza no le dolían mucho, no como el recurrente dolor que tiene desde que inicio el viaje.

—¡Darck!—

Respiraba de forma acelerada, como ya había ocurrido anteriormente, se levantó del suelo y al hacerlo se dio cuenta de que sostenía su espada, enfundo su espada y camino lentamente por el pequeño cuarto que ahí había.

—¡¿Sir Griss?!—

Dijo caminando lentamente y buscarndolo con la mirada, abre una vieja puerta que era la entrada principal de aquella cabaña. Una ráfaga de aire le dio de golpe, entrando un poco de nieve a pies de la puerta, parecía el principio de una tormenta.

—¡Sir Griss!—

Exclamó cubriéndose parte del rostro, salio de la cabaña y con los ojos entrecerrados por la potencia del aire, trato de buscar con su mirada al caballero del Norte.

Una figura se sobrepone entre tanta nieve, era él caballero del Norte, Griss.

—¡J-joven Connor!, ¡escondase!—

Dijo mientras caminaba con esfuerzo hacia la cabaña en una tormenta que notoriamente se volvía cada vez más fuerte.

Connor camina rápido hacia él, pero cuando se acerca lo suficiente ve que esta sangrando, se asusta y con más esfuerzo camina hacia él.

—¡Griss!—

Depronto una especie de arma es disparada, una bala, que más que ello parecia una esfera llena de luces, parecida a unos fuegos artificiales, choca en la espalda del caballero de cabello negro.

—¡No!, ¡Griss!—

Años atrás:

—¡Papá!—

No quería correr, quería tener el valor de antes, quería poder ayudar, sin embargo, tan solo podía mirar de momentos en lo que corría.

El padre de Connor con el deber de cuidar a sus hijos decide enfrentarse a los lobos o en el peor de los casos distraerlos lo suficiente como para que sus hijos lograrán escapar.

—¡Sigan Niños!—

Gira y da una patada a uno de los tantos lobos que los seguían, muchos intentan rodear al hombre, pero con la decisión de proteger a sus hijos y sus años de experiencia él entierra la daga que tenía en el cuello de uno de los lobos, matándolo a los segundos, arrojando el cuerpo a los demás empieza a patear y dar golpes a los lobos que con furia intentaban comérselo. Sus hijos miraban de reojo en lo que corrían, su padre era todo un peleador, sabían que entreno mucho para ser guardia del rey, pero no se imaginaban su seria hasta ese extremo.

Sus hijos estaban alejados y Harrier de rodillas entre demasiado sudor, rasguños y mucha sangre de lobos con la de él, por toda la nieve.

—L-lo logré, p-pero solo hice que se adrentaran más al bosque—

Se dijo asi mismo en su cansancio, se levanta y empezó a trotar donde estaban sus hijos.

—Papá es impresionante, estoy seguro que estará bien, ya debe estar por llegar—

Dijo Darck mirando hacía donde estaban, respiraba algo agitado al igual que su hermano.

—T-tienes razón—

El auténtico caballero del NorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora