3. El Castigo - Mes De Marzo De 2006

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Narra Lali:

— Menuda mierda... — dijo él, suspirando, mientras entrábamos en el camarín de Cris, bueno, más que camarín, parecía una especie de despacho. Cris nunca me había retado, excepto una vez, que jugado con Yeyo, rompí un cristal del estudio en el que hacíamos Rincón de Luz. Era muy chiquita. Fue un reto pequeño, pero esta vez, me temía que el reto fuera a ser mucho peor.

— Habla bien, maleducado — le dije mientras cerraba la puerta del camarín de Cris. Después lo miré —, mira donde terminamos por tu culpa.

— La tuya — me corrigió.

Yo revoleé los ojos y me senté en el piso, ya que solo había una silla y él ya la había ocupado. Además, era poco caballeroso, ¡qué hombre horrible!

— Sos estúpido — le insulté.

— Lo mismo te digo.

— ¡No respetas a nadie!

— No grites nenita, tengo más cosas que hacer que andar escuchando tus grititos de creída.

Me había dicho creída... Y yo no me lo podía creer. Decidí no hablar más, sería lo mejor para los dos, así no nos pelearíamos. Y mejor, porque si Cris nos veía peleando cuando llegara, ambos la íbamos a pasar muy mal. Y no quería problemas con Cris, ni tampoco con mi mamá, porque seguro que Cris se lo contaba todo, y también me retaba mi mamá.

Así que tan solo miré al piso y no dije nada más.

— ¿Te quedaste sin palabras? — me preguntó riendo.

No respondí, simplemente le ignoré.

— Bue, la bebita se enojó. ¿Cuántos años tenés? ¿3? ¿4?

Me estaba quedando sin paciencia. Tragué saliva para no partirle la cara, porque era la única cosa que en ese momento tenía ganas de hacer.

Y justo, fue entonces, cuando la salvación entró por la puerta: ¡Cris Morena!

— Veo que están callados. Muy bien, así me gusta. ¿Se arreglaron?

— ¡¡¡No!!! — exclamamos los dos a la vez.

Cris suspiró y cerró la puerta:

— Peter, ¿me dejás sentarme en la silla y vos te sentás junto a Lali en el piso?

— Sí Cris, ningún problema — él se levantó y se sentó junto a mí.

"Sí Cris, ningún problema" le imitó mi subconsciente sarcásticamente. Era un mentiroso, claro que le suponía un problema sentarse al lado de la "bebita" y "creída".

Cris se sentó, nos miró, y la miramos ambos:

— Bien... No se pueden pelear así chicos. Los chiquitos tienen que tomar ejemplo de ustedes, en primer lugar, sé como es Lali y según la entrevista que te hice Peter, pensé que iban a encajar perfectamente como pareja. Pero sino es así, cambio las parejas y listo. ¿Cómo quieren que haga?

"Por mí le podés echar de la novela, Cris" volvió a pensar mi subconsciente, muy sincero. No quería a Lanzani junto a mí, realmente, en aquel entonces me daba asco, repugnancia, me ponía realmente nerviosa escucharlo respirar, escuchar su silencio... El latir de su corazón. Le odiaba demasiado.

— Cris, respetá lo que pensaste. No voy a hacer que cambies todo, además soy nuevo. Trataremos de llevarnos bien, ¿verdad Lali?

¿Debí responderle en aquel instante? No, tal vez no debía, pero lo hice. Y sí, di un paso adelante para arreglar las cosas. De a poco.

— Opino lo mismo que él.

— Bueno, entonces les voy a mandar un trabajito para que aún arreglen más las cosas, ¿sí? Tu mamá Peter, me dijo que andás mal con la biología, y creo que esa es una de las asignaturas favoritas de Lali. Así que Lali podría ayudarte, después de las grabaciones. ¿Podés Lali?

Ay no... ¿Cómo iba a decir ahora qué no?

-...-

Narra Peter:

No, tenía que decir que no... ¡Ella tenía que decir que no! Por favor...

— Bueno — la miré. Tragó saliva. Sabía perfectamente que ella tampoco quería ayudarme a mí. Pero... Teníamos que hacerlo por Cris. Aunque la iba a hacer la vida imposible a Lali como profesora. Iba a ser su peor pesadilla como alumno.

— Pero Cris, yo voy un curso más avanzado que ella — expliqué.

— No pasa nada, seguro que ella entiende los nuevos temas que vos tenés.

Dios... No me iba a librar. Repito, solo tenía una solución: hacerla la vida imposible a Lali como profesora. Y no había otra solución más. Básicamente.

— ¿Empiezan mañana dale? Ahora terminaré de mostrarles el estudio a ustedes, sobretodo a vos Peter, para que conozcas el lugar, tomarán un refresco con los chicos y volverán a casa sí. Mejor que hoy no empecemos a grabar, mañana comenzamos.

— Bueno — respondí. Lali estaba completamente callada.

Cris nos sonrió y se levantó de la silla y salió dejando abierta la puerta para que la siguiéramos.

— Ya vas a ver — me amenazó Lali.

— Vos vas a morir — dije sonriendo.

— Estúpido.

— Creída.

La tarde terminó bien porque no volví a cruzarme con ella. Mañana debería aguantarla todo el día. Lo peor fue cuando, mi mamá llegó para recogerme. Y Cris habló con ella... Tenía miedo, mucho miedo. La tarde había estado bien, pero creo que había llegado el momento de volver a encontrarme con ella.

Mi mamá se acercaba a mí, con su sonrisa de mamá feliz, la que casi siempre tenía, excepto cuando se enojaba:

— ¡Peter! Cris me dijo que una de las nenas te va a ayudar con biología.

— Sí... — respondí sin ganas.

— ¡Qué bueno! Quiero que me la presentes.

Ay no mamá...

— Ejem... — miré a Lali, que estaba hablando con Candela y con otras dos chicas —. Creo que está ocupada.

— ¿Quién es?

— Mamá, mejor otro día la conocés...

— Juan Pedro, esa nena va a ir a casa mañana, quiero conocerla ahora, por favor.

— Mamá...

— ¡Ahora! — exclamó mi mamá.

No, ahora no...

— Dale Peter.

Suspiré y me acerqué a Lali:

— Lali... Mi mamá quiere conocerte — dije con vergüenza.

Todas las chicas me miraron sonriendo. Sí, parecía un estúpido total. Todo por culpa de mi vieja que se había empeñado en conocer a la tarada de Mariana.

— ¿Vos sos Lali?

— Sí — dijo Lali dándola un beso en el cachete a mi vieja a modo de saludo.

— ¡Qué linda! Muchas gracias por ayudar a Peter, no sabés lo mucho que necesita esas clases.

— No me importa señora.

Mentirosa...

Lo que yo no sabía, era que las clases nos ayudarían a conocernos del todo bien. 

LALITER: La Historia Que Nunca Se Ha ContadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora