Volví a recostarme y me hice a un lado, dejando un espacio al final de la camilla para que se pudiera sentar.
- Dime chino, cuál es tu verdadero nombre?
- Deja ese apodo, mi nombre es Hoseok.
- Joseph?
- No, Hoseok.
- Ahh Josué.
- Me haces perder la paciencia...
Ya me estaba aburriendo su comportamiento.
- Esta será la última vez que la digo, si sigues molestándome no te diré más y no te volveré a ayudar.
- Esta bien chinito.
- Mi nombre es Hoseok, pronuncialo como Joseok.
- Esta bien Seok, ese sera mi nuevo apodo para ti, tu nombre es muy raro.
- Tengo amigos que tienen nombres mas raros.
- No me importan tus amigos, quiero conocerte a ti.
- Pues, me faltan dos riñones, tengo hemodiálisis...
- Tu historia, no tu enfermedad.
Sentí su mano sobre la mía y la quite confundido, odiaba a la gente que tomaba confianza como lo estaba haciendo ella.
- Si no te molesta, ¿podemos evitar ese tema?
- Oh, claro.
- Gracias.
Me crucé de piernas en la camilla y subí mi mirada hasta su rostro, me estaba observando, no quería perder mi autocontrol y gritarle que dejara de hacerlo, es la única persona que se ha preocupado realmente de mí desde que estoy aquí, aunque su actitud me molestara... podríamos ser buenos amigos, supongo.