Una historia de terror de sailor moon

¿Enamorado? 10

Yuri se dirijo a la estancia y le dijo-  les agradecemos que aceptaran nuestra invitación, y yue-sama les manda decir que lo disculpen, no se encuentra bien, le entro una crisis, por su enfermedad- seiya no podía creer eso, después de lo que vio

Todos se empezaron a despedirse, iban saliendo de la mansión, seiya esperó un momento y se dirigió a yuri.

Seiya: en verdad no entiendo como pueden seguir mintiendo de esta manera
Yuri: realmente yue-sama entró en crisis, quieres ir a verlo, adelante puedes ir, se que ahora le temes pero siempre a sido noble, por favor no lo perturbe más

Seiya se fue, ya no quería ver a nadie más de esa elegante mansión, todos vivían una vida feliz. Así paso un mes seiya y las chicas no tenían noticias de los hermanos Soukawa. Yue estaba encerrado en su habitación, no quería ver a nadie, y mucho menos quería alimentarse, yuri y los vampiros estaban preocupados por él

Yuri: oh! Richard que vamos a hacer, no sale, no se alimenta, si su peor enemiga se entera, yue-sama puede atentar contra su propia vida o perder nuevamente el control, si eso sucede será un infierno
Ricard: mi lady, debería hablar con esos chicos, alguno lo tendrá que hacer entrar en razón
Yuri: seiya no quiere saber nada de yue-sama, ya que lo vio alimentarse de esa niña tonta
Ricard: debe ir y buscarlo hablar con él, la vida de nuestro príncipe esta en juego, y no podemos permitirlo
Yuri: tienes razón, la vida de mi hermano esta de por medio, esta tarde lo buscaré

Los hermanos kou y las chicas estaban en clases. Yuri había ido a buscarlos, al darse cuenta seiya fue a hablar con ella

Seiya: que hace aquí señorita Soukawa
Yuri: vengo a hablar contigo
Seiya: no me interesa
Yuri: yue-sama se esta dejando morir, hace un mes que no sale de su habitación y no prueba ningún tipo de alimentó si continúa así va a perder el control y no podemos permitir que cometa otra masacre
Seiya: no es asunto mío, discúlpame
Yuri: ayúdame te lo suplicó, y te juró que  después nos iremos para siempre, es una promesa

Seiya se quedó pensando en lo que le había dicho, no podía creer que un vampiro fuera capas de llegar a tal extremo por la culpa que sentía

Seiya: esta bien hablaré con él

Yuri lo abrazo, dándole las gracias

Seiya: mañana voy a verlo

Serena se acercó, quería saber que estaba pasando

Serena: ocurrió algo
Yuri: yue-sama aún esta enfermó, pasado mañana nos iremos a nuestro hogar, para ver si mejora, pero quiere despedirse, ya que no han ido a verlo
Serena: (sorprendida) oh!, y que podemos hacer por él, es tan amable
Seiya: si es muy amable, pero no te preocupes bombón yo iré a verlo, una vez que lo vea podrá ir a su país y estará mejor
Serena: si quieres puedo acompañarte

En eso llegan sus amigas,

Lita: serena paso algo
Serena: yue aún esta enfermo
Amy: pues deberíamos ir a verlo
Seiya: no se preocupen chicas yo iré a verlo, hablaré con él, para que pueda regresar a su país
Mina: que pena, espero que tu hermano mejore (era distante con ella por lo del beso)
Yuri: gracias, espero que algún día nos veamos nuevamente

Yuri se despidió y subió a su auto, al día siguiente llego Seiya a la mansión

Ricard: bienvenido joven kou, mi lord no sabe que esta usted aquí
Yuri: gracias por venir, y en verdad te juró que nos iremos, nunca creí ver a yue-sama enamorase así de alguien

Seiya se puso rojo, no podía creer que yue se había enamorado y menos de él, como era posible,

Yuri: estas seguro que quieres verlo después de lo que acabo de decir (apenada)
Seiya: si, estoy seguro, ahí algo que quisiera aclarar de una buena vez

Yuri encamino a seiya hasta la habitación de yue, toco la puerta y se escucharon sus gritos

Yue: largo no quiero ver a nadie, que no entienden, sólo quiero que me dejen en paz
Yuri: por favor abre alguien vino a verte
Yue: no me interesa, no estoy de humor
Seiya: yue soy yo
Yue: ( más tranquilo) seiya?
Seiya: si

Abrió la puerta, y se metió en la cama

Yue: entra esta abierto

Seiya entro en la habitación, y vio a un Yue demacrado, ojeroso, sin ánimo de nada, los videojuegos aventados por todos lados, las consolas, lo único intacto era la hermosa guitarra eléctrica negra con los murciélagos blancos que ese día había tocado