Kim JongIn, el joven repartidor de pizza más codiciado por las adolescentes, tenía un pedido fuera de lo habitual para entregar en la vieja Velvet House: “pizza con sólo salsa de tomate y sin queso”.
«Eso no puede ser llamado pizza» se decía, pero eso no era algo que debiera importarle, ya que él iba por la propinas. El problema era el lugar donde tenía que hacer el delivery, porque como tal le habían mencionado The Velvet House no era cualquier casa de barrio tranquilo, el barrio en el que vivía no podía ser pacífico cuando tanto se hablaba de la mansión Velvet.
Su jefe, o mejor dicho el maestro de las pizzas más asquerosas del pueblo, el renombrado Chen, motivo por el que la pizzería había sido bautizada Peekachen en honor a que era fan de Pikachu, le había dicho que no se iban a morir por no llevar un pedido a esa casita del terror del que todo mundo huía al pasar por la cuadra y de la que nadie quería saber a exactitud tampoco.
Pero JongIn estaba algo aburrido de la vida en aquel pueblo de chismosos, cansado de los problemas familiares y se sentía patético porque al fin y al cabo él era otro chismoso que tenía curiosidad por la casa de la que muchos oían gritos en las madrugadas.
Los rumores decían que allí funcionaba un cabaret administrado por un hombre apuesto y sombrío que tenía a su cargo decenas de señoritas jóvenes y preciosas que hechizaban a todo el que entraba haciéndolo querer regresar, hasta el punto de que algunos nunca salían de allí y se perdían entre la lujuria de esas paredes que parecían derramar sangre por fuera y que tanto llamaban la atención de la gente que pasaba. Solía ser incluso un atractivo del pueblo y por el que los turistas hacían parada sólo para contemplar la hermosa arquitectura del imponente edificio.
Por eso mismo, no dejaba de ser un misterio que desde ese lugar pidieran tan sólo una pizza, y encima sin queso.
Estacionó la moto con la que hacía los repartos, se sacó el casco y buscó la caja de pizza que se mantenía calentita en la parte de atrás. Se dirigió por el caminito empedrado sin dejar de admirar la mansión, subió las escalinatas hasta la enorme puerta de madera y tocó el timbre a un costado.
Un iris rojo observándole le asustó bruscamente, estaba en el centro de una mano de hierro que formaba un «ok» entre su índice y pulgar en medio de la puerta. El ojo parpadeó dos veces y cambió rápidamente a negro, entonces la puerta pronto se abrió delante de sus narices.
Su mirada brilló asombrada, cayendo completamente hipnotizado.
Sin imaginar jamás, que aquella sería su última entrega.
Su último día como ser humano.
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Peek A Boo 🏹(KaiSoo/Red Velvet)
FanfictionAlguien pidió pizza con salsa y sin queso en la misteriosa Velvet House del pueblo, es raro para JongIn, porque según él eso no puede llamarse pizza. Sin embargo eso no es lo importante, sino que esa será la última noche de él como ser humano. 🌕🏹✨...