Tú, ¡Tienes mi corazón!

Capitulo 1

Capítulo1

Instituto, esa palabra se repetía una y otra vez en mi cabeza, tenía que despertarme, y no porque quisiera, sino porque tengo que ir al instituto, no es que me anime mucho la idea, pero tengo que estudiar para poder graduarme, en fin.

Me levante, corrí a la ducha, luego me cambie, me puse un poco de polvo, pestañina, contorno, rubor y me pinte un poco las cejas.

Tomo mi bolso y salgo corriendo de la casa, se me hacía tarde, pero eso era bueno, perdería una hora de clases, sin embargo no quería quedarme por la tarde a recuperar la hora que perdí, así que me apure. Llegue, y acababan de tocar el timbre, justo a tiempo, pensé; Camino por el pasillo, ahora lleno, ya que todos buscaban su salón, al igual que yo; Intento recordar lo que me toca hoy lunes, Literatura, no estaba tan mal, salón A108, el pasillo comenzó a estar vacío otra vez, lo que facilitaba encontrar mi salón, abro la puerta y ya todos estaban en sus asientos, oh-oh, alguien llego tarde hoy, toda la clase fijo su mirada en mí, esperando mi reacción.

–Adams, llega 3 minutos tarde- Abro los ojos sorprendida, que obseso del control, o el tiempo, no lo se aún, pero jdr, solo son 3 minutos, ¡Tres minutos!, me resisto de decir algo grosero y hablo.

–De verdad lo siento, profesor Baker, no encontraba el salón– Me mira y asiente, camino hacia la 3 fila y tomo asiento.

La clase transcurre tranquila, uno que otro chico haciendo bromas, nunca falta, yo solo quiero salir y poder respirar en paz, suena el timbre anunciando que las dos horas han terminado, ¡Bendito sea Dios!, me levanto rápido de mi silla y corro para salir del salón, eso es una jaula, por Dios.

En el pasillo me encuentro con Maddison, mi mejor amiga, la única que logra soportarme, cuando nuestras miradas se encuentran, las dos chillamos y corremos para abrazarnos, haciendo que las personas que están en el pasillo nos miren raro pero no importa.

–¡DAKOTA! –grita Maddy, jdr, cuanto amo a esta tipa, nos conocemos desde hace 4 años, llegamos el mismo año e inmediatamente nos hicimos mejores amigas, nos llevamos súper bien y nos entendemos.

–Pensé que no te vería hoy, casi no llego– ella frunció el ceño y negó.

–¿Otra vez no te querías levantar? – Me reí en modo de respuesta, ella me conocía– Eso no me extraña, pero oye, ¿Ya viste al chico que llego? – La mire alzando una ceja, dándole a entender que no tenía ni puñetera idea de lo que me estaba hablando – ¡Esta, pero que te vas para atrás!, tienes que verlo ahora mismo– La miro alarmada, y negando frenéticamente, sin darme tiempo a reprochar me jala del brazo, arrastrándome por todo el pasillo hasta el área de recibimiento, no me resisto, seria en vano, nos paramos frente a la puerta de vidrio que está en la sala de espera, ella la abre rápidamente y me jala hacia dentro, se acerca hacia la secretaria conmigo tomada del brazo.

– ¿El chico que estaba aquí hace un rato, ya se fue? – ella frunce el ceño, nos mira con los ojos muy abiertos, sorprendida.

– Yo...– las palabras quedan en el aire, al ser interrumpida por el sonido de una puerta abriéndose, las tres giramos por inercia a la puerta del director, entonces veo a un chico de espaldas despidiéndose del director, y diciendo un "Gracias" muy animado, frunzo el ceño aún más al verlo peinar su cabello, que desde aquí perece muy tentativo para tocar, miro su rostro, su piel parece suave, sus ojos enigmáticos, sus brazos fuertes, su ancha espalda, sus delgados labios curvados en una sonrisa, todo en el desprendía peligro, y me sentí raramente intrigada por el.

–¿Podría decirme donde queda el salón H209? – Pregunto el a la secretaria, no me había dado cuenta de que estaba al lado mío, jdr, que bien huele, a problemas, encanto y mucha diversión , retrocedo chocándome con el pecho de Maddy, la que lo mira con los ojos entrecerrados, estudiándolo, vaya chica.

– ¿Dakota, podrías llevarlo al salón H209?, por favor, no quiero que se pierda– La miro alarmada, ella lo nota y me dedica una mirada de compasión, miro al chico y sigue sonriendo mientras me mira atentamente, parece divertirle la situación.

– Claro– sonrío y miro al chico – Sígueme, y no te distraigas, puedes perderte y no quiero eso – el asiente y hace lo que le digo, salgo de allí con el pisándome los talones, mi respiración es entrecortada, ya que estoy nerviosa de que el este tan cerca de mí, a medida que caminamos se nos quedan mirando, es obvio, es nuevo y todos quieren saber quién es, acelero el paso ya que esta situación me incomoda bastante.

Llegamos al preciado salón y el me mira.

– Está vacío– me dice como si fuera algo obvio y claro que lo es.

– Por supuesto que está vacío, es receso – le digo tratando de ser lo más amable posible.

– ¿Entonces? – lo miro con la ceja enarcada, no sé a qué se refiere.

– ¿Entonces que, modelito? – pensé que diría algún reproche o algo así, pero no, solo me miro con picardía y río.

– ¿Modelito? ¿Fue el "insulto" – hizo comillas con sus dedos –más decente que se te ocurrió, pequeña? – lo miro enojada y a él le divierte ya que palmea varias veces mi hombro – Relájate, nena, tienes que tomar las cosas de la mejor forma posible, sino te amargas la vida– y se va, dejándome confundida, eso estuvo fuera de lugar, que chico más raro, y la verdad quiero conocerlo más, parece divertido, no pierdo nada ¿Cierto?.

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Heeeeeeey, yo de nuevo, ¡Aquí hay algo!, saludos!

-Lex