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Era viernes, mis padres estaban trabajando, se despertaron temprano, y tuve que ir caminando al instituto.
Cuando me desperté me sentí pequeño, las mantas eran más grandes de lo que parecían.
Iba a apagar la alarma de mi teléfono cuando de repente en vez de ver una mano, vi una pequeña y peluda patita negra, me miré las manos, eran patas. Entré en el baño, pero no podía llegar a verme, era demasiado pequeño. O sea que me fui a la habitación de mis padres y me miré en el espejo del armario.
-Pero que... ¡Soy un gato!Era un gato de ojos verdes, pelaje suave , negro, con patitas esponjosas y peludas. Me fui corriendo a la habitación lo más rápido que pude. Intenté coger el móvil, pero solo lo rascaba con las uñas.
Ric- Estúpidas patitas que no son capaces de coger nada.
Se me cayó el móvil al suelo y la pantalla chocó contra el piso. Intenté darle la vuelta pero no era capaz, lo golpee varias veces aunque no logré moverlo.
Ric- Argrr porras.
Salí al pasillo e intenté trepar como se supone que lo hace un gato, pero me choqué contra el mueble. Lo intenté una vez más, y subí, era igual que uno de esos teléfonos antiguos, tenía los números en botones.
Intenté llamar a mi padre y al llamarle. Mi padre solo escuchó maullidos mientras yo me desesperaba tratando de explicarle lo que pasaba.
Mi padre decia: "Ah, ya, una broma de esas, ¿Eh? Pues no tiene gracia. Llamare a la policía"Colgué pulsando el botón rojo y pensé "No puedo aparecer como si nada en el instituto, tendré que ir al trabajo de mi padre e intentar explicarme, seguramente las pastillas que me dio mi madre no eran para el dolor de cabeza. Aún así, me dejó de doler.
Fui a verlas, y tenía razón, no eran para el dolor de cabeza.
De repente se escuchó la puerta.
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Empiezo mi cuaderno
De TodoEl protagonista tras un dolor de cabeza quería tomarse algo para que no le doliera, lo que causo que por equivocación tomara unas diferentes pastillas y que al día siguiente se transformara en un gato, ahora trata de volverse una persona normal y gr...