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—Quieres ayudarme en la cocina?

—Lo siento mamá, estoy cansada!

—Siempre lo estás.

—Entonces no me llames. — Mi madre se detuvo un segundo y se dió media vuelta para mirarme con los ojos entre cerrados, mala señal.

—Te quiero má!

—Entonces, ven a ayudarme!

—¡Oh una mosca volando!

—Alessia, porqué eres así?

—Sí... No lo sé, pero amo mi caracter.

—Y yo te amo a tí, mi pequeña perezosa. — Me tiró un beso desde lejos.

Mi madre y yo tenemos mucha confianza, tengo suerte de que no me halla tirado una chancleta.

Estaba en mi sala haciendo algo nada importante, exactamente, disfrutando mis vacaciones, ya que me quedan exactamente un día para entrar a mi nueva escuela.

Sí, escuela, odio mucho pensar en eso, la ansiedad me domina cada vez que hablo de eso, no sabré a quien me encontraré, miles de salones para un solo grado, diferentes actitudes y demás. ¿Y que tal si todos son diferentes a mí? Definitivamente, fuera el peor año de mi vida.

Oye, no te oyes? Tu misma dijiste que hay muchos salones para un mismo grado, ¡Claro que hay personas que son como tú!

Espera, quien eres?

—Soy tu conciencia.

Deja de hablarme, quiero pensar.

—YO soy tus pensamientos.

Oh, sí, claro.

Eso, eso fué muy raro.
En fin, lo que pasa es que no sé como va a ser todo en esa escuela, solo quisiera que alguien me diga que como me va a ir allá, esto es estresante.

Además, no sé porqué estoy haciendo esto, debería estar en un hotel, pero estoy como un oso perezoso en mi sala comiendo Pringers, pero así es mi vida, nada interesante que contar.

—¡Alessia, ven a comer!

Siquiera pensé en pararme cuando ya estaba en el piso por querer levantarme rápido para ir a la mesa.

Justo en el momento que me iba a sentar tocaron la puerta, que fastidio.
Corrí hacia la puerta y la abrí.

—¡Hola querida!

—¡Papá! Llegaste justo a tiempo, mamá ya cocinó!

—Que bien! No tengo que esperar, esa es la mujer con la que me casé.

Miré a mi mamá, ella estaba riendo muy fuerte, supongo que de allí saqué mi amor por la comida. Papá y yo fuimos hacía la mesa y empezamos a comer, ya se me estaba saliendo toda la salíva y ni siquiera habia comido, pero era lasaña, es mi comida favorita.

Estaba comiendo tan rápido que mi plato solo duró 2 minutos, mi mamá siempre me regañaba por terminar tan rápido, pero ella sabía que con una lasaña no puedo tardar mil años en comerla, las cosas son como son.

—Papá, ¿Qué haremos ahora? ¿Iremos al cine, paseo por el parque?

—No lo sé, que quieres tú?

—Y que tal si jugamos un juego de mesa? — Dijo mi madre viendonos a los dos.

—¿Monopoly?

—Tú dices eso porque sabes que nos vas a quitar todo el dinero y al final ganarás.

—Lo siento amor, pero es que ser la mejor en los juegos de mesa es mi profesión.

—Que chistosa. — Dije.

Mi padre estaba muriendose de la risa, mi madre tambien, que suerte que lo miró como un chiste.
Busqué el juego de mesa, lo acomodé en la mesa y empezamos a jugar.

—Clara, querida, por favor, dejanos ganar.

—Esta bien. — Sonrió, mi padre y yo supimos que era sarcasmo, así que no le hicimos caso.

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—Todavía no lo puedo creer. — Dijo mi madre desepcionada de sí misma.

Exacto, yo habia ganado esta vez, este es mi momento de gloria, ¡Le quité el record de ganar a mi madre! Logré hacer lo que nunca pensé.

—¡Esa es mi hija!

En cambio, mi padre y yo estabamos celebrando nuestra victoria, aunque es mía, mi padre tampoco esperaba eso, así que es una felicidad para los dos.

—Lo acepto, esta vez perdí, pero la próxima les ganaré, escucharon?

—Eso ya no lo creo, ¡Já! — Dije burlona.

Mi mamá miró su celular por un segundo, su mirada era distinta, creo que algo malo pasaba, miré a mi padre, él tambien lo notaba.

—José, tenemos que comprar los útiles para nuestra hija!

—¡Es verdad! Pero cuando?

—Mañana!

Mañana? Mejor ni voy, quiero seguir disfrutando.

Lo mismo digo, conciencia.

Ignoré lo que decian mis padres, no quiero que la ansiedad vuelva a mí. Pero al igual no me quejo, mis padres van a comprar tarde los útiles a petición mía, así que lo tendré que aceptar.

—Hija! ¿Estás bien? Porqué no nos escuchas?

—Lo siento, solo estaba... pensando.

Mis padres se miraron entre sí, se veían preocupados, enseguída me abrazaron, era muy cálido.

—No te preocupes hija, si quieres solo no vayas.

—No se preocupen, yo iré. — Los don sonrieron de oreja a oreja, mi madre miró el reloj, ya era de noche.

—Es mejor que te vayas a dormir, tenemos muchas cosas que hacer, recuerda.

—Sí, es verdad, entonces me iré, adiós.

Me despedí de mis padres y subí a mi habitación, estaba fría. Me alisté para dormir y enseguída me tiré a la cama, dejando que mis pensamientos corrieran para luego caer en un profundo sueño.

{Hola, que tal?
Una nueva novela, sí, lo sé, pero aquí hay una diferencia, esta no es zodiacal ahre

Antes de que se vayan quiero aclararles algo, para que no se enreden.

Cuando el personaje habla con otra persona así:

Sabes que quieres comer!

No es verdad, callate.

—Me respetas.

Es porque el personaje está hablando con su conciencia, basicamente con él mismo, solo tienes que fijarse si las letras estan viradas o nó.

Bueno, eso es todo

xoxo

-rose

El Cambio De AlessiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora