Cupido lo hizo nuevamente.
Le había roto el corazón despiadadamente a otra chica.
Venus no lo podía tolerar más. Había dejado que su hijo lo hiciera una y otra vez, y por supuesto, para él, no era suficiente, por lo tanto, no había consecuencia alguna.
-¿Estás orgulloso de lo que has hecho?-Preguntó Venus con furia-Has faltado a tu palabra y a tu deber.
Cupido no respondió. Su deber no le importaba, era estúpido.
-Es exactamente lo que esperaba de ti-Dijo Venus observando desde su lejanía, el lago-Tarde o temprano habrá una consecuencia. Mucho mejor, habrán alrededor de "cien" consecuencias.
Cupido carcajeó.
No era verdad.
¿Quién en el universo entero podría creer que cupido iba a ser castigo por alguna tan estúpido?
-¿Qué fue lo que hice con exactitud?-Preguntó con galantería.
Venus observó la tierra desde su ventana-Has flechado a miles de parejas, para luego separarlas, y una de las personas ha terminado con su vida por ello.
-No es problema mío, el sufrimiento humano es natural-Explicó-No entiendo que es lo que he hecho mal.
Venus asintió-Has robado inocencias, y lastimado corazones, casi el mundo entero ha dejado de creer en ti-suspiró-y en el amor.
-No todo se arregla con una flecha-Respondió-Y no es mi culpa todo, el hechizo de las flechas también puede acabar.
Venus no soportó la insolencia que presentaba su hijo ante aquella situación-Irás a la tierra, y sufrirás todo aquello que parejas, madres, padres, hijos y todo humano tuvo que pasar debido a ti.
Cupido dejó de reír.
-Sentirás que el amor, y el sufrimiento humano, te desgarrarán el corazón.
-¿Cuánto tiempo?-Preguntó.
-No volverás hasta que repares tu corazón humano y el de las personas a tu alrededor, allí no tendrá poder alguno.
Sin más, Venus desapareció, y se llevó consigo el planeta en el que vivían, dejando a cupido en completa oscuridad.