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Era la tercera vez.

La tercera vez en menos de cinco días que oía a su vecina del piso de al lado gritar y tirar cosas contra el pobre chico moreno.

Oh, pobre buen chico. Pensaba para sus adentros cuando observaba salir echando humo a su joven vecina de su apartamento [ahora compartido porque resulta que ella y Namjoon (porque sí, había averiguado el hombre del chico después de tantos gritos como gemidos) se habían mudado juntos, muy juntos].

Suspiro cansado y avergonzado porque a) tenía un crush muy pero que muy grande con aquel chico y b) aquel chico parecía un hetero consagrado ya que salía con Kim Jennie (otra hetero consagrada no tan consagrada pues la había visto más de una vez salir despeinada y muy desaliñada junto con otra chica que se suponía era su amiga) pero en fin, él debería de dejar de perder el tiempo en frente de la mirilla de su puerta y prestar atención a sus tareas, las cuales no se iba a hacer solas, pero el fin, quizás debería de hablarle a Namjoon en algún momento y quizás después de eso ell-.

"¡PomPom!" Chilló al ver a su gatito paseándose por el descanso entre ambos pisos muy a gusto al parecer pues estaba restregándose contra una de las piernas del moreno que no sabía cuando había salido pues se había metido muy en su mundo de nuevo y en fin.

Salió disparado de su casa abriendo la pierna de sopetón asustando un poco al chico y a su jodido (pero adorable) gato.

"PomPom, ven aquí gatito" se agachó despacio y el mínimo olisqueó el aire antes de levantar su mentón peludo y restregarse contra el moreno una vez más y después dirigirse con tranquilidad hacia el chico de hombros anchos.

"L-lo siento mucho, é-él se escapó de casa y uhm, y-yo –."

"Está bien" corto el más alto mostrándole una sonrisa tranquilizadora. "Soy Kim Namjoon, un gusto"

Seokjin sintió derretirse, santo cielo, aquel chico era tan pero tan genial.

"Seokjin, Kim Seokjin".

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