Capítulo 4 (final parte 1)

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Ya siete días, tres desde que vino mi padre con mi ex, mi amigo y mi confidente aquél que desprecie, me pego contra el respaldo de la cama, por décima quinta vez, a veces el dolor retiene los pensamientos, ojalá infirieran conmigo misma, sin dejar de ser una completa estupidez, hay sentada observando el techo y recordando; y siete desde que paso todo, por estúpido que suene siento tanto haber lastimado a Carly, la que merecía eso sería yo, lo único que se me ha querido decir es: Tienes suerte de que no te demandará, a ver si con eso recapacitas..., no sé cuántas veces tendré que decirlo, aunque quiera y anhelo yo ya perdí todo camino de lógica, solo me alegra no tener que volver a mi viejo antaño, sonrió, saco la cámara con la que mi amigo me regalo.

—Todo estará bien me oíste. —Sabía completamente que ni le prestaba atención, alzo mi mentón a la vez que me impedía seguir incrustándome las uñas en mi brazos cruzados, no podía evitarlo, era una simple necesidad, en sí, me obligo a mirarlo—. Toma lo de la caja, utilízalo, es tu diario. —Mi ¿qué?, seguro mi cara tenía algo chistoso, sonrió a mi pesar y rodo los ojos, me tomo mis muñecas con más fuerza, demasiado cerca para mi gusto—. No me engañes, sé que tienes un diario en tu móvil.

¡Y como carajos sabía que yo tenía un diario!, ese había sido el pensamiento que me saco de casillas ese día.

—¡Es mi celular no el tuyo!

Después de soltarme de él, intenté golpearle, lo cual mi padre se apresuró y con esa poca masa muscular que se tiraba basto para controlar mis forcejeos, y como en un segundo ya tenía puesta una camisa de fuerza.

Mirada tras mirada, yo sentada y esos observándome como bicho raro. Si fue un lindo día, sacando de por lado todo.

—Estoy tranquila —musite con desprecio.

—Lo dudo —dijo con aire pesimista, gracias padre, debí decirle eso.

—Ni que te importará.

¿Cómo se llamaba él? a veces me sorprender no saberme su nombre al derecho y al revés, ya hasta me siento ofuscada sin lugar a dudas, tengo afectada la memoria, cada instante en silencio, me urgió la necesidad de gritar, mas así mis impulsos no contenían movimiento, sentía que había pasado horas y solo veía borrones, estaba detestando los somníferos.

—Nos estas escuchando. ¡Eh Demi!

No aguante más, en ese instante caí no sé en donde, pero caí, al despertarme de nuevo estaba sola, quite las cobijas y devuelta al presente.

Me erguí, mientras oleadas de calor se calaban cansadamente en mi piel, nada agradable, acerco la cámara a mi rostro, y con temor enciendo la cámara ¿Qué iba a decir?

—Eh, hola.

Sin presionar el On en la cámara volví a preguntarme ¿qué quería decir? Nada, solo venían recuerdos incompletos.

—Desembucha, sácalo, yo sé que puedes. —Él y tu puedes, siempre tan arrogante—. ¿Me estas poniendo cuidado?

—No —respondí fría y cortante. —Acercó la cámara más a mi cara—. Aleja eso.

Escuche su risa detrás de la cámara, a ese paso quería nombrarlo acosador.

—Solo desenvuélvete, cuéntame que piensas al escribir un... no sé ¿diario?

El silencio fue otorgado por mi lado, recuerdo esquivar el contacto del lente de mi cara, ahí sentada y sonriéndole benévolamente me quede, no duro mucho.

— Querido Diario..., qué estupidez es esa de decirle "querido" a un pedazo de papel virtual o real carece de sentido. —Escuche su risa, y continúe—. Empecemos de nuevo. Querido e inútil intento de controlarme, adivina hoy aprendí a disparar. ¿Quién crees tú qué fije mi ojo?, no creo que descubras. —Ignore por completo su pregunta de que me refería—. Y ahora que contemplo la oportunidad no la desaprovecho.

Listen [Time to Kill #1 edición] © #FreeMentallnespDonde viven las historias. Descúbrelo ahora