Capitulo 2

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Las lágrimas rebosaron instintivamente por mis mejillas siendo lo único que podía sentir, siendo el sentimiento que había renacido..., soledad y abandono..., como si todo en mi vida pasada saliera de las profundidades de mí, de manera enloquecida y sin escrúpulos, importándole poco el dolor que aún latía en mí ser, eso era la vida; impulsos, arranques donde nadie se prepara ni es preparado para sentir, en este caso jamás lo fui. Y el pequeño y frágil caparazón donde por desgracia tenemos que atormentarnos, soportar y crecer..., jamás crecí..., si fuera decisión de uno como en la mía, no hubiera nacido ¿para qué?, si tan solo fui la escoria de todos, el lugar de las patadas, de los insultos, el caparazón que se rompió y ahora no encuentro las partes para renacer de las cenizas, ¡las partes están perdidas!, como yo, como siempre lo estaré por los siglos de los siglos...

Cerré los ojos tratando de no vaciarme, todavía no, por algún motivo no era el momento, no era mi hora.

—A-paga esa... música... —murmure de manera inaudible, volví a enfrascar los ojos para contener el dolor, seque las lágrimas—. Por favor... apágala.

Todo está envuelto en aquel temblor de vibraciones, mi cuerpo estaba sentado, observando un icono muerto.

Conéctate Diego, por favor.

¿Por qué cuando uno necesita alguien nunca está para ti?

—¿¡Ay mira quién no hace nada más!? —Alcé la mirada, mi hermana me miraba haciéndome sentir apabullada, me enderece, por suerte estaba calmada. ¿Cuándo había entrado?—, haber hijita mueva el trasero y sirva para algo, o es ¿qué le quedo grande tender la puta cama? —la señalo, estaba que echaba humo—, ¡SIRVE PARA ALGO, PUTA!    

Deje de respirar, estaba rígida. Exhale.

Se acercó agarrándome de mi buzo negro, ya no estaba sentada, a veces me sorprendía su altura.

—Aquí no vas a tener a tu papá escoria —murmuro para mí, me fije en cada trazó de su cara, y las lágrimas brotaron haciéndome sentir tan horriblemente acongojada—. Te mueves o te amenazo con mi mamá.

Alce la mirada esperando algún arrepentimiento por parte de ella, al contrario solo me desafiaba sus ojos terracota,  le escupí en la cara.

—Tan pequeña la niña —dije  sin evitar sonreír, observó el tic de ella crecer, añadí—: Te la llamo, ¿bebé?

Melissa, me acercó con la furia resaltándole a flor de piel, comencé a reír, me daba tanta risa su amenaza, te amenazo con mi mamá, se le notaba a lenguas que ella no era más que una de los títeres de esa tipa, por mera coincidencia mi madre, ay por bendición no me parezco a esas dos, bueno, no soy gorda como lo es mi queridísima hermana no obstante no necesito implantes como mi madre para sentirme bien cuanto tipo se me pusiera enfrente como a esa.

—¡Bazofia! —escupió no sin antes tirarme al piso bruscamente.

Me golpeé con la silla y caí de bruces al piso no me esperaba que eso acaeciera, mi espalda había chocado con el piso de cerámica, mire el techo, estaba boca arriba, sentí que estaba inmersa en una parálisis momentánea por la magnitud del golpe. Impulse mi cuerpo a pararse con ambas manos, al hallarme sentada observe la silla de la computadora volteada en el piso víctima de esa, torcí los ojos al computador que estaba a mi izquierda, un sonido irritante lleno el vacío del cuarto. Un mensaje.   

Ya parada apreté mis puños marcando mis nudillos pálidos, resople una que otra vez y acto seguido la mire con recelo, observe detenidamente su ropa, ¿por qué no se ponía ropa decente, no le basta con ser gorda?, alce el mentón sintiéndome que mi forma de ser era singularmente idónea. Puse mis manos en las caderas.

Listen [Time to Kill #1 edición] © #FreeMentallnespDonde viven las historias. Descúbrelo ahora