Capítulo I : "Grillito"

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Odiaba viajar en clase turista, y por desgracia fue lo único que encontré para alejarme pronto de mis padres que no hacían nada más que criticar cada una de mis desiciones. Había estado planeando estudiar medicina desde pequeña, siempre fue mi sueño, pero el de mis padres era otro. Ellos planeaban que siguiera el rubro del modelaje, pero no me mataría de hambre y muchos menos masacraría mis pies metiéndolos en zapatos incómodos.

Mi madre trataba de hacerme vivir la vida que ella hubiese querido, sin importarle si mi decisión era la misma.

El trasero me estaba comenzando a doler gracias al asiento pequeño y algo desgastado, por lo que comencé a buscar una posición cómoda, que claramente no podría encontrar a no ser que me bajara de este estúpido avión, un bufido escapó de mis labios antes de que pudiera detenerlo.

— ¿Podrías ser más silenciosa? Trato de dormir y tus quejidos ya me están molestando. —mi corazón se detuvo un microsegundo cuando escuché su voz, me parecía demasiado familiar, giré mi rostro lentamente y no pude ocultar mi sorpresa al ver a Harry Styles sentado a mi lado, mierda. El se encontraba con sus ojos cerrados y su ceño levemente fruncido, sus facciones eran tal cual lo habían descrito muchos artículos que leía en la red sobre el, sus labios rosa perfectamente delineados, hombros anchos y fornidos, y Dios, sus tatuajes, sus ojos se abrieron y fue lo único en lo que erraban esos artículos, su mirada no era para nada suave y mucho menos dulce— ¿No tienes algo mejor que hacer en vez de estarme mirando de esa forma, niña?

— Mi error, su majestad, no sabía que estaba prohibido observarlo. —rodé mis ojos y me dispuse a pararme para ir al tocador, necesitaba hacer algo con mi cabello que una horas antes no había alcanzado a acomodar y empeoro más cuando comencé a pasar mis manos varias veces por el en señal de frustración, pensaba dejarlo así hasta llegar a mi destino, pero no pensaba estar desarreglada frente a alguien como él. Tomé mi pequeño bolso y desabroché mi cinturón de seguridad para despegar mi cuerpo del incómodo asiento de cuero, el avión se sacudió lo necesario para hacer me mis pies cedieran y casi cayera, pero logré apoyar mi mano en el muslo de harry, muy cerca de su amigo. La quite rápidamente y sin darle tiempo de siquiera reaccionar me apresuré a cruzar la cabina hacia el tocador.

Una vez dentro me asegure de cerrar con seguro y apoye mis manos a ambos lados del lavado. Escaparme de casa era definitivamente lo más estúpido e inmaduro que había hecho este año, pero aún así no perdonaría tan fácil a mis padres, esta vez lograron herirme y herir a la persona más importante en mi vida con su egoísmo. Tomé un pequeño cepillo de pelo y comencé a desenredarlo, se me formaron pequeñas ondas en mi cabello, estupendo. Rebusque dentro de mi bolso y encontré una banda elástica, hice un pequeño tomate y acomodé los mechones restantes con horquillas. Mis mejillas aún estaban algo sonrojadas por lo ocurrido hace 5 minutos, pero iría por el camino de la indiferencia, actuaría indiferente a que estuve a punto de tocar el deseo de muchas.

Salí de la cabina con más lentitud de lo normal y me dirigí a mi lugar.

Al parecer mi compañero de asiento había logrado su objetivo ya que se encontraba con los ojos cerrados, su rostro estaba relajado y su rostro apoyado en una de sus manos, pase entre los asientos con cuidado de no volverlo a despertar y me deje caer con delicadeza en mi puesto.

Mire hacia mi izquierda y lo único que divisaba eran las nubes, y no era que esperara ver a superman o algo así, solo que esto era demasiado raro para mi, la persona que amaba con locura cuando era una niña estaba a mi lado y no lograba emocionarme, en otra circunstancia habría hecho lo posible por entablar una conversación con el, coquetearle o al menos pedirle una fotografía, pero el dolor punzante en mi cabeza, la presión en mi pecho y mi estómago aún revuelto no eran la mejor combinación para hacer de mi una agradable persona, pero vamos, yo no era agradable ni en mis mejores días. Poco a poco los párpados comenzaron a pesarme y solo cedí ante lo que mi cuerpo me pedía a gritos desde esta mañana, dormir un momento.

[...]

Me removí incómoda en mi asiento ocasionando que comenzara a despertar, y mientras mis sentidos iban reaccionando sentí un peso en mi hombro acompañado de un embriagante perfume masculino, abrí los ojos despacio y sin mover ni un sólo músculo siquiera. Harry estaba apoyado durmiendo en mi hombro mientras que mi cabeza se encontraba sobre la suya, note como el también comenzaba a despertar y me alarmé. Aclare mi garganta pero el solo me ignoró.

Espero que esté cómodo, su majestad.

Harry se separó de mi mucho antes de siquiera terminar la frase y deslizó una de sus manos por su cabello enmarañado.

Deberías procurar al menos lavar tus dientes si vas a hablarme así de cerca. —Volví a dirigir mi vista incrédula hacia el, no podía creer que llore por un mes al no poder ir a uno de sus conciertos. Era una persona desagradable, demasiado, no entendía como las fans podían escribir maravillosas experiencias junto a esta persona, que despertaba mi lado más agresivo.—

Volví a mirar disimuladamente en su dirección y lleve una de mis manos a mi boca, exhalé sobre ella suavemente y escuché como Harry soltó una carcajada llena de burla.

— Maldito hijo ilegítimo de burro leproso. —susurre lo bastante bajo para escucharlo solo yo.

La señal de abrochar cinturones fue encendida, indicando que el avión estaba próximo a aterrizar, las personas comenzaron a despertar y a poner los asientos de manera vertical, tal y como indicaba la azafata. Mire a través de la ventana y la ciudad de Los Ángeles se iluminaba de una manera hermosa, creo que esto era lo mejor de viajar por la noche, la iluminación de las grandes ciudades.

El avión comenzó a descender más y más, hasta llegar a la pista de aterrizaje de una manera exitosa. Una vez las señales fueron apagadas, las personas comenzaron a levantarse de sus asientos y a tomar sus pertenencias, Harry fue el primero en salir, y al parecer no llevaba nada en esta cabina. Tome mi bolso, junto a mis pertenencias, asegurándome de no dejar nada en el asiento, acomode mi cabello junto a mi vestido y me dispuse a cruzar la puerta de desembarque, donde se encontraba una cantidad generosa de adolescentes de mi edad a lo máximo, evidentemente Harry no pasó desapercibido y eso me alegró un poco. Una chica de las que se encontraban con carteles se paro frente a mi con una mirada que suponía que debía intimidarme, fruncí el ceño cuando se interpuso en mi camino por segunda vez al intentar pasar por su lado.

¿Disculpa?

— ¿Eres fan de Harry Styles? —su cara estaba roja, y podría apostar que se encontraba molesta—

— No.

Golpeó la mano en la que llevaba mi celular y este cayó al suelto haciendo un sonido seco, cerré mis ojos intentando mantener el autocontrol que me quedaba y me agache a recogerlo. En un movimiento rápido mientras me levantaba tome a la chica de las mejillas con una de mis manos y la acerque peligrosamente a mi rostro.

Escúchame bien estúpida inmadura. Si vuelves a hacer algo tan estúpido como tomarte el atrevimiento de tan solo tocarme, haré que tu futuro sea un completo infierno hasta el día de tu muerte, mi familia tiene numerosas conexiones y no me negarán un capricho tan simple como ubicarte para complacerme, así que piénsalo dos veces antes de siquiera mirarme. —trate de mantener mi mirada fija en sus ojos y el resto de mi rostro neutro, asegurándome de que así se tomará en serio mis palabras, la chica asintió y se hizo a un lado, con una sonrisa falsa pase junto a ella dándole un leve empujón.—

Volví mi vista a mi teléfono una vez lejos de las fans de Harry y me dispuse a marcarle a Chloë, ya debería de estar aquí. Un timbre, dos timbres, y contesto.

— ¿Dónde diablos estás, Charlie?

— Lo mismo me pregunto, grillito. —sabía que odiaba ese sobrenombre que le dio nuestro padre a los tres años de edad, dando a entender que ella era mi grillito de la suerte—

— Creo que ya te veo, devil's spawn. Voltéate y solo camina en línea recta. Me verás enseguida.

Y eso hice, voltee pero algún idiota al parecer iba algo apurado y colisionó con mi anatomía, gracias a mis tacones perdí el equilibrio más fácil de lo esperado, pero el desconocido logró sujetar mi brazo con firmeza y así estabilizarme.

Oh lo siento demasiado, ¿te hice daño?

The Girl Who Broke Larry Stylinson. | h.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora