Logan

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Llegue a la practica como de costumbre.

- Hey Logan!- me saluda Christian- ¿Supiste? Hoy son las pruebas de porristas.

-¿Y?

- Ya quiero ver a las chicas del equipo con sus uniformes.- dice frotando sus manos- Apuesto que son muy sexys.- pone cara de pervertido.

No me sorprende pues es uno de los chicos mas mujeriegos de la universidad, aparte de mi, por supuesto.

- Tendras que aguantar hasta mañana en la tarde.

- Lo se- pone cara dramática de tristeza.

Me encanta estar con este chamo.

El entrenamiento transcurre normalmente, excepto por los ultimos 20 minutos en los cuales no podia dejar de sentir las miradas sexys de las aspirantes a porristas.

Termina el entrenamiento y doy una rapida mirada a las chicas para evaluar el panorama general. Todo normal, chicas muy guapas y sifrinas.

***

Llego a la cancha para el entrenamiento y veo a la chica de la fiesta sentada en las gradas. Me separo de mis compañeros que tambien estan entrando al entrenamiento y me acerco a ella.

- Bueno, bueno-se para en seco al oirme- miren quien esta aqui, ¿Viniste a disculparte conmigo y a pedirme que seamos amigos?

- Sueñas Mister Perfect.

- Me gusta ese apodo ¿ Que haces aqui entonces?

Voltea los ojos y extendie la mano. La miro confundido.

- Hola, soy Anastasia, soy la nueva capitana del equipo de porristas.

- ¿Es broma verdad?- abro los ojos con sorpresa- ¿Tu, en el equipo de porristas? ¿Capitana?

- ¿Algun problema?-retira su mano.

- No no... es solo queee... eres un poco...-busco las palabras adecuadas que no la ofendan.

- ¿Tímida?-propone.

- Iba a decir antisocial pero creo que eso es mejor.-me rasco la nuca y pude ver sus tiernos ojos volverse rojos de ira. La ofendí.

- Por si no lo sabias yo no estoy aqui porque quiero. Solo vine a presentarme por cortesia ya que, lastimosamente, tu y yo pasaremos mucho tiempo juntos.

La miro perplejo y me inclino un poco para que mi cara quede a su altura haciendo que ella se encoja un poco y se ponga nerviosa. Sonrío.

- Tal vez no sea tan malo como dices- susurro.

-No... No te hagas ilusiones-tartamudea lo que provoca que me ria un poco.

-¿ Que te pasa?-doy un paso y ella se aleja apartando la vista- Acaso...-me encuentro con su mirada-¿Te pongo nervioso?

-Yo...- no termina la frase cuando el entrenador interrumpe.

-Tucker!! No es tiempo de novias, deberias estar entrenando.

- No soy su novia-dice Anastasia recuperando su fuerza- soy la capitana del equipo de porristas, vine a presentarme.

-Ohh, lo siento, un placer conocerte- dice el entrenador un poco avergonzado.

- Descuide, soy Anastasia- extiende la mano igual que cuando me la extendio a mi, solo que a este gesto el entrenador si le respondio tomando su mano.

-¡¿Que haces ahí parado Tucker?!
- Señor...

- Nada. Al precaliento ya ya ya!

Corro en dirección a la cancha. El entrenador da miedo por lo que no replico aunque me hubiera gustado quedarme, especialmente porque descubrí que la chica en la que estoy centrado ahora tiene una debilidad: yo.

***

#Anastasia


Lo odio, lo odio con toda mi alma. No puedo creer que me desmoronara ante ese capitan presumido. Por suerte llego el entrenador para salvarme.

Despues de hablar con el entrenador acerca de los entrenamientos me senté en las gradas a esperar nuestro primer entrenamiento. Al cabo de unos minutos llega Kat.

- Hola amiga-se sienta a mi lado.

-Hola.

-¿Que te pasa?- dice notando mi cara de amargada- No me digas que el capitan de basket te hizo pasar un mal rato.

- Si.

- No puede ser pero ¿Que hizo?¿Es feo?

-Para nada- suelta aire- es solo que no fue muy cortes conmigo.

- No te creo, haber ¿Quien es? Yo le voy a enseñar a respetarte-levanta los puños y yo levanto una ceja- soy cinta verde en karate.

Me rio y le señalo al idiota responsable de mi amargura. Al momento que lo reconoce baja los puños y se sienta.

- Ok... tal vez sea mejor esperar a que termine el entrenamiento y... hablar-confiesa un poco nerviosa y sorprendida- pero, haber, cuentame todo con detalle.

- Mejor sera que no le digas nada.

- Lo hare solo si me cuentas que paso.

- De acuerdo.

Le conte todo con detalle y por primera vez en mi vida sentí que alguien me entendía. Cuando termine sonó el silbato y tuvimos que esperar al final del entrenamiento para seguir hablando.

Fue un entrenamiento relajado. Nos presentamos entre nosotras e hicimos algunas dinámicas grupales para empezar a trabajar en equipo.

Los Opuestos Se AtraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora