Capitulo IV

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En esa misma noche mi padre de la alegría que tenía nos llevó a comidas rápidas, no llevo ni su coche, ni su moto, ni tampoco quiso que nos fuéramos en algún transporte público, quería que nos fuéramos caminando, yo no tenía ningún inconveniente pues hace años no caminamos en familia ni compartíamos algún momento juntos, muy feliz por mi padre me acerque a él felicitándolo por lo bien que le había ido en su trabajo, también estaba súper contenta porque, disfrutaríamos de una rica comida en familia, la verdad adoro pasar tiempo con ella ya que siempre estoy encerrada en mi habitación, necesito salir más y distraer mi mente, claro que si le digo a mi madre esto ella no lo va a tomar con calma, por esta razón mi padre es la única persona a la que le cuento casi todo, esto es algo raro porque se supone que la mamá es la persona en que uno confía, pero no, en este caso es mi padre, recuerdo que cuando me llego la menstruación mi padre fue la primera persona a quién le comente eso, mi padre cuando le dije que me había bajado comenzó a llorar y sollozando decía mi niña ya no es una bebé, ya creció, se convirtió en mujer, él estaba en su cama, se paró, me abrazó muy fuerte y me susurró a mi oído
-te amo.
Recordando esto mi sonrisa se apoderó de mí, está era una sonrisa como dicen por ahí de oreja a oreja, mi padre notó esto y me preguntó -¿Qué te pasa?, ¿De que te estás acordando Cristin? -nada padre solo recuerdo un momento muy especial para mí respondí aún con la misma sonrisa en mi rostro, le dije a mi padre que enserio necesitaba salir un poco distraerme, no solo estar en mi habitación encerrada ya que esto me deprime mucho, estoy en la edad en la que quiero salir a disfrutar con mis amigas, aunque tengo pocas pero da igual, solo quiero salir a distraerme, él me recordó la sobre protección de mi madre hacía nosotras, me dijo:
-Hija, te entiendo, yo te dejaría pero sabes como es tu madre, tu sabes que ella es muy sobre protectora y casi no te deja salir, ella es la que tiene autoridad en la casa, trataré de hablar con ella lo más próximo posible.
- Bueno padre, entonces lo único que tengo que hacer por ahora es esperar.
Mi madre y mi hermana se acercaron sutilmente tratando de escuchar cual era el tema del que estábamos hablando mi padre y yo, con una sonrisa en su cara, se fue caminando despacio atrás de mi padre si que el se diera cuenta, mi padre volteó con disimulo, salió corriendo atrás de ella por todo el centro comercial, no les importaba nada, solo pensaban en lo felices que eran, Antonella y yo nos quedamos viéndolos muy felices de ver lo contentos que estaban de estar juntos, parecía que mi mundo completo fueran ellos tres, y así era exactamente, no sabría que hacer si le pasa algo a alguno de ellos, en especial a mi padre, que es a quien le confío casi todo, ya que tenemos una muy buena relación, mi hermanita y yo nos adelantamos un poco, tomamos asiento en un puesto de hamburguesas que estaba situado justo en frente de donde estábamos caminando, al instante llegaron mi padre y mi madre muy felices, enserio ellos eran mi vida entera, en medio de tantas cosas voltee a mirar hacia atrás, allí estaba Ed, quien me sonrió muy sutilmente mientras nuestras miradas se tropezaban, ese chico era muy lindo y en realidad me atraía demasiado, mirándolo fijamente a los ojos, le sonreí, el se echó a reír y voltee hacia donde estaban mis padres rápidamente - Será que hice algo mal, da igual, porque debería importarme, el solo es un chico común y corriente como todos, susurré. Presté mucha atención a mis padres reaccionando a que había pensado en voz alta, pero gracias a Dios mis padres no notaron ni un solo mal movimiento, mis padres tomaron asiento al lado de mi hermanita se sentó mi madre y mi padre se acomodo al lado mío, pedimos una hamburguesa para cada uno. Yo tenía mucha pena de comer ya que Eduardo no paraba de mirarme, en fin mi familia termino de comer y yo apenas daba el primer mordisco, en ese momento llego Natalia, ella me saludo, me ayudo a comer, le pidió permiso a mi madre de que me dejara ir a ver una peli a cine, pero como era de esperarse ella simplemente se negó, mi padre metió la mano por mí, - vallan, vallan a ver la película, pero Cristin no vallas a llegar tarde a casa. -Por supuesto señor nosotras llegamos temprano, yo la llevo a su casa sana y salva lo prometo. -Si padre llegaré temprano, apenas termine la peli nos vamos para la casa, salí corriendo sin notar que mi madre se había enojado mucho con mi padre, estando ya muy lejos de mis padres Ed nos alcanzo corriendo,
-Hola, oí que van a cine, ¿las llevo? - No, gracias no hay problema -Si llévanos respondió Natalia. Ed me miró y río, nos dirigimos hacia el auto de él, al llegar allí el nos invitó a subir muy caballerosamente, nos llevó a un centro comercial, y allí nos bajamos, el se bajó de se bajo de su auto con nosotras, indicándonos en qué pasillo estaba el cine, al llegar al quinto piso que era dónde estaba el cine, nos invitó, dijo que él iba a pagar toda la cuenta. Con mucha pena le respondí, -Claro que no, no lo tienes que hacer, Ya hiciste demasiado contra hermosa hasta acá, muchas gracias. -Cómo se les ocurre que las voy a dejar acá a estas horas de la noche, es muy peligroso yo mismo me encargaré de llevarlas a su casa al terminar la película, en esa pequeña discusión interferio Natalia diciendo -Si, Eduardo puedes ayudarnos nos puedes llevar a la casa, disculpa Cristin por ser tan grosera, lo que pasa es que a ella no le agrada mucho que las personas sean tan buena gente, además es muy penosa ella no está acostumbrada a este tipo de situaciones, yo mirandola con desagrado respondí. -Claro que no estoy acostumbrada, no ves que nunca mis padres me dejan salir. ¡Gracias por recordármelo!
Me adelanté rápidamente, Ed y Natalia corrieron atrás de mí para alcanzarme, Ed agarro mi mano sutilmente, me miró a los ojos y dijo: -No tienes que portarte de esa manera Cristin, ya eres una mujer grande yo simplemente quiero ayudar, claro que si no me dejas no  lo are. me miró con desagrado y se adelantó con Natalia, entraron a comprar los boletos, apenas terminaron de comprarlos me dieron uno, me dijeron que si quería entrar pues entrará, si no pues que me quedara afuera, yo tomé la boleta, me dirigí hacia la sala de cine de la película que ibamos a ver sin decir ni una sola palabra, un poco enojada, pero cuando entre, me senté, me relaje y se me pasó todo, antes de comenzar la película estaba pensando que en lugar de ser tan grosera debería disfrutar el poco tiempo que mi madre me dejó salir, ya que ella nunca lo hacía nunca me dejaba salir Eduardo me miró, tomó mi mano, me susurró al oído - eres hermosa, yo muy apenada me sonroje un poco y Ed se echó a reír, parecía que todo lo que hacia le causaba algo de gracia, empezó la película, nos quedamos en silencio viéndola hasta que termino, yo simplemente no quería llegar a casa así que les dije que tenía que aprovechar este tiempo, ellos me llevaron a la sección de juegos y allí montamos carritos chocones, es algo loco pero igual lo hicimos, sin importar que nos dijeran ni cómo nos mirarán. Pase un momento muy lindo al lado de ellos, bajamos de los carritos, dirigí mi mirada hacia el reloj de Ed y valla qué me lleve una gran sorpresa, eran las diez treinta, me apure demasiado, nos dirigimos hacia el auto de Ed y él me llevó hasta mi casa, al llegar a mi casa las luces estaban apagadas, me asusté mucho, pero simplemente prendí la luz subí a mi cuarto y me acosté a dormir, mi madre ni se dio cuenta que había llegado.
En mi habitación estaba muy contenta, este había sido uno de mis mejores días, lo mejor fue que Ed se portó como todo un caballero conmigo.

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2017 ⏰

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